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Estado en el que quedó una vivienda después de haber sido atracada por los ladrones.
La escalada de robos en viviendas no cesa y los ladrones desvalijan 716 casas en nueve meses

La escalada de robos en viviendas no cesa y los ladrones desvalijan 716 casas en nueve meses

Lejos de mitigarse el problema, Cantabria supera ya las cifras récord que se dieron en el nefasto año 2012

Mario Cerro

Jueves, 8 de diciembre 2016, 15:35

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Parbayón. 22.15 horas de una noche cualquiera de diciembre. Alba intenta abrir sin éxito la puerta de su casa. Algo extraño pasa. Lo prueba de nuevo y, de inmediato, se paraliza. Teme que los ladrones hayan entrado o que quizá sigan ahí en ese momento. Asustada, se aleja, llama a su pareja e instantes después ambos comprueban que una ventana de la parte trasera de la vivienda ha sido forzada. Todo está patas arriba. Los ladrones han desvalijado la casa de Alba y la Guardia Civil da fe de ello.

«Inseguridad e impotencia». Son las dos palabras que guarda en la retina desde entonces y que, a buen seguro, comparten las 716 familias que sufrieron casos similares en Cantabria en los primeros nueve meses del año. Un 2016 que va camino de convertirse en una pesadilla para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en lo que a estadística de robos con fuerza en domicilios se refiere.

Los datos, facilitados por el Ministerio del Interior en el Balance de Criminalidad del tercer trimestre de 2016, son incuestionables, al menos de enero a septiembre, con un incremento del 47% de casos si se compara con el mismo periodo de 2015. Y lo que es peor. Cantabria supera ya las cifras récord que se dieron en el nefasto año 2012 cuando los robos en viviendas hasta septiembre se dispararon un 111%, con 705 casas saqueadas por los ladrones. Aquel año se encendieron todas las alarmas y Delegación del Gobierno tomó cartas en el asunto para intentar reducir los inquietantes números. Lo consiguió al año siguiente (una caída del 13%), mantuvo el tipo en 2014 (un 5% de subida) y bajó los datos hasta los 487 robos en domicilio el año pasado, un importante descenso del 24,5%. Refuerzo de agentes, equipos especiales detrás de bandas itinerantes que atravesaban Cantabria y colaboración ciudadana fueron los argumentos esgrimidos por el delegado del Gobierno para justificar esa caída.

Sin embargo, este año las cosas se han torcido desde el primer momento y los robos en viviendas han superado ampliamente los registros. Entre enero y marzo de este año, los ladrones saquearon en Cantabria 280 casas: 28 casos más que en aquel aciago 2012 y 110 más que el año pasado en esos meses (un incremento del 64,7%). Durante el primer semestre de 2016 se registraron 468 casos, un aumento del 40% más en relación al mismo periodo del año anterior y 28 asaltos más que hace cuatro años. Y de enero a septiembre, el citado incremento del 47% (716 casos). La Comunidad Autónoma tampoco sale bien parada si se compara con la medida nacional. En los primeros nueve meses del año se registraron en España 85.355 robos con fuerza en domicilio, un ligero incremento del 0,5% con respecto a 2015, pero nada que ver con el porcentaje que arroja Cantabria.

Tampoco ayuda mucho a la estadística general que las dos grandes ciudades de Cantabria hayan incrementado significativamente de enero a septiembre los porcentajes de este tipo de delitos. En la capital cántabra hubo en este periodo 171 asaltos a domicilios, una subida del 32,6%, mientras que en la del Besaya se alcanzaron los 54 robos, un 20% más que en 2015, según los datos del Ministerio del Interior. Aunque no se concreta en el Balance de Criminalidad, muchos de los otros 491 atracos en vivienda se han cometido alejados de grandes núcleos de población aprovechando que hay menos vigilancia, no hay presencia policial. Como en el caso de Alba, en Parbayón, los ladrones eligen preferentemente para sus saqueos casas apartadas donde es difícil que sean vistos. «Aunque nunca se sabe a ciencia cierta el modus operandi que sigue el atracador de casas», señalan fuentes policiales. Cierto. Hay robos que se cometen en urbanizaciones rodeadas de casas y a plena luz del día. «Es imprevisible», insisten.

"Una constante"

En la capital o en los pueblos, en casas alejadas o céntricas, de noche o de día, lo cierto es que la oleada de robos no cesa. Y ya no sólo lo constata una fría estadística o los testimonios de los atracados. «Esto es una constante. Están haciendo una buena batida en Guarnizo y El Astillero», señala un carpintero, que cuenta cómo hace unos días los ladrones entraron a robar por segunda vez antes de que les diese tiempo a reparar las ventanas.

Que los robos en vivienda preocupan y mucho lo saben también los vecinos de Igollo de Camargo, que en los últimos días han elevado su nivel de alerta después de varios episodios, lo que ha provocado que la propia Junta Vecinal haya pedido a los residentes que intensifiquen la vigilancia. No sólo eso, en la pedanía se tiene constancia de que un vehículo ha sido visto fotografiando diferentes casas particulares.

Y entre tanta «inseguridad e impotencia» de los afectados, alguna respuesta policial. Como la de la Guardia Civil a finales del mes pasado en Los Corrales de Buelna con la puesta a disposición judicial de cinco de los responsables de la ola de robos de los últimos meses.

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