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Camiones de la Uniidad Militar de Emergencias, en La Lastra, preparados para ir a trabajar a Santótis / Sane
Ocho focos permanecen activos en la región

Mejora sensiblemente la situación de los incendios en Cantabria

En las tareas de extinción de los fuegos están participando la plantilla de técnicos auxiliares del medio natural, 8 cuadrillas forestales, dos aviones anfibios, un helicóptero KAMOV y el del 112

Mariña Álvarez

Jueves, 29 de marzo 2012, 19:08

De los ocho incendios forestales que permanecían activos en Cantabria a primeras horas de la mañana de hoy, tres de ellos lograron ser extinguidos por los efectivos desplegados para luchar contra el fuego. Sin embargo, se han registrado dos nuevos focos, uno de ellos en la zona del Nansa, y otro en Arenas de Iguña.

Por otro lado, dos de los incendios que afectaban a la zona del Besaya, por su evolución natural puede ahora considerarse un único incendio y como tal está siendo abordado por los equipos de extinción.

En cuanto a los medios, están participando en la extinción la plantilla de técnicos auxiliares del medio natural, 8 cuadrillas forestales, dos aviones anfibios, un helicóptero KAMOV y el del 112.

Importantes consecuencias sobre la biodiversidad y el suelo

SEO-BirdLife, por su parte, recuerda que un año más, y coincidiendo con altas temperaturas y vientos del sur, brotan en los montes cántabros numerosos incendios cuyo origen no es otro que el de las quemas del matorral para la generación de pastos. "Ésta es la singularidad" de los fuegos en la cordillera cantábrica que a diferencia de los fuegos que se producen en el resto de España ocurren en los meses invernales, destaca el colectivo de conservación del medio ambiente.

Tal y como muestran las cifras oficiales, lejos de disminuir, los montes cada año sufren un número mayor de incendios. Según el Ministerio de Medio Ambiente en 2010 se produjeron 764 incendios que destruyeron 7.927 hectáreas de suelo forestal. Pero la principal amenaza en Cantabria no se deriva de las enormes superficies afectadas, sino la recurrencia con que determinados ecosistemas se ven afectados por el fuego. Estos fuegos desgraciadamente tienen consecuencias importantes sobre la biodiversidad y el suelo y no hacen sino acelerar los procesos de erosión y pérdida de suelo, además de originar una degradación paulatina del monte.

Desde SEO-BirdLife recuerdan que, además, hay que tener en cuenta otros efectos "también muy nocivos", como son la contaminación atmosférica debido a la gran cantidad de CO2 que emiten estos incendios y el enturbamiento de los ríos con sus consecuencias sobre especies "tan emblemáticas" como es el Salmón atlántico.

Por ello, el colectivo considera que debe hacerse un "esfuerzo mayor en la prevención y no destinar la mayoría de fondos al modelo actual basado en la extinción". Esta nueva estrategia debe centrarse, resaltan, en incidir en las causas estructurales de los incendios forestales, que tienen que ver sobretodo con los aprovechamientos ganaderos de nuestros montes y el arraigo cultural de estas prácticas. Deben introducirse nuevos conceptos que incluyan, por el ejemplo, al fuego como elemento de gestión del territorio y así acabar con el uso incontrolado y clandestino que "tan malas consecuencias nos está trayendo".

Para Elías Bayarri, presidente de PROFOR, "Es necesaria una reflexión profunda en la sociedad que permita sentar las bases para el trabajo conjunto y coordinado de todos los actores implicados: administración, ganaderos, habitantes del mundo rural, oenegés de conservación y ciudadanos en general".

Por último, desde SEO/BirdLife y PROFOR se propone la redacción de un Plan de Gestión del riesgo de incendio en Cantabria que parta de la filosofía de integración del uso del fuego en las estrategias de prevención y extinción de los incendios forestales, promoviendo sus efectos positivos (a través de las quemas controladas y la convivencia con las formas tradicionales de uso del fuego) y reduciendo sus impactos negativos (mediante el empleo del fuego técnico en las tareas de extinción). El colectivo se muestra "convencido" de que si en el nuevo modelo de lucha contra el fuego los habitantes de los montes de Cantabria juegan un papel central "estaremos poniendo fin a esta catástrofe ambiental que año tras año se produce en nuestra región".

Fuego en Liaño

Un nuevo incendio forestal se declaró anoche en Cantabria, en concreto en Liaño -localidad del municipio de Villaescusa- y fue visible desde la Bahía de Santander, que se encuentra a unos 20 kilómetros.

Según han informado fuentes del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios, este nuevo incendio cuenta con un frente de unos 750 metros y avanza hacia Villaescusa.

En las labores de extinción trabajaronn más de veinte efectivos entre agentes forestales y cuadrillas.

Además, bomberos de Santander y de Camargo se desplazaron al lugar para colaborar en las labores de extinción con tres vehículos autobombas.

Este es el primer incendio que se declara en una zona distinta y que se encuentra alejada de los que llevan afectando desde el pasado fin de semana a la comunidad cántabra y que ha arrasado más de 650 hectáreas.

Más de medio millar de efectivos luchan en Cantabria contra el avance de las llamas que, hasta ayer, habían devorado 650 hectáreas de terreno -la quinta parte arboladas- en más de 150 incendios distintos, en su mayoría provocados, que se cebaron, sobre todo, con las comarcas del río Pisueña, Nansa, cuenca del Besaya y Cabuérniga. De momento, la Guardia Civil ha detenido ya a dos de los presuntos pirómanos. A uno lo sorprendieron quemando un paraje en Lamasón y, a otro, portando unas mechas incendiarias cerca de San Sebastián de Garabandal.

La región permanece desde las dos de la madrugada de ayer en el nivel 1 de alerta del Plan Especial de Incendios Forestales de Cantabria (Infocant), de los tres existentes, sin descartar que se llegue a activar el 2, un grado que jamás se alcanzó en la región.

Y el tiempo no ayuda. El fuego está quemando una Cantabria reseca azotada por el viento Sur, primero, y ahora soplando del Este y Nordeste, aderezado con altas temperaturas y la ausencia de humedad que, según se prevé, se mantendrán al menos hasta el domingo y, con ello, el riesgo de incendios y una más que segura cuenta al alza de hectáreas arrasadas.

Despliegue sin precedentes

La Unidad Militar de Emergencias respondió a la llamada de la Delegación del Gobierno en Cantabria, desplazando a la región a 103 efectivos que, por turnos, trabajan en las zonas más afectadas en un despliegue que no tiene precedentes: por primera vez se dispone de cinco medios aéreos para luchar contra el fuego, ya que al helicóptero de la Dirección General de Protección Civil y la brigada helitransportada con base en Ruente se han sumado tres más cedidos por el Ministerio de Medio Ambiente. En un sólo día -el martes- se consiguió sofocar medio centenar de incendios. Ayer -con datos de las siete de la tarde- hubo 33 incendios declarados en Cantabria. En 24 horas se apagaron cinco, se controlaron 13, y 15 permanecieron activos.

El Gobierno señala que los municipios más afectados son Cabezón de la Sal, Tudanca, Cabuérniga, Santa María de Cayón, San Felices de Buelna, Molledo, Los Corrales de Buelna, Rionansa y Polaciones.

En el monte, brigadistas civiles y militares trabajan en la extinción de los incendios que van quedando, mientras en la sede del 112 en Santander se ha puesto en marcha el Cecop (Centro de Coordinación Operativa), que reúne a representantes de todas las administraciones implicadas. La consejera de Presidencia y Justicia, Leticia Díaz, portavoz del equipo, quiso lanzar un «mensaje de tranquilidad», en uno de los recesos del Cecop para hacer balance. Admitió que la incidencia de los incendios está siendo «muy alta», y la situación «muy difícil», aunque de la misma manera ha mejorado, afirmó, «la coordinación» y los medios materiales puestos a disposición de Cantabria.

A su lado, el director general de Montes, Javier Manrique, indicó que los fuegos que se están registrando -que están siendo «mayoritariamente provocados»- obedecen a «todo tipo de causas». Las más habituales, la regeneración de pastos con la quema de rastrojos en las zonas altas. Pero ocurre que, en esta ocasión, también se están encontrando fuegos en otras zonas y «se desconoce» el por qué, ya que no es lo habitual en Cantabria.

El teniente de la UME José Luis Rodríguez Montes habló del trabajo que están desarrollando los 103 efectivos desplazados a Cantabria, que ayer centraron su misión en la zona de Los Corrales de Buelna. Y podrán llegar más si es necesario, repartiendo esfuerzos con otros puntos del país azotados por el fuego, como Galicia.

En las oficinas del Cecop, el trabajo de dirección y coordinación de los recursos no descansa. Sobre el terreno, bomberos, militares, profesionales de Protección Civil, voluntarios y guardas forestales (un total de 524 componentes) luchan cara a cara contra el fuego. Y detrás de todo, la Guardia Civil busca a los causantes de este desastre. Ayer, el delegado del Gobierno, Samuel Ruiz, informó sobre la identificación de dos de los presuntos incendiarios.

El primero es R. S. F., tiene 43 años y fue detenido ayer, después de ser sorprendido este pasado lunes, día 26, por un guardia civil que estaba haciendo deporte y lo vio prendiendo varios fuegos en el paraje conocido como Castro Pidal, muy cerca de Venta Fresnedo-Lamasón. Como no podía detenerlo en ese momento, el agente se dedicó a recabar datos sobre la acción del individuo: el incendio que provocó quemó dos hectáreas de matorral, monte bajo y algunas encimas.

El segundo de los presuntos pirómanos es un vecino de Rionansa que, el pasado domingo, día 25, fue visto por una patrulla que estaba vigilando por la zona de Arroyo Sebrando, próxima a San Sebastián de Garabandal. El hombre estaba en una pista forestal junto a unos matorrales «en actitud sospechosa», según el delegado del Gobierno. Al verse descubierto, huyó en su coche, y los agentes tuvieron que darle el alto. Después de identificarlo le preguntaron qué hacía ahí, y él se mostró «nervioso» y respondió «con contradicciones», dijo Ruiz. En el cacheo le localizaron tres mechas incendiarias, listas para iniciar otro incendio forestal. Con estos datos, la Guardia Civil considera al individuo presunto autor de un delito de incendio en grado de tentativa.

De momento, y mientras la situación no cambie, la Guardia Civil continuará realizando servicios de carácter preventivo para evitar los incendios, investigar los producidos y dar con los autores.

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