Mi gato Boris es por lo menos del siglo VI antes de nuestra era, cuando los animales hablaban y Esopo, un notario frigio, tomaba apuntes ... taquigráficos de sus conversaciones. Luego, dejaron de hablar casi todos, menos los loros, los oradores griegos y Cicerón. A Boris parece que solo le interesan las sardinas, pero todos sabemos que es un taimado observador social, que siempre sobrelee mis escritos con mucha condescendencia, como pensando:
–Este de Requejada, lástima no haberle enseñado de pequeño.
–Gato, no hace falta que lo pienses en voz alta, que tengo amor propio –le advierto.
–Bueno, la próxima será una mentira piadosa –responde–. ¡La verdad es muda y las mentiras, una orquesta wagneriana!
–Si te parece fácil, ¿por qué no te animas? El Diario quiere para sus lectores algunos artículos sobre esta campaña electoral. Te cedo el espacio, ya que eres tan bigotudo –le desafié.
–Ya sabes que a mí, «fueraparte» de las sardinas…
–No cuela. Un kilo de ellas por artículo en que opines.
–Sé que me estás enredando. Pero no puede caer sobre mi conciencia tanta sardina. ¿De qué hay que opinar? –concedió.
–De las elecciones autonómicas de Cantabria. ¿Cómo las ves?
–¿Se presenta el Bisa?
–Oye, un respeto. Mira Joe Biden, con la misma edad, a por un segundo mandato.
–No es él. Es el ChatGPT ese. El Biden real vive en Hawaii detrás de unas grandes gafas de sol y con diez tíos mazas del Servicio Secreto en trajes de baño chillones.
–Si te vas a poner faltón, me las tendré que arreglar solo –le avisé–.
–¿Y cómo lo ves tú, 'listu'? – era su forma de disculparse, ya que nunca da garra a torcer.
–Primero, respetamos a todos los que concurren, con independencia de edad, sexo, orientación deportiva, gustos musicales, nivel académico, origen étnico y número de patinetes en propiedad. Todos quieren lo que creen mejor para Cantabria y, de paso, ¿o era de peso?, para sus propios partidos. Suele coincidir: primer axioma de la ciencia política.
–Vaaale. Retiro lo de Bisa.
–Segundo. Creo que se juega entre la quinta edición de la coalición PRC-PSOE, esta vez a tripartito con Podemos, según parecen indicar varios sondeos, y un cambio a un gobierno del PP, en solitario o negociado con algún otro partido, según salga el recuento.
–Para solitario va a necesitar mucho papel y Sniace cerró –apuntó con su sarcasmo de siempre.
–Si miras la historia, Boris, casi siempre ha papeleteado mucho. Es un tema del coeficiente de marea electoral. Si es alto, gobernará el cambio. Si es bajo, podríamos ver por primera vez consejeros de Podemos sentados en Peña Herbosa –le expliqué.
–Entonces ya lo tengo –dijo Boris. –Son las elecciones Lespre. Se basan en que viene el lobo. Como mucho, la marmota.
–¿Todo lo tienes que llevar siempre a lo animal? –dije, pero ya se había quedado frito. Se tomó a pecho lo de la marmota. Menudo 'colaborata'.
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