El otoño irrumpe de golpe

Sin transición, de manera brusca, el otoño presenta sus credenciales a partir de esta tarde. Después de darnos dos semanas de cuartelillo, de regalarnos días extras de playa y un tiempo veraniego, hoy asoma con su cara más auténtica para dejarnos un ambiente típico otoñal, con agua casi todo el fin de semana y un descenso de temperaturas que, en algunos puntos de la región puede ser superior a los ocho grados en las máximas. En Santander, por ejemplo, donde ayer se marcó un tope de 23 grados, es posible que mañana no se superen los 18, un descenso al que le acompaña viento de componente Norte, lo que podría provocar aún mayor sensación de frío. Y en Reinosa la máxima del viernes puede quedarse por debajo de los 13 grados.

Toca recuperar prendas olvidadas en el fondo del armario. Las necesarias para combatir la bocanada de aire polar que se descuelga hasta la Península, si bien lo primero que alcanzará el Cantábrico será un frente de lluvias, precipitaciones que ya notaremos esta noche. El viernes, según los pronósticos de Aemet, además de lluvias débiles pero generalizadas en toda la región, las temperaturas bajarán de forma notable, una situación que se repetirá el sábado, también con el viento del Norte de protagonista. El domingo por la tarde comenzará a notarse la recuperación tanto en temperaturas como en la desaparición de las nubes.

Se trata de un cambio repentino, afortunadamente de escasa duración. Estropeará el fin de semana, pero a partir del lunes el anticiclón volverá a sentar sus reales y permitirá que se recuperen las temperaturas. Claro que nada que ver con los altos valores que registramos hasta ahora.

Y es que venimos de un falso verano con registros propios de auténtica canícula. Baste un botón de muestra: desde el día 27 para acá las máximas en Santander no han bajado de los 25 grados. Tres días se superaron los treinta y uno de ellos (los 33,5 del pasado sábado) se convirtió en récord histórico de un octubre para la capital de la región.