Un carril bici con un paréntesis

El tramo empieza en La Marga y acaba a un lado de El Corte Inglés. Enlaza en un extremo con lo ya hecho también por Marqués de la Hermida y en el otro enlazará cuando se haga con la pasarela que permitirá pasar al otro lado de la autovía. Permite la salida de Santander y amplía el número de kilómetros pedaleables. Pero, por el medio, se corta. Desaparece en un punto negro. Al menos, no hay huellas del carril bici recién terminado en un espacio de unos veinte metros. Claves, porque en ese espacio frente al concesionario de Autonorte, al poco de adentrarse en el polígono confluyen hasta cuatro vías distintas con coches en distintas direcciones y escasa visibilidad. Por eso, en la acera el único hueco que queda para pasar han colocado una señal para limitar el paso de ciclistas y hasta unos pivotes que estrechan el paso. O sea, que solo queda echar el pie a tierra e ir caminando o pasar pilotando por el medio del cruce de caminos con mil ojos y cierta dosis de riesgo. «La señalización es para que sea palpable que hay un problema de seguridad. Después de darle muchas vueltas hemos preferido que las bicis vayan por aquí casi paradas para evitar riesgos. Era una zona complicada y se ha optado porque haya que bajarse o ir muy despacio», explicaban ayer desde el Ayuntamiento. «Hay que tener mucho cuidado», comentaba un ciclista con muchos kilómetros en las piernas que se acercó a conocer el trazado.

Estaba previsto para junio, pero está ya listo y, de hecho, ya es habitual el paso de bicicletas por el polígono. Ayer, por ejemplo, en un paseo a media mañana no era difícil cruzarse con alguna en el itinerario entre La Marga y El Corte Inglés (siete u ocho en lo que se tarda en completar el recorrido). Se pasa por el paso subterráneo del parque, giro a la izquierda y paso con preferencia para tomar la vía señalada junto al bazar Siglo. Justo después están los veinte metros. «La única opción es la acera. No se puede, pero es la única opción. Y llegas ahí y te preguntas: ¿Y ahora? ¿Por dónde pasamos? El carril en sí está bien, aunque yo hubiera preferido ir por el Puerto, pero en ese punto te preguntas qué hacemos», explica Jesús Gómez, del colectivo Carril Bici Ya.

Reducir el riesgo de accidentes es el motivo de la explicación del Ayuntamiento para este punto del trazado. «Después de darle muchas vueltas y hablarlo con mucha gente hemos optado por la opción que ofrece mayor seguridad. Claro que podíamos quitar los pivotes y las señales o marcar el carril bici compartido con los peatones por la acera, pero, al ver la situación que se planteaba, hemos preferido que el de la bici vaya muy despacio o se baje. Este no es como el del paseo marítimo o El Sardinero, pero hoy puedes salir de Santander en bici sin ningún problema. Y nadie nos ha puesto otra solución mejor sobre la mesa, porque hubiéramos estado encantados de estudiarla», asegura César Díaz, concejal en funciones del Ayuntamiento. Habla, sobre todo, de la salida de Autonorte, «porque no tienes visibilidad hacia uno de los lados y el ciclista tampoco ve al que sale». «No hay forma de que se vean el uno al otro». De ahí las señales y el corte momentáneo del carril, que regresa en la calle Peñas Rocías.

Hasta el final

Por ahí transcurre sin cuestas y prácticamente sin giros en paralelo a las vías del tren. Los únicos problemas, en este caso, son de concienciación. Ayer, por ejemplo, un coche parado en mitad del carril impidió el tránsito unos minutos. Eso y los peatones, que prefieren el espacio reservado para las bicicletas al suyo (la acera). Algo problemático si, como ocurre a veces, se camina con auriculares. Cada uno, por su sitio y con atención. Y con respeto máximo a preferencias y normas de circulación (conductores y ciclistas). Más que nada porque el trazado incluye varios pasos de cebra para esquivar las rotondas. La primera, junto al 112, antes de enfilar la calle César Llamazares (ahí conviene pasar con precaución por la entrada y salida de los camiones de la basura de su base). La siguiente, ya en el hotel de la zona, para bordear el parque y dirigirse hacia El Corte Inglés. Varios cruces con pasos de cebra y una de las rotondas más transitadas de la ciudad. Y, de allí, a Nueva Montaña (otro nuevo tramo operativo) o a ver morir, por ahora, el carril a un lado del centro comercial.