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Ryan Gosling y Rusell Crow.

Russell & Ryan, sociedad violenta

En 'Dos buenos tipos', el detective Gosling y el matón Crowe se alían en el turbio Los Ángeles de los 70, un emporio del cine porno, en un filme que combina acción y humor muy negro

Borja Crespo

Jueves, 9 de junio 2016, 16:04

Las 'buddy movies', léase películas de colegas, donde una pareja antagónica es la protagonista, generalmente dos sujetos con un nivel de inteligencia dispar, entre el ingenio y la tontería, son un género en sí mismas. 'Dos buenos tipos' la dirige un experto en la materia, Shane Black, guionista de 'Arma letal' y 'El último boy scout', clásicos del cine de acción, y director de la estimable obra de culto 'Kiss Kiss Bang Bang'. Recogió el testigo de Jon Favreau en la dirección de la saga 'Iron Man', firmando una tercera parte que contaba con un inicio magistral y enfantizaba los momentos de humor. En su nueva propuesta, mientras prepara, o eso dicen, un reboot de 'Depredador', ha contado con dos actores excepcionales: Ryan Gosling y Russell Crowe.

El primero encarna a un detective que ejerce en Los Ángeles en los años 70 mientras el protagonista de 'Gladiator' interpreta a un matón a sueldo, en un filme de evasión por encima de la media que se presentó fuera de concurso en el reciente festival de Cannes. Completan el reparto la joven Angourie Rice, Margaret Qualley ('The Leftovers'), Keth David ('Community') y, atención, Kim Basinger.

Crowe y Gosling acaban siendo socios a la fuerza para encontrar a una chica desaparecida. La muerte de una estrella del porno en un accidente de coche aporta pistas que les lleva al ojo del huracán. Sus vidas están en peligro al meterse donde no les llaman. Los Ángeles es ciudad decadente, donde la contaminación tapa todo como una costra y Hollywood Boulevard es "un pozo de pornografía", relata Black.

Conspiración

"En este escenario encontramos a dos tipos que se tropiezan con algo para lo que no están preparados, descubriendo esta enorme conspiración. Así que tienes corrupción, tienes decadencia y, después, llegamos a la pregunta de cuán inapropiados podríamos hacer a estos dos tipos para la misión que tienen delante".

Gosling para todo

  • Ryan Gosling (Londres, 1980) se convirtió de la noche a la mañana en el actor de moda, el rostro cool del momento, gracias al impacto de 'Drive', una instant cult movie donde elaboraba un personaje fascinante sin apenas abrir la boca. Estuvo a punto de ganar un Oscar en 2006 por su interpretación en la reivindicable 'Half Nelson'. 'Crazy, stupid, love', 'Lars y una chica de verdad' o 'Blue Valentine' figuran en su ecléctica filmografía. En 'La gran apuesta' compartió estrellato con Christian Bale, Steve Carell y Brad Pitt, tres pesos pesados de Hollywood, e hizo lo propio en 'Los idus de marzo' con George Clooney, Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti. Con la extraña 'Lost River' debutó detrás de la cámara en un espectáculo surrealista que recibió todo tipo de calificativos, casi todos poco amables.

Enfrentar a dos individuos, a los que les cuesta ponerse de acuerdo, para combatir a un enemigo poderoso es una premisa habitual en este tipo de comedias de acción que cuentan con muchos seguidores. Joel Silver, el reconocido productor de numerosos éxitos en esta línea, sostiene que el director elegido para el proyecto "tiene una voz cinematográfica única. Sus películas no son comedias tradicionales, son filmes de acción con humor, que es una estética distinta. Son historias serias sobre tipos duros. Tienen momentos cómicos a lo largo de toda la película, pero la acción hace que funcione el humor".

"Tienes un personaje que es moralmente ambiguo y luego tienes otro tipo que quiere ser útil, pero que cree que sólo sirve para partir piernas", describe Crowe. "Así que, en cierto sentido, es esa situación clásica en la que dos tipos hacen un hombre entero. Pero también es absolutamente no convencional y eso me atraía mucho por mi sentido del humor".

Habla Gosling: "El guion no se toma a sí mismo muy en serio Quiero decir que los personajes sí lo hacen, pero eso es lo que resulta ridículo de ellos", bromea el actor de culto. "Creo que eso es lo que hace que simpatices con nuestros personajes, porque quieren ser, o pretenden ser, más de lo que son". 'Dos buenos tipos' apunta a la cultura de la nostalgia, tan en boga y sobreexplotada, una fuente de ingresos para la taquilla.

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