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Pataleta ridícula

Gerardo Sisniega

Jueves, 5 de mayo 2016, 07:21

El Racing de Ferrol tiene más miedo que Carracuca y sus directivos se han puesto chulitos antes del partido del sábado. Después de tratarles a cuerpo de rey en El Sardinero, han decidido dejar aparcados los buenos modales y los gestos de caballerosidad y tratan de frenar la marea verdiblanca pegándole un buen sablazo a los aficionados que quieran viajar al partido. Y encima solo se comprometen a mandar las entradas a Santander si el dinero les llega por adelantado. La verdad es que no se puede ser más cutre. 12.000 euros ni más ni menos le ha costado la broma al club, cuando no tiene dinero ni para el papel higiénico. Pero el esfuerzo merece la pena para que el equipo se sienta acompañado en el partido más importante de la temporada. Supongo que a la Asociación de Hostelería de la ciudad gallega la noticia de que el club intenta frenar como puede la llegada de aficionados del Racing le habrá sentado a cuerno quemado. Con la que está cayendo, el sentimiento patrio queda en un segundo plano e imagino que bares y restaurantes hubiesen agradecido el mismo despliegue multitudinario de verdiblancos que se produjo hace 15 días en Villaviciosa. No está la cosa para desperdiciar a dos o tres mil visitantes con ganas de gastar dinero y pegarse un buen homenaje antes y después del partido. Pero en fin, que vayan a reclamar a la sede de A Malata, donde están los genios pensantes.

En cualquier caso, el Consejo de Administración ha dejado un nuevo detalle de dignidad y ya han anunciado que no acudirá al palco a poner encima cara de buenos chicos después de la que les han preparado. Aunque bien mirado, la cosa también tiene sus ventajas. Esta vez Higuera y compañía se podrán poner la camiseta y celebrar como un aficionado más los goles sin tener que disimular, que bastante cuesta contenerse cada fin de semana por eso del protocolo.

Mientras tanto, con el equipo dando señales preocupantes, soñar con el ascenso se ha convertido ya solo en una cuestión de fe. Jugamos mal, a veces fatal, pero de alguna manera seguimos sumando puntos mientras nuestro principal enemigo flaquea. El Racing es ahora como esos ciclistas que después de una etapa de cinco puertos de primera, en el sexto ya no suben con las piernas, sino con los riñones. Solo en el último momento y sin saber de dónde, son capaces de sacar los últimos gramos de fuerza de un sitio que ni siquiera sabían que existía y ganar la etapa reina. Así está el equipo desde hace semanas, con el gancho puesto y tirando de riñones. Veremos a ver si nos da para llegar a la meta final que no es otra que el ascenso. De momento hay que seguir quemando etapas más cortas y ganar finales más inmediatas como la del sábado en Galicia. Supongo que sin quererlo, con su actitud ruin, la directiva del Racing de Ferrol nos ha dado el punto extra de mala leche que necesitamos para ir todavía más enrabietados a la cita.

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