El Gobierno prepara un plan para impulsar el Pctcan y dotarlo de nuevas infraestructuras

Para la redacción del citado plan estratégico, la sociedad que dirige el Pctcan ha contado con la colaboración de las compañías que actualmente ocupan los terrenos, además de los tres institutos de investigación que trabajan allí: el Instituto de Hidráulica (IH), el Instituto de Biomedicina y Biotecnología (Ibbitec) y el Centro Tecnológico (CTC). La intención, según explica Huerta, «es generar un programa de acciones, actividades y eventos que promuevan la captación de empresas y la relación entre ellas, así como el impulso de la formación, los espacios de 'coworking' (trabajo colaborativo) y la incubadora de empresas».

Es, sin duda, el gran reto que el Pctcan tiene por delante. Aunque también es cierto que parte de ese crecimiento en actividad pasa primero por la construcción de nuevos inmuebles, ya que las instalaciones propias que gestiona la sociedad que depende de la Consejería de Industria están al límite de su capacidad. «Por esta razón estamos iniciando las acciones necesarias para dotarnos de nuevas infraestructuras, que probablemente se incluyan en los próximos Presupuestos de Cantabria», afirma el director general del Pctcan. «Nuestras instalaciones tienen una alta ocupación. Además, al generar oferta, se estimula la demanda, aunque podríamos decir que, en estos momentos, prácticamente la segunda supera a la primera», añade.

El Edificio 3.000 está vendido por completo. Una de las plantas las ocupa la incubadora de empresas. Actualmente, de las 24 oficinas, sólo hay 3 libres. El edificio de la parcela 20 -donde se ubicaba Soningeo- también está lleno. El Salia, que es el rojo, amarillo y naranja, se encuentra al 96%, ya que sólo hay dos oficinas libres. Y el que antes era de Apia XXI -que tuvo que ser recomprado por el Gobierno-, ahora alberga las consejerías de Industria y Desarrollo Rural.

Por todas estas razones, el Ejecutivo considera prioritario continuar con el crecimiento del Pctcan. Además, tiene terrenos libres sin construir. En la actualidad, está edificado el 74,2% de la finca, lo que deja margen para la expansión planeada desde la Consejería. El Edificio Bisalia, gemelo del Salia, pero este en colores verdes y amarillos, será el siguiente. Actualmente está en ejecución y ocupará una superficie de 4.515 metros cuadrados en base una estructura de cinco plantas más sótano. «En breve comenzaremos con su comercialización, aunque ya hemos recibido solicitudes», explica Huerta. Además, la sociedad gestora del Pctcan espera en breve poder anunciar la llegada de una nueva empresa «importante» y cuenta con dos solicitudes de compra de terrenos.

Tras unos años de parón motivados por la anterior crisis económica, y ahora por la pandemia mundial del covid, el Gobierno quiere insuflar aire fresco para hacer del Parque Científico y Tecnológico una seña de identidad.

Según los datos facilitados por el Pctcan, en la actualidad hay 66 empresas instaladas en el Parque, además de los tres institutos de investigación. Esto genera el tránsito de «unos 3.500 trabajadores», más los 2.000 estudiantes relacionados a la Universidad del Atlántico, sobre todo en base a su residencia.

En ocasiones, el precio de establecerse el Pctcan ha sido criticado por elevado, aunque desde el Parque Científico puntualizan. «Tenemos los tres modelos: venta, alquiler con opción a compra y alquiler a secas. El precio del Salia, por ejemplo, oscila entre los 8 y los 12,42 euros por metro cuadrado construido, depende de la planta. Son precios que están dentro de lo que es el mercado para un edificio singular, en un espacio diferencial, que da marca y presta servicios», relata Huerta. «Los del Bisalia serán parecidos, aunque antes debe fijarlos el Consejo de Administración. Lamentablemente, las empresas que han decidido marcharse no ha sido por este motivo, sino por la no disponibilidad de espacio suficiente», recalca el director general del Pctcan.

«Las firmas que deciden venir al Parque Científico y Tecnológico de Cantabria saben que se encontrarán en un entorno amable, con unas instalaciones a las que no pueden acceder, por ejemplo, en el centro de Santander. Eso hay que valorarlo. Aquí hay espacio y plazas de aparcamiento, pero, principalmente, el decir que te encuentras en un parque científico y tecnológico refuerza tu imagen. Además, los servicios son inmejorables, al igual que las comunicaciones», afirma.