Los comerciantes de Reocín piden más seguridad en medio de una oleada de robos
En los últimos días, varios locales de Puente San Miguel han sido forzados y algunos particulares han sufrido el problema en sus viviendas
Varios establecimientos de Puente San Miguel (Reocín) han sido forzados durante los últimos días, para el disgusto de sus propietarios, que piden más seguridad en ... un municipio que adolece de falta de Policía Local durante los fines de semana y determinadas horas clave del resto de días.
La última en encontrarse con el problema ha sido Aurora Ruiz, de la tienda de ropa y complementos Misús, quien este lunes fue avisada por una vecina que vio el desaguisado y la llamó. «Al parecer hay un 'modus operandi'», dice Aurora. «Cogen la arqueta de la calle, la tiran, rompen el cristal y entran dentro», explica la comerciante, que se ha encontrado por el suelo algunos de sus productos pero no ha echado en falta nada. Tampoco dinero. «Me han puesto la caja encima del mostrador, pero no se han llevado ni las monedas que tenía, que serían unos diez euros, porque no lo dejo aquí».
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La mujer lamenta que tanto ella como otros comerciantes de la localidad se encuentran «desprotegidos» y reclaman más seguridad. En su caso, cursó una denuncia en la Guardia Civil, pero de la Policía Local no sabe nada. «Aquí no ha venido nadie», dice, y apunta a otros casos similares que han tenido lugar recientemente como el de la pescadería, el supermercado Lupa e incluso el local de yoga. «También a unos amigos les han intentado entrar en casa mientras estaban viendo la tele, o sea, que ya no son solo los comercios», apunta. «En La Soloba han entrado en tres casas y encima de mi negocio a una señora le robaron dinero y joyas», añade.
En la madrugada del jueves al viernes, el afectado fue Luis Liaño, de La Tahona de Puente, negocio también conocido como Trisolpán. «A nosotros nos robaron por la parte trasera, nos forzaron la puerta trasera, donde tengo barrotes, y destrozaron la máquina tragaperras, la movieron hasta el obrador, pero como ahora están blindadas no pudieron llevarse nada, y la recaudación nunca la dejamos aquí», explica el hombre.
Gema González es propietaria de una mercería ubicada entre Misús y Trisolpán, y de momento se ha librado de los asaltos pero esta misma mañana ha vuelto a llamar al Ayuntamiento, como ya lo había hecho hace un año, para que se repare la farola que iluminaba el lugar pero desde hace un tiempo no funciona. «Yo tengo la luz de la vitrina que la dejo hasta las once aunque creo que la nueva ley pone el tope en las diez, porque se ve muy poco de noche».
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