Concluye una semana de pésimas noticias para los jóvenes. En realidad, ha sido la constatación de la dura realidad que vienen padeciendo. El Consejo de ... la Juventud ha hecho público el informe del Observatorio de la Emancipación con un penoso récord: la peor tasa de emancipación desde que se computan estos datos. Tan solo un 15,2 % de los ciudadanos de entre 16 y 30 años abandonó el hogar familiar. Es un 11 % de caída sostenida en ese índice desde la gran recesión. Habrá quien piense que ello se debe a que en casa de papá y mamá se vive muy cómodamente, y/o que las prioridades de la juventud actual son muy diferentes a las de generaciones precedentes, anteponiendo el ocio y disfrute personal a la independencia, con la carga de compromisos y responsabilidades que conlleva. Pero no, hay otra razón: necesitan el 92,3 % de sus ingresos para pagar el alquiler de una vivienda, o más del 35 % para disponer de una habitación en un piso compartido. Y lejos de mejorar, su situación empeora, porque si su salario crece a una media ligeramente superior al 6 % interanual, el precio de los alquileres sube casi al 12 %. Como la espuma. La carencia de vivienda asequible es consecuencia de la inacción de los sucesivos Gobiernos al respecto.
En 2024 salieron al mercado 14.371 viviendas de protección oficial, una cifra un 80 % inferior a la de hace 30 años. Tienen prácticamente imposible la vivienda, pero si logran emanciparse, conocerán otro desmesurado crecimiento de precios, que padecemos todos, jóvenes, adultos y veteranos: el de la cesta de la compra, que desde la pandemia ha subido un 38,5 %. Dice el Gobierno, y algunos expertos, que la economía va «como un cohete». La bolsa española ha conseguido una revalorización en lo que va de año del 29,5 %, liderando de largo el mercado europeo. Pero los ciudadanos de a pie lo único que sienten que va como un cohete son los precios, subiendo mes tras mes como la espuma. Y la renta real disponible es cada vez menor para las clases media y baja.
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