Un recorrido por el Museo Taurino

La cita se enmarcaba dentro de los prolegómenos de la Feria de Santiago que arranca el próximo sábado. La ampliación de los fondos existentes y la reapertura del centro eran una de las mejoras colocadas por la adjudicataria de la plaza, Lances de Futuro, en su oferta de licitación del coso. Inaugurado el 24 de julio de 1998 por María de las Mercedes Borbón, condesa de Barcelona, en los últimos años había permanecido cerrado al público durante el año, lo que suponía una oportunidad perdida para que los visitantes se acercasen al mundo de la tauromaquia y a los múltiples objetos expuestos en sus vitrinas. Reabierto de manera efímera en 2017, la exposición incluye una colección de entradas del recinto santanderino, un traje de luces de Pablo Alfonso Fernández Rueda 'El Norteño', un traje del bombero torero creado por el cántabro Pablo Celis, una antigua enfermería con camilla y elementos sanitarios, y varios grabados de temática taurina. En 2024 acogió la exposición de abanicos Nuevos Aires del Toreo, de la artista Carmina Santo.

Ahora, la colección se ha ampliado con una cabeza de toro, estoqueado por Alejandro Talavante en Mérida, una muleta de José Tomás, un traje de luces de Juan Ortega o un cartel de la corrida picassiana celebrada en Málaga el pasado año y en la que torearon Cayetano, Emilio de Justo y Pablo Aguado, y un cartel de una corrida en Granada pintado por Miguel Barceló. Para rematar la colección llegará hasta Santander el traje usado por Talavante en esa tarde extremeña en la que mató los seis toros y cantó por bulerías a uno de los protagonistas.

Ubicado junto a la puerta grande del recinto, el museo permanecerá abierto durante los días de feria para que los visitantes puedan contemplar además la cabeza de 'Aguardientero' lidiado por Cara Ancha el 27 de julio de 1890 y que, como curiosidad, mató siete caballos, y la foto de Manolete en la penúltima corrida de su vida. Algo más de un centenar de personas quisieron estar presentes en un acto que abre a los aficionados un recorrido por la lidia, la historia y las anécdotas y que evoca esos tiempos antiguos en los que la tauromaquia poco tenía que ver con la actual. Carteles y recuerdos, faenas y trastos con notable presencia cántabra, puesto que son recordados todos los matadores de alternativa nacidos en la región. Es decir, Félix Rodríguez, El Norteño, Curro González y Diego Rueda, el último en torear cuatreños y que se doctoró en Cuatro Caminos en el año 1996.

Historia del toreo en unos pocos metros y al alcance de todos, una oportunidad de ver de cerca los elementos que llevan los protagonistas de cada cita vespertina de la Feria de Santiago y, además, una visita didáctica para todos los que quieran saber más del mundo de la tauromaquia.

De entre lo expuesto, y más allá de las imponentes cabezas de los dos astados, destaca sobre todo la calidad de los grabados, obras que describen diferentes escenas de una tarde de toros, encuadradas en los lances de capote, los pares de banderillas, diferentes pases de muleta y la suerte suprema.

Una fiesta preferia, para calentar el ambiente de cara a la que se avecina y una llamada a contemplar parte de la historia taurina de Cantabria reflejada en las grandes figuras que han pasado por Cuatro Caminos. Que nadie pierda la oportunidad.