Estudiar ciencias, ¿por qué no?

La crisis económica que estamos atravesando ha puesto de manifiesto, más si cabe, la necesidad de orientar nuestro modelo productivo hacia una sociedad basada en el conocimiento, donde instituciones públicas y privadas deben apoyar y apoyarse en la investigación y desarrollo científico-tecnológico para lograr, a medio plazo, un crecimiento sostenible que garantice un futuro mejor para todos. En la medida en que logremos una mayor competitividad en nuestra economía, como consecuencia de un peso relevante de la producción científica y tecnológica, podremos asegurarnos unas expectativas más estables.

Hoy en día, la complejidad de una gran parte de los problemas y desafíos científico-técnicos, exige abordar éstos mediante la colaboración de profesionales que aporten enfoques y conocimientos distintos. En consecuencia, cada vez con mayor frecuencia son grupos multidisciplinares los que resuelven y desarrollan proyectos de investigación, desarrollo e innovación, tanto de carácter básico como aplicado, en entornos de empresas públicas y privadas. En este contexto, la aportación de físicos y matemáticos junto con otros profesionales es fundamental. Tradicionalmente se ha pensado en físicos y matemáticos como personas que desarrollan su actividad profesional en la docencia o en la investigación, dentro del mundo académico o en centros e institutos de investigación. Sin duda esto es así, pero el abanico de posibilidades es bastante más amplio. No son muchos los trabajos que socialmente tienen la etiqueta, o se identifican con físicos y matemáticos, aunque son muchos y variados los trabajos donde participan éstos.

La Física, además de ciencia básica y fundamental para comprender el universo que nos rodea, juega un papel destacado en ciencias emergentes y nuevas tecnologías. Meteorología, medioambiente, fuentes de energía, nanociencia, nuevos materiales, biofísica y física médica, instrumentación científico-técnica o protección radiológica, son algunos ejemplos donde los titulados en física participan activamente. Su versatilidad y formación multidisciplinar propician su contribución en estos temas.

Las Matemáticas constituyen una herramienta presente en todos los avances científico-tecnológicos. La matemática aplicada aporta los métodos analíticos y numéricos que el diseño y desarrollo tecnológico precisan. Las empresas de tecnología de la información y comunicación incorporan matemáticos con conocimientos de computación. La consultoría y estudios financieros recurren a las Matemáticas y a matemáticos para modelizar e interpretar una economía cada vez más compleja. El tratamiento estadístico de la información, al servicio de la toma de decisiones, es necesario en todos los ámbitos: industria, medicina, economía, etc.

Los estudios universitarios en ciencias básicas como Física y Matemáticas han sufrido a lo largo de los últimos años una reducción considerable de alumnos matriculados en estas disciplinas. Las razones de por qué se produce esto son varias y requerirían de una larga explicación. No obstante, esta reducción no es debida a una escasez de puestos de trabajo para estos titulados. Los datos comparativos con otras titulaciones de carácter técnico no avalan esta idea, a veces demasiado extendida (ver El Diario Montañés del 8 de Marzo). Diversos estudios e informes sobre las salidas profesionales de físicos y matemáticos, como los realizados por el Colegio oficial de Físicos o la Real Sociedad Matemática Española, ponen de manifiesto la buena situación para estos titulados en cuanto a ofertas de empleo e inserción laboral. El imparable desarrollo científico-tecnológico abre unas expectativas que son, en un marco europeo, muy esperanzadoras.

El nuevo espacio europeo de educación superior (EEES) adopta un modelo de estudios superiores estructurado en tres niveles: grado, máster y doctorado. El próximo curso académico se implementará en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Cantabria el tercer curso de los Grados en Física y en Matemáticas ya adaptados al EEES. Asimismo se imparten seis másteres oficiales, tres de ellos con un perfil más fundamental y los otros tres de corte más aplicado, en los que participan diversos grupos de investigación que en la actualidad están involucrados en la ejecución de proyectos nacionales y europeos que han proporcionado resultados, en muchos casos, de repercusión internacional.

Además, la Comisión Europea impulsa su programa de aprendizaje a lo largo de toda la vida, como uno de sus buques insignia en todo lo relacionado con la educación y formación de sus ciudadanos. Esto es más relevante si nos centramos en las ramas de la ciencia y la tecnología. La velocidad a la que se producen los cambios, exigen de los profesionales que trabajan en estos campos una formación y reciclado permanentes, que se llevaran a cabo mediante la realización de másteres universitarios, cursos de especialización u otras actividades de formación que permitan una actualización y aprendizaje continuo. Pues bien, los graduados con una formación básica sólida, como son los físicos y los matemáticos, están en muy buenas condiciones para adaptar sus conocimientos a las futuras exigencias de un mundo con cambios constantes.

En definitiva, si la vocación de un futuro estudiante universitario, entendida ésta como un compromiso entre los gustos, aptitudes, aprendizajes previos, posibilidades futuras y capacidad de esfuerzo, se inclina por la Física o las Matemáticas, su elección estará llena de sentido.