Los conductores en Santander invirtieron un 17% de tiempo extra en atascos en cada viaje

Santander está casi en la mitad de esa lista de ciudades españolas atascadas. Sufre un problema que todas las urbes del mundo intentan solucionar con repetidos planes de movilidad, promocionando el transporte público, las bicicletas e, incluso, premiando a las personas que vayan andando a sus puestos de trabajo. Pero por el momento, los embotellamientos forman parte del día a día de las ciudades.

En la principal ciudad de Cantabria, el nivel de congestión medio es del 17%, bastante menor que en Barcelona, que encabeza la lista de las ciudades españolas con mayor problema, con un 29% de tiempo extra en atascos durante cada viaje. Le siguen, respectivamente, Palma de Mallorca (25%) y Granada (24%). Hay que bajar hasta el cuarto puesto para encontrar a Madrid, en la que los conductores pierden un 22% del tiempo. Cierra el top 5 de esta clasificación Santa Cruz de Tenerife (22%). En el lado contrario están Cádiz y varias capitales del Norte, como San Sebastián, Oviedo, Bilbao y Valladolid, ciudades donde se gasta menos tiempo en atascos.

¿Quieren saber cuál fue el día con más atascos en 2018 en Santander? No fue en verano, ni el día de Reyes, ni la noche de los fuegos artificiales de las Fiestas de Santiago, cuando conducir por la ciudad suele resultar desesperante. El peor día para la circulación fue el 10 de diciembre. Esa jornada hubo un 24% de congestión en Santander, tanto en las vías urbanas como en los tramos de autovía de alrededor, a causa de un accidente en la S-10. Un trailer volcó a la altura de Valle Real y tuvo colapsados, durante diez horas, todos los accesos y salidas a la capital. Fue un lunes de locos para ponerse al volante. Nada que ver con lo que ocurrió el 21 de enero. Ese domingo invernal, aunque no lluvioso, fue el día con menos atascos de todo 2018: se registró un 4% de congestión toda la jornada.

También hubo una enorme diferencia entre el tráfico en los tramos de autovía que están en la ciudad (S-20 y S-10) y el tráfico que discurre por las calles más céntricas y populares. Así, el nivel de congestión en las autovías fue de un 4%, mientras que el de las calles más urbanas fue del 21% de media. Las más concurridas son las entradas y salidas: calle Castilla y calle Hermida, Jerónimo Sáinz de la Maza, avenida Eduardo García; y otras más céntricas como la calle Cádiz, calle Ruiz de Alda, Cervantes, Isabel II, Rualasal, Ataúlfo Argenta, calle Alta, calle Vargas, o incluso la calle Torremar, en La Albericia. Y si se mira hacia las playas –aunque esto ya es sólo en época veraniega– los viales que soportan mayor presión son, sin duda, la avenida Reina Victoria, la avenida Eduardo García Lago, la calle Real Racing Club y la Avenida del Faro.

Según este informe, los atascos en 2018 fueron más habituales por la tarde que por la mañana y, por supuesto, la congestión fue mayor los días laborables que los festivos o incluso los sábados. Los peores días de la semana para conducir en Santander fueron los miércoles y los jueves, de 18.00 a 20.00 horas (el nivel de atascos es del 27% y 28%). Los jueves a las 19.00 horas, Santander sufrió un porcentaje de retenciones del 28%. Los viernes, en cambio, los atascos se produjeron de 12.00 a 14.00 horas (25 y 26%).

Los datos están muy relacionados con los horarios laborales de las empresas y comercios y con los servicios. Aunque esos tres días son los más intensos, el resto de jornadas entre semana el tráfico registró numerosos atascos en las citadas franjas horarias. Los lunes y martes fue complicado circular por ciertas zonas de Santander de 18.00 a 20.00 (intensidad del tráfico del 25%). Por la mañana también hubo tráfico lento y retenciones, pero de forma un poco más llevadera (24%). De media, un conductor al volante por las calles de Santander perdió seis minutos por la mañana y más de ocho si cogió su vehículo por la tarde.

A Manuel Andoni Ruiz, de la Federación Cántabra del Taxi, el estudio le parece «demasiado genérico». Sin conocer a fondo qué información «han tenido en cuenta a la hora de hacerlo», cree que «no se ajusta mucho» a su experiencia en la circulación por Santander. «Esta es una ciudad muy especial cuyos hábitos varían dependiendo de si es verano o invierno, de si llueve o no o incluso de si estamos en Navidad, en Semana Santa o en plena Semana Grande», argumenta.

A este taxista que diariamente atraviesa los embotellamientos que se producen, le sorprende el dato de que los días con más atascos sean los miércoles y jueves por la tarde. Por sus horas al volante, él diría que «hay más los viernes a mediodía y por la tarde. Pero depende de si es verano o invierno, claro». Por zonas y dependiendo del tiempo, Andoni señala que «si es verano, se trasladan a las zonas de playas y en invierno, en cambio El Sardinero está desierto y las retenciones van el centro. Y también depende de si llueve o no. En Santander hay muchas motos y si no llueve se nota. Pero como llueva, la gente coge el coche y ya la tenemos montada».

Para este profesional del taxi, hay dos puntos negros en Santander. «Donde los atascos son permanentes» y da igual la época del año que sea. «Son la calle Jerónimo Sáinz de la Maza (subida y bajada desde la turborrotonda de Valdecilla Sur a Cuatro Caminos) y Cervantes (recientemente remodelada)». Los planes de Movilidad del Ayuntamiento de Santander en los últimos años han modificado el tráfico por ambos puntos y los conductores habituales señalan que la situación no ha mejorado. Así todo, cree que los embotellamientos en Santander, salvo casos excepcionales, son «muy llevaderos». «No sólo los taxistas, sino también muchos ciudadanos que transitamos habitualmente, lo hacemos casi de memoria: sabemos las rutas alternativas para evitar ciertos sitios a ciertas horas».

A nivel mundial, Mumbai ocupa el primer lugar del ranking de ciudades con más retenciones en 2018, según el estudio de TomTom. Los conductores en la ciudad india pasaron un promedio del 65% de tiempo extra parados durante cada viaje. Le siguen Bogotá (63%), Lima, en Perú (58%), Nueva Delhi (58%), y la capital rusa, Moscú (56%).