«Un tomate al que das cariño te devuelve muchas satisfacciones»
En su terraza con vistas a la playa crecen berenjenas, arándanos, fresas y pimientos, sin química, con el sabor de siempre Nieves Neches Agricultora urbana, cultiva de todo sin salir de casa
JUAN C. FLORES-GISPERT
Jueves, 16 de septiembre 2010, 09:44
Cultivar un poco de todo en su terraza fue terapéutico para esta vecina de la capital cántabra, que vive en las alturas de un piso 5º, donde ha montado una zona agrícola que le ayudó a ocupar su tiempo y su mente. Nieves Neches también aprovechó su atípico huerto para alejar la tristeza provocada por una enfermedad.
-¿Cuándo decidió hacerse labriega de terraza?
-Hace tres años, cuando me operaron por segunda vez de cáncer de lengua. Estaba deprimida y dejé de trabajar. En aquel momento, mis hijos me empujaron a que plantase algo. Me informé, compré plantas de tomate y de pimientos y las planté. Y resultó que empezaron a salir y se ponían enormes y que me iba fenomenal. Disfruté muchísimo. Al año siguiente planté un laurel, berenjenas, arándanos, frambuesas, grosellas... Me paso horas enteras al aire libre con mis plantas. Ya no echo en falta el trabajo, mi huerto me llena las horas.
-Tiene la suerte de contar con una gran terraza...
-Pero tengo un trocito muy pequeño dedicado al huerto, en macetas de varios tamaños.
-¿Qué sintió el primer día que vio salir un tomatito de un tiesto?
-Una gran satisfacción. Cuando vi que tiraba la flor y salía, todas las mañanas miraba como crecía. ¡Va tan rápida que cada día te da una alegría!
-¿Y el primer día que el tomate pasó del balcón a su mesa?
-Fue una fiesta. Además, no les echo nada, sólo agua.
-¿Ni fertilizantes?
-Nada. Compro la tierra fertilizada y no le añado nada de nada. Quiero que sean productos ecológicos. Algunos no salen adelante, ¡pero los que crecen son una maravilla! - -¿Algo se le ha resistido?
-De momento todo se me ha dado bien. No tengo lechugas, pero es que ocupan mucho. Planto lo que puede dar fruto en tan poco espacio.
-¿Cómo aprendió todo eso?
-Tenía algunas nociones y me han ayudado. Mi hija es ingeniera forestal y en mi familia hay ingenieros agrónomos. Con libros, y preguntando lo que no sabes, aprendes.
-Triunfará cuando invita a los amigos, ¿no?
-¡Hombre...! El otro día vinieron unos a cenar y trajeron tomates cherry. Pero yo saqué los de mi huerta y los suyos se quedaron enteros.
-Es que el buen tomate quizá es lo que más echamos en falta.
-Efectivamente. Se pueden comprar buenos pimientos, berenjenas... pero ¡un tomate...! Uno cuidado con cariño, madurado en la mata y cogido por ti mismo y de ahí al plato, eso es inigualable, de verdad.
-¿Les habla?
-No, pero les mimo y veo como crecen día a día... Lleva su tiempo cuidarles, pero merece la pena. Les doy cariño y ellos me devuelven muchas satisfacciones, personales y culinarias.
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