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CANTABRIA EN LA MESA II

LA VITAMINA C

Presente en los alimentos frescos

JOSÉ ENRIQUE CAMPILLO

Sábado, 12 de enero 2013, 01:08

La vitamina C o ácido ascórbico es muy importante para la salud y su deficiencia crónica conduce a una grave enfermedad llamada escorbuto. Este padecimiento lo sufrían los marineros hace siglos, cuando tras navegar durante varios meses sin tocar tierra les llegaban a faltar los alimentos frescos. Sin embargo las ratas que viajaban en el mismo barco nunca padecían escorbuto. El asunto se solucionó cuando los ingleses descubrieron que se evitaba el escorbuto solo con embarcar un buen cargamento de limones. Claro que la solución la tenían más cerca, solo tenían que haberse comido a las ratas del barco crudas. Vamos a aclarar estas cuestiones a ver que conclusiones beneficiosas para nuestra salud podemos extraer.

Casi todos los animales, incluidas las ratas, pueden producir dentro de su organismo la vitamina C necesaria solo a partir de un elemento tan abundante como es la glucosa. Las ratas de los barcos solo con roer la madera y comer algunos granos de cereal ya podían disponer de vitamina C en abundancia. Pero los seres humanos, y algunos de nuestros parientes primates, perdimos hace unos quince millones de años los genes necesarios para permitir fabricar vitamina C a partir de glucosa. Por eso necesitamos ingerir la vitamina C que fabrican otros organismos, ya sean vegetales o animales.

La vitamina C es un potente antioxidante que nos defiende de las agresiones de los radicales libres, de las radiaciones, incluida la luz del Sol y que por eso nos protege de los problemas que pueden causar estos agentes oxidantes como son el cáncer y la aceleración del envejecimiento. Nuestra especie (y también algunas especies de monos) padecemos un gran déficit de poder antioxidante por nuestra deficiencia en la capacidad de fabricar vitamina C. Nuestros parientes simios lo solucionan con la dieta natural a base de hierbas y frutas que le proporcionan los bosques y selvas en los que habitan. Nosotros mediante los alimentos frescos.

Dada la gran facilidad que tiene cualquier animal para fabricar la vitamina C en su propio organismo, cualquier alimento fresco contiene una buena provisión de vitamina C. Por supuesto que esta vitamina es más abundante en algunos alimentos como son algunas frutas (kiwi, guayaba, limón, naranja y fresas) y verduras (pimientos, coles de Bruselas, coliflor, espinaca), pero cualquier hortaliza, fruta o verdura consumida en fresco, sin cocinar, aportan vitamina C. Las carnes de cualquier animal contiene vitamina C, pero hay que consumirla cruda. Esto se debe a que la vitamina C se degrada fácilmente por el calor y todo alimento que se cocina reduce en una proporción importante su contenido en vitamina C (aunque siempre queda algo). Por eso comentábamos que los marineros se tenían que haber comido las ratas del barco crudas para prevenir el escorbuto. Los esquimales que no comen frutas ni verduras y que la carne la comen casi siempre cruda a causa de las dificultades para hacer fuego en su medio, nunca padecen escorbuto.

Cualquier alimentación sana que incluya frutas y vegetales crudos nos proporciona la suficiente vitamina C que necesitamos.

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