Indignación en El Campón por la muerte de una niña atropellada por un coche

Los vecinos del barrio santanderino de El Castro están indignados por el atropello que el sábado causó la muerte de una niña. La pequeña, de 10 años, falleció como consecuencia de las graves heridas que sufrió al ser arrollada por un vehículo en la zona de El Campón (Peñacastillo), en el mismo lugar en el que los vecinos viene reclamando desde hace tiempo la instalación de un semáforo.

El atropello se produjo a las cuatro de la tarde del sábado, a la altura del número 23 de la calle El Castro (Carrocerías Puente), cuando la niña intentaba cruzar al otro lado de la carretera N-611. El vehículo, según relataron los vecinos de la zona, arrolló a la pequeña, de etnia gitana, y desplazó el cuerpo unos 40 metros. Ante la gravedad de las heridas, familiares de la niña decidieron su traslado hasta la Residencia Cantabria, en lugar de esperar la llegada de la ambulancia que habían solicitado. Según señalaron fuentes de la Policía Local, cuando el equipo de atestados llegó al hospital, la niña ya había fallecido.

La víctima, vecina de Santander, se encontraba en casa de unos familiares que viven en este barrio pasando el fin de semana.

Al conductor del vehículo, un hombre de entre 25 y 30 años que responde a las iniciales C. C., se le realizó la prueba de alcoholemia, que dio resultado negativo. El hombre, que tuvo que ser asistido en Valdecilla por los golpes que le asestaron en un ojo algunos familiares y amigos de la niña, fue arrestado. Fuentes de la Policía Local indicaron que en la jornada de hoy el detenido pasará a disposición judicial.

Tristeza e indignación sentían ayer los vecinos del barrio de El Castro al recordar que sólo 24 horas antes de que se produjese el atropello habían vuelto a pedir, en esta ocasión a través de televisión y concretamente del programa 'España directo', un semáforo para esta calle. El equipo de reporteros regresó ayer al lugar y los vecinos santanderinos volvieron a ocupar un lugar destacado en el magazine que en la tarde de ayer se hacía eco de lo sucedido el sábado.

«Llevamos dos años y medio hablando con el Ayuntamiento de Santander y pidiendo que instalen un semáforo y un limitador de velocidad», señaló ayer a este periódico Ricardo Mora, presidente de la Asociación de Vecinos San Joaquín de Campogiro. Mora recordó su peregrinaje por las distintas administraciones para plantear su petición. «En el Ayuntamiento nos han dicho que al ser una carretera nacional (N-611) depende del Ministerio de Fomento, y por eso no es competencia suya, aunque iban a plantear la reclamación ante la Demarcación de Carreteras», explicaba mientras recordaba que «son ya tres los niños fallecidos en atropellos ocurridos en este mismo lugar».

En los últimos meses, los representantes vecinales han solicitado también ante los responsables municipales la instalación de un radar porque «para eso sí que tienen competencia», y han planteado sus reivindicaciones ante el Consejo de Distrito de la Zona Sureste donde el año pasado «pedimos semáforos para El Campón y que dieran una solución para este problema».

Llegará tarde

El concejal de Participación Ciudadana, Santiago Recio, señalaba ayer que se trata de una carretera nacional «sobre la que tiene competencias el Ministerio de Fomento y por eso les hemos trasladado la petición de los vecinos». Recio confirmó la existencia de un proyecto de Fomento que contempla la instalación del semáforo.

El pasado mes de marzo, los vecinos se entrevistaron también «con el delegado del gobierno en Cantabria, Agustín Ibañez. Volvimos a pedir que instalasen un semáforo y le entregamos un plano de la zona donde creemos que debería situarse», explicaba Ricardo Mora. Hasta el momento la petición vecinal no ha recibido respuesta alguna.

«El problema es que los coches, como es una recta de casi un kilómetro de largo, pasan a gran velocidad», señalaba una de las personas que primero acudió al lugar de los hechos, Francisco Javier Fernández. «Unos metros más arriba de donde ocurrió el atropello hay una señal limitadora de velocidad de 70 y unos metros más adelante del lugar hay otra de 50, pero en ningún caso se cumple». Javier, que vive a pocos metros del lugar del accidente, destacó que es «urgente poner límites de velocidad» y recordó que cruzar la calle es una auténtica aventura. «Es una carretera con doble carril separada por un seto y, cuando el arbusto está muy crecido, después de atravesar una parte y llegar a la mediana, tienes que arriesgarte a cruzar a la otra parte sin ver muy bien si pasan coches».

Los vecinos de la calle El Castro no olvidan que «son ya tres los niños que han sido atropellados en la misma zona» donde ocurrió el accidente del sábado, a lo que hay que añadir los numerosos atropellos sin víctimas mortales que se han producido. María del Carmen destacaba que además de los atropellos ocurridos a la altura del número 23 de la calle de El Castro, un poco más arriba, en las proximidades del cruce de Peñacastilo y donde ahora se está construyendo una rotonda, también se habían producido hace unos años dos accidentes con víctimas mortales, en este caso adultos. Se da la circunstancia de que en esta calle han fallecido atropellados dos miembros de una misma familia, un abuelo y su nieta, de edad parecida a la pequeña muerta el sábado. Los fallecimientos se produjeron con varios años de diferencia.

«No pasan más accidentes porque aquí los vecinos y los niños tienen mucho cuidado», concluyó Ricardo Mora, quien mostró su confianza en que «después de este lamentable suceso se dé una solución al problema y atiendan así lo que venimos pidiendo desde hace muchos años».