La cuidada reconstrucción de la fiesta de Guerras Cántabras en Los Corrales de Buelna
El Grupo de Recreación de la asociación organizadora de la fiesta acerca cada vez más el vestuario, complementos o armamento a su origen
En Los Corrales de Buelna ya se palpa la proximidad de las Guerras Cántabras, la edición más temprana y la única hasta el momento que ... se celebrará íntegramente en el mes de agosto. Un año especial porque comenzará a notarse de forma palpable el trabajo que a lo largo de los últimos meses ha protagonizado el Grupo de Recreación de la asociación organizadora, un colectivo que cuenta ya con 60 miembros entregados a lograr acercar, lo más posible, el vestuario y complementos a la época que se recrea.
La coordinadora, Lidia Ruiz, ha explicado que el grupo se creó en marzo de 2023, «un año en el que nos centramos en los talleres de cinturones de lana realizados con telar de tablillas». Para ello contaron «con el buen hacer» de Laura Salido, una festera «que se ha convertido en una auténtica experta de la técnica y en hacer de sus cinturones, verdaderas joyas». De hecho, una demostración de maestra y aventajadas alumnas ha sido incluida dentro de la Programación Expandida que complementa el programa principal.
En 2024 el protagonista fue el calzado romano. Se organizó un primer taller con un zapatero artesano experto en recreación histórica. A partir de ahí, «la destreza con el cuero de los festeros Quinito Cos y José Manuel Díaz permitió que se realizaran varios talleres de carbatinas».
Este año han tomado el protagonismo las conferencias sobre vestuario impartidas por los asesores históricos, una primera sobre 'La mujer cántabra y la mujer romana', una segunda sobre 'El guerrero cántabro y el legionario romano' y la tercera sobre 'La sociedad civil en las guerras cántabras'.
Pero no ha sido lo único, además del ya habitual taller de cinturones, «este año nos hemos atrevido con la técnica del sprang de la mano de María José Seco». Una técnica de tejido rudimentaria, utilizada en la edad de hierro, mediante la que se realizaban redecillas, «tanto para recoger el cabello como para que los legionarios transportasen comidas y utensilios».
Lidia Ruiz aporta números que resaltan la importancia de un Grupo de Reconstrucción con 60 personas, multiplicadas por quienes se han sumado en talleres y charlas. Más allá si cabe, porque esas conferencias se han subido al canal de YouTube sobre vestuario y han tenido casi 6.000 visualizaciones. Sobre los talleres, la participación ronda las 200 personas.
La coordinadora, Lidia Ruiz, ha sido testigo de la incorporación paulatina de más participantes y de los buenos resultados logrados con la colaboración de los asesores históricos de la fiesta, los arqueólogos Lino Mantecón y Javier Marcos. Algo a lo que sumar el interés de los participantes, tanto que algunos han pasado de alumnos a maestros, como los casos de los mencionados Laura Salido, Quinito Cos o José Manuel Díaz.
La principal valedora del equipo formado por integrantes de la fiesta está «más que satisfecha», porque, a la postre, «se está consiguiendo uno de los objetivos fundamentales de la fundación del grupo, que el rigor en el vestir se note en el campamento. Y aunque es un trabajo que requiere de tiempo, sí que se va notando, cada vez son más los festeros que le ponen mimo y rigor a su vestuario».
Como más de una vez ha afirmado, es un equipo que «nace para satisfacer el interés de los festeros por el rigor histórico», integrantes «unidos por la ilusión de acercarse lo más posible a la vestimenta, complementos, armamento, o decoración de la época que recreamos».
Todos aceleran estos días sus trabajos, para poder lucirlos en un mes en la fiesta.
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