Remedios no tan nuevos
El registro estatal de medicamentos de Rusia ha publicado un informe que confirma la aprobación del primer medicamento contra la COVID-19 del mundo. Así ... expresado, más que una información parece una estrategia comercial: en Estados Unidos aprobaron el remdesivir y en Rusia han aprobado el avifavir, que le hace la competencia de forma directa.
El avifavir es un medicamento antiviral, un genérico derivado del favipiravir. Su mecanismo de acción se basa en la inhibición de la enzima RNA polimerasa, esencial para la replicación del virus. Su uso está aprobado en Japón desde 2014 para tratar distintas formas de gripe, además se estaba empleando de forma experimental contra el virus de la fiebre amarilla, el virus del Nilo Occidental y, después de haber mostrado eficacia en ensayos con ratones, también contra el ébola.
El favipiravir ya se había probado en un ensayo clínico en China, en un grupo reducido de pacientes, con resultados similares a los del remdesivir; ninguno de los dos era la panacea. Sin embargo, la información procedente de Rusia habla de una altísima eficacia del avifavir en los ensayos que se han llevado a cabo en distintas zonas del país.
En una línea similar, ha aparecido un estudio sobre el uso de la famotidina en pacientes leves de COVID-19. Se trata de una prueba realizada en tan solo 10 pacientes, todos ellos en grupos de riesgo y afectados por la enfermedad, en la que reportaron rápidas mejorías de los síntomas típicos de la enfermedad: tos, fiebre, fatiga, cefalea, anosmia y malestar general.
La famotidina es un medicamento ampliamente utilizado contra la acidez de estómago, que actúa sobre los receptores de la histamina inhibiendo la producción de ácido en el estómago. Los autores del estudio reconocen que no saben de qué forma actúa la famotidina contra el coronavirus, así como la necesidad de estudios más amplios y bien diseñados.
A falta de vacunas o tratamientos plenamente efectivos, se han multiplicado los ensayos de medicamentos ya aprobados que puedan mejorar el pronóstico o los síntomas de la enfermedad. Sin embargo, no debemos salir corriendo a la farmacia cada vez que se publican los resultados de un estudio; la competencia entre los laboratorios es positiva para los pacientes, pero las estrategias comerciales pueden confundirnos. Por eso debe ser un profesional de la medicina, que habrá consultado previamente todos los informes al respecto, quien prescriba la medicación.
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