Una mujer denuncia a un chófer del TUS por agresión

Alrededor de la una de la tarde. Viernes. Calle Jesús de Monasterio, en pleno centro de Santander. Un vehículo Ford Focus en el que viajaban la conductora Alicia Flores y su acompañante Itziar Azcona, circulaba desde el centro de la ciudad en dirección a la calle Burgos. Ambas pretendían aparcar el coche y realizar unas gestiones profesionales, pero acabaron denunciando a un chófer de un autobús municipal y buscando testigos de una agresión. El tráfico era lento, denso, propio de la hora, de la zona y de una víspera de puente. Poco antes de la entrada al aparcamiento subterráneo de Jesús de Monasterio el vehículo se sitúa en paralelo a un autobús del Transporte Urbano de Santander (TUS), le supera y trata de acceder al parking. Lo señala con el intermitente e inicia la maniobra. Sin embargo, su conductora reacciona y desiste porque el autobús -bien porque no se apercibió, bien porque impuso su prioridad sin ceder- no le dejó espacio suficiente. Quizá escuchó algún improperio, pero no lo dio más importancia. De modo que el automóvil sigue su camino. Tras circular por el ramal que supera la entrada del túnel de la calle Burgos, llega hasta el semáforo que regula el trafico con Cervantes y Pasaje de Peña. Al otro lado, el autobús municipal se había detenido en su parada para recoger pasajeros. El disco está en rojo y la conductora del Ford Focus detiene la marcha. Gira la cabeza y observa cómo el chófer del TUS no sólo continúa insultándola -«Sois todas iguales. Tenías que estar en casa. Hija de puta...» se dice en la denuncia- sino que se apea, deja el autobús en la parada con los pasajeros dentro, cruza los cuatro carriles que les separaba y se enfila hacia ellas. En un minuto A Alicia apenas le da tiempo a salir del coche y preguntarle «¿Pero qué te pasa?». Sin más, el conductor del TUS, según la denuncia, le propina un bofetón que le cruza la cara; las gafas saltan por el aire que Itziar las encuentra destrozadas dos carriles más allá. Pero no contento con el tortazo, la agarra por el cuello y le da una patada en el costado izquierdo. Alicia trató de repeler la agresión, pero el conductor salió corriendo, se subió al autobús y siguió su recorrido. Al tiempo, se abría el semáforo y se reanudó la circulación. Todo, en poco más de un minuto. Itziar apuntó la matrícula (4480 DWK) sin fijarse en el número del autobús. Instantes después las dos amigas, aún aturdidas e incrédulas, se topan con una agente de movilidad, quien rápidamente dio aviso a la Policía Local, iniciándose las investigaciones. Mientras, Alicia pasa por Urgencias de Valdecilla donde, además de una contractura en el cuello y el golpe en las costillas, se observa dolor en la palpación en la zona del bazo. La tramitación del atestado va a derivar en un juicio rápido por agresión, que se celebrará este martes, a las 13:20 horas, en el Juzgado de Instrucción Número Dos de Santander. Alicia e Itziar piden a alguno de los muchos testigos que presenciaron los hechos, tanto desde el autobús, como desde la acera, se pongan en contacto con la Policía Local para aportar su testimonio en el juicio.