En colaboración con Bedia, todos los años por estas fechas publico una felicitación navideña en edición especial para bibliófilos. Para la del año pasado elegí ... de Lope de Vega (1562-1635) el poema 'La Niña a quien dijo el ángel' (1612), y para el actual la elección ha recaído en 'El Nacimiento' (1938-1969) de Gerardo Diego (1896-1987), ya en vuelo libre. La fecha exacta del poema se desconoce. Las que entre paréntesis constan aluden a su inclusión en el poemario 'Versos Divinos'.
El popularmente conocido como «Poeta Mayor de Cantabria» siempre hizo gala de su irrenunciable formación cristiana, que lejos de ocultarla vergonzosamente la manifestaba orgullosamente en todos los tiempos del tiempo que anduvo por estos mundos de Dios. Que fueron casi noventa y uno. Fructíferos por demás. Su 'Viacrucis', que tengo ya tan glosado, no conoce parigual. Como asimismo ocurre con 'El Nacimiento', un poema sencillo, tierno, elemental, de cuarenta y cuatro versos, dispuestos en sonoras cuartetas. En sentido estricto, es un villancico. Con cuanto cabe esperar de un villancico.
Exposición, nudo y desenlace. La jacarandosa llegada de los pastores anuncia el misterio, el nacimiento del Niño en Belén. En la representación poética sólo encontrará el lector lo imprescindible. Los pastores con sus pellicos (zamarras) y panderos, la Sagrada Familia y el intuido ángel con la leyenda «Gloria in excelsis Deo» o «Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad». El portal es de corcho. El de toda la vida. Con los camellos que ondulan el horizonte. El niño, que el poeta se niega a dejar de ser, vuelve al belén de siempre, al belén de la infancia. Y la metáfora, que encierra, es el paraíso hallado del Nacimiento. La madre. El recobrado o reganado útero materno. El orden familiar. El equilibrio. La familia. El más seguro paraíso que al ser humano alcanza.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión