El Consulado español en Moscú rechaza dar salvoconducto a una niña nacida por gestación subrogada

María Teresa Gregorio Puig, una empresaria ibicenca de 47 años, lleva en Moscú desde finales de junio del año pasado, a donde acudió para recoger a su hija, Karla María, nacida de gestación subrogada el 7 de julio de 2015, y desde entonces no ha podido regresar a España. Resulta que el Consulado español en la capital rusa se niega a registrar a la niña y a extender el salvoconducto que la permita a ella y a su madre legal, que lo es según la legislación rusa, a instalarse en su casa de Ibiza.

"A los pocos días de nacida mi hija, fui al Consulado y el cónsul encargado del registro -Julio Díaz Sevillano- me dijo que lo tenían que estudiar. Un día después, recibí por escrito el rechazo a inscribir a mi hija y a darle el salvoconducto para viajar a España. No reconocen que yo sea su madre. Así estoy desde entonces", declaró a este periódico.

Se da la circunstancia de que en Rusia el vientre de alquiler es legal, por lo que, existiendo el subsiguiente contrato y tras el nacimiento, la persona que lo ha encargado, en este caso María Teresa, se convierte en la madre legal y recibe la documentación que lo acredita. "Esto tendría que ser suficiente porque España y Rusia tienen firmados acuerdos bilaterales y se reconocen mutuamente las anotaciones en el registro civil", subraya. Sin embargo, Gregorio Roig sostiene que el cónsul la acusó de "trata de bebés, poco menos que de dedicarme a robarlos".

María Teresa es soltera e intentó sin éxito adoptar. De ahí que, a través de un bufete de abogados, se pusiera en contacto con una clínica moscovita con la que firmó un acuerdo en diciembre de 2013. Por razones de salud, ella no podía aportar el óvulo para la fecundación así que hubo que obtenerlo de un banco de donantes al igual que los espermatozoides.

El centro médico ruso se encargó también de encontrar el vientre de alquiler. De esta forma, Karla María carece de material biológico procedente de María Teresa, pero en Rusia la consideran su madre. No así en el Consulado español, en donde, según ella, la llegaron a decir que "dejara a mi hija en un orfanato y regresara a España". Ante la negativa de las autoridades consulares, Gregorio Roig recabó una resolución de un tribunal de San Petersburgo que ratifica su condición de madre. Además, sus abogados han presentado un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en contra de la decisión tomada por el cónsul general adjunto.

Lo cierto es que María Teresa se encuentra ahora en una situación de desamparo. "Me estoy quedando sin dinero, tengo el visado ruso caducado y trato incluso de no salir a la calle por miedo a que mi hija se coja un resfriado y no pueda hacer frente a los gastos que supondrían un tratamiento médico". Vivió un tiempo en un hotel, pero debido al gasto, alquila ahora un apartamento mucho más económico. Dice además tener serios problemas de comunicación porque no habla ruso y su inglés es "deficiente".

Según sus palabras, "mi negocio -una carpintería- se está yendo a pique. Apenas tenemos facturación desde mediados del año pasado debido a que no estoy allí para dirigirlo. Mi padre está ya mayor y hace lo que puede. Todo depende de la buena voluntad de los empleados". "Si esto no se resuelve pronto, voy a tener que pedir limosna delante del Consulado". concluye.

Ayer no fue posible obtener explicación alguna del Consulado español en Moscú. Y es que la Oficina de Información Diplomática en Madrid considera que el caso está "sub júdice" y, mientras el Tribunal Superior de Justicia de Madrid no emita su fallo "no puede haber ningún comentario", aseguró una fuente diplomática. En España la maternidad subrogada no es legal.