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Domingo, 21.30 horas. La cuesta para bajar hacia el aparcamiento del Camello mientras se celebraban los conciertos del Festival en la Campa. A. B.

Una marea de porquería en el Camello

Los restos que dejaron parte de los asistentes al Reggaeton Beach Festival del domingo no desaparecieron del todo hasta bien entrado el lunes

Álvaro Machín

Santander

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Martes, 30 de julio 2019, 07:28

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«No había visto nunca tanta mierda. Ni en San Juan». La frase es tan intencionadamente expresiva como textual. Lo comentaba ayer una de las asistentes al Reggaeton Beach Festival que se celebró el domingo por la noche en la Campa de La Magdalena. Una de las 15.000 personas que se dieron cita en un evento que colgó el cartel de 'No hay billetes'. Llenaron el recinto, pero no sólo eso. Buena parte del público llenó también el aparcamiento del Camello. Y allí, unos cuantos dejaron un enorme rastro de suciedad que aún era visible, en parte, ayer por la mañana. Casi a las once. Cuando los habituales estaban ya dándole a las palas y un buen puñado de veraneantes andaban cogiendo sitio con la toalla frente al mar. Una estampa veraniega poco publicitaria. «Cuando entré al festival no me pareció que hubiera mucha basura, pero cuando lo vimos al salir era asqueroso. No se podía caminar por el paseo. Había basura en todos lados. Daba pena». La frase es de la misma chica del principio -tiene 24 años-. La que «no había visto nunca tanta...».

La imagen, ya el domingo noche, llamó la atención. Con un domingo de sol, El Sardinero estuvo lleno hasta última hora. Así que la basura saltaba a la vista entre los que daban un paseo. Se hizo botellón en el aparcamiento, en la playa, en los bancos del paseo cerca de las paradas de autobús y hasta entre los coches, por Pérez Galdós, «desde el Hotel Real hacia abajo». Hay que tener en cuenta, además, que el Festival empezó pronto, a las cuatro de la tarde. Así que ya desde algunas horas antes hubo numerosos grupos de jóvenes 'de litros' por las inmediaciones.

«La gente estaba tomando el sol y jugando a las palas, y por arriba todo el paseo estaba lleno de gente bebiendo», comentó a este periódico otro de los asistentes. Un chico. Él insistía en el lleno, en la avalancha de espectadores. «Yo entré pronto, sobre las seis de la tarde, pero ya se veía que había mucha más gente que en el concierto de Juan Magán. Los bancos del Camello estaban 'petados' de gente, hasta el final casi no se podía caminar por ahí».

El Ayuntamiento explicó que empezó a limpiarse el domingo a las 22.30 horas

Entrando y saliendo

Además, según relataron varios espectadores, muchos grupos continuaron con el botellón entre una tanda de actuaciones y la siguiente (el Festival se prolongó hasta casi las tres de la mañana). Comprando una pulsera identificativa se les daba la opción de entrar y salir del recinto de la Campa. Así que, según cuentan los que asistieron, veían algunos de los conciertos y volvían a salir para hacer tiempo hasta que llegaran los siguientes artistas programados (los cabezas de cartel actuaron en torno a las diez de la noche).

Lo más llamativo, en todo caso, es que ayer por la mañana -bien entrado ya el día- parte de la suciedad que dejaron aún fuera visible. Era la que se concentraba en las zonas verdes, especialmente al final del talud que da al aparcamiento del Camello o junto a los baños portátiles que hay ya pegado al acceso a la playa.

Juanjo Santamaría
Imagen principal - Una marea de porquería en el Camello
Imagen secundaria 1 - Una marea de porquería en el Camello
Imagen secundaria 2 - Una marea de porquería en el Camello

En las inmediaciones de las escaleras que desembocan en el parking (las que conectan con la parte superior, con el paseo) había bolsas negras de basura donde habían empezado a acumular restos, pero quedaba un reguero bien visible. Hasta media mañana, de hecho, la zona no estuvo totalmente despejada de botellas de plásticos, vidrios rotos, bolsas, envases... Y eso fue lo que generó un buen número de quejas entre los que se acercaron a darse un baño (el día, además, amaneció con buena pinta, aunque se fue nublando). Fue el tema de conversación en la zona.

La limpieza

¿Qué dijo el Ayuntamiento respecto a la limpieza? Fuentes municipales explicaron a preguntas de este periódico que «las zonas duras (las aceras, el asfalto...) se comenzaron a limpiar durante la noche del mismo domingo». En concreto, a partir de «las 22.30 horas». Antes de que terminara el Festival y con los 15.000 asistentes aún en la Campa. Se limpió y se procedió, según relatan, al «vaciado de las papeleras». Esas operaciones, detallan las mismas fuentes, se repitieron «a primera hora de la mañana» del lunes (zonas duras y papeleras). Un repaso a lo hecho horas antes.

En cuanto a las zonas verdes -en las que quedaban restos casi a las once de la mañana-, «se priorizó trabajar en la limpieza del interior del recinto de La Magdalena y se siguió a continuación con las zonas verdes del exterior». Empezaron en la Campa y de ahí, hacia fuera.

A eso de la una, ya no quedaban huellas de la 'invasión' de la noche anterior. Pero, para entonces, las fotos de casi veinte horas de basura acumulada junto al Camello estaban ya rodando a la carrera por los teléfonos de media ciudad.

Dos detenidos en las inmediaciones

El parte de la Policía Local de este lunes reflejaba que en las horas del Festival –exactamente las 19.45 del domingo– un individuo «empezó a gritar y a encararse con los agentes, reaccionando de forma violenta empujando a uno de ellos, por lo que tuvo que ser reducido» cuando procedieron a identificarle «por miccionar en la vía pública». Eso fue «en el recinto del Palacio de La Magdalena» y, según el relato policial, el hombre «opuso gran resistencia».

Algo más tarde (21.40 horas), en la «Ensenada del Camello», un turismo se salió de la vía, «colisionando contra otro vehículo estacionado en citado lugar, ocasionándose daños materiales». Según el relato judicial, los agentes realizaron la prueba de alcoholemia al conductor implicado, que superó «en más del cuádruple la tasa permitida». Además, se comprobó que le constaba «una suspensión temporal del permiso dictada por el Juzgado de lo Penal Número 2 de Santander».

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