Nadie se arrepiente de dejar de fumar
La cuestión no es si el humo molesta o no; independientemente de ello, perjudica a la salud de quien lo respira
Luis Gutiérrez Bardeci
Médico de Atención Primaria. Coordinador de la Red Cántabra de Centros Sanitarios sin humo
Jueves, 5 de junio 2025, 07:11
El tabaquismo es el principal problema de salud pública, tanto por su impacto en la salud individual como en la población general. Es la primera ... causa conocida evitable de enfermedad y provoca cada día la muerte de dos personas en Cantabria.
Actualmente sabemos que todas las formas de fumar son perjudiciales y que no existe un nivel de exposición seguro. A los tradicionales cigarrillos se ha unido un ejército de productos atractivos con diseños, colores, olores y sabores dignos del mejor de los postres, con el objetivo de disfrazar a un lobo con piel de cordero. Los llamados vapers o cigarrillos electrónicos, el tabaco calentado y las bolsas de nicotina, creados para seducir a los más jóvenes, son accesibles, baratos y parecen inofensivos, pero todos comparten un objetivo final, conseguir nuevos consumidores y mantener a los que ya tienen enganchados.
El tabaquismo no es tan solo un trastorno adictivo, es un negocio con una potente industria que necesita no solo tratar de mantener a sus clientes si no conseguir savia nueva para reponer a todos los que enferman, mueren o, en el mejor de los casos, lo dejan.
Muchos de los problemas relacionados con el tabaco se resuelven con medidas sanitarias, pero no todos los cambios en la legislación se han mostrado eficaces para disminuir la prevalencia. Según la Encuesta Sobre Alcohol y Drogas en Cantabria, en 2005, año de publicación de la conocida «ley antitabaco», fumaba a diario un 34,7% de la población; el mismo dato, en 2024, es un 18,5%. En estos casi veinte años ha habido modificaciones de esta ley y muchas iniciativas que han servido para reducir el número de personas consumidores de tabaco y nicotina, pero queda mucho camino por andar. Con los nuevos productos hay nuevos retos sobre la mesa y parece que este año habrá novedades en este campo, necesarias y siempre positivas para la salud de todos y todas. Así, se ha anunciado la futura prohibición de los conocidos como vapeadores desechables (los favoritos de los menores) o la regulación del consumo en terrazas o en espacios deportivos. No deja de sorprender que cuando uno va a ver un partido del Racing, se pueda fumar dentro del estadio.
La implicación de toda la sociedad es patente en nuestro entorno; lo vimos cuando estuvo prohibido fumar en las terrazas y la opinión pública valoró como un retroceso el que se permitiera nuevamente o cuando muchas personas que fuman no lo hacen dentro de sus casas para no perjudicar a los suyos. ¿O conocen a alguien que quiera que sus hijos fumen?
Los primeros beneficiados por un aumento de los espacios sin humo son quienes fuman: harán más consciente cada cigarrillo, tendrán más momentos de ambivalencia en el consumo y podrán ir buscando motivos para dejarlo, que «haberlos, haylos», aunque no siempre estén a la vista.
No es cuestión de si el humo molesta o no molesta. Independientemente de ello, perjudica a la salud de aquellas personas que lo respiran.
En muchos casos, la ciudadanía va por delante de la norma y en esto del tabaco ha sido así; tras la publicación de la ley 28/2005, y sus modificaciones, tan discutidas y cuestionadas, la mayoría de la población no fuma. Fumar no es lo normal desde hace ya años.
Quienes hemos trabajado ayudando a otros a dejar el tabaco sabemos lo gratificante que resulta. No conozco a ningún compañero o compañera que no lo valore como parte fundamental de su labor asistencial. Dejar de fumar con ayuda es más fácil gracias a profesionales que guían al paciente en el proceso, que recomiendan pautas y que prescriben, o indican, fármacos aumentando las posibilidades de mantenerse sin fumar a largo plazo.
Sirva este texto para dar la enhorabuena a quien no empezó nunca a fumar, a todo el que lo dejó y para dar un pequeño empujón a quien esté valorando dejarlo en este momento. Nunca es tarde para hacer cambios que mejoren la salud.
Nadie se arrepiente de dejar de fumar
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