Jimmy Barnatán: «Margot y yo nos parecemos mucho; no sólo en el bigote»

-Una schnauzer tan cántabra como usted, ¿o no?

-¡Hombre! de Villacarriedo. Es una compañera fiel, mimosa y extremadamente cariñosa. Eso sí, cuando sale a la calle, se transforma... Se convierte en un torbellino imparable. Muy pasiega, ella.

-Ese nombre, Margot...

-...Es un tango de Gardel.

-Y la raza, ¿también tiene explicación?

-Antes de llegar Margot tuvimos otro schnauzer, El Pibe, maravilloso y muy cariñoso. A mis padres y a mí nos gus- tó mucho su manera de ser. Además, tienen una pinta de clásicos muy divertida. Unos días se levantan muy Nietsche, otros muy Unamuno y otros muy Carlos Marx.

-Ah, que ya había tenido animales domésticos antes.

-Sí. Primero tuvimos a Coco, un caniche que me regalaron mis padres cuando era niño. Fui hijo único hasta que llegó él, que se convirtió en mi hermano menor y luego en mi hermano mayor.

-¿Y después?

-Pues después vinieron dos galápagos, Michael y Madonna, luego El Pibe y ahora Margot, que es la alegría de la casa y por lo que he oído por ahí de todo el barrio.

-¿Con qué Jimmy conecta mejor: con el actor, con el escritor o con el cantante?

-Creo que con todos un poco. Es muy caprichosa, como yo, así que... según le apetezca. Tiene momentos reflexivos en los que escucha atentamente, en los que parece aprender y observar, otros engolados en los que parece una odalisca y actúa para todo el mundo y otros, muchos, demasiados, en los que canta/ladra a viva voz. Tiene un grijo bastante potente. Como su dueño.

-He leído en el pérfido Internet que el anuncio de Pipin, aquel perro que se fue de casa porque su dueño pasaba de él, le dejó traumatizado.

-¡Sí! Cada vez que lo veía lloraba y corría a abrazar al Coco. Y lo jodido es que me sigue pasando, oiga.

-Sí, ¿eh?

-Sí. Soy un macarra de lágrima fácil.

-Hablando de Internet. ¿Sabía que si pone en Google Jimmy Barnatán y animales sale animal del escenario?

-¿En serio? Joer. Ya sabía que mi perra y yo nos parecemos, y no sólo en el bigote.

-Claro que también sale animal nocturno...

-Jajaja. Ya. Hay muchos perros que duermen durante el día y se despiertan al caer el sol. Yo debo ser uno de esos.

-A usted, como músico de jazz, ¿qué le parece que el Ayuntamiento de Liria quisiera gastarse 7.000 euros en un concierto para perros?

-No he escuchado nada de eso. Pero... ¿El concierto lo daban los perros? Debe ser una banda muy buena, ¿no?

-No, hombre, no. Los perros iban de público.

-¡Ah, vale! Un público siempre agradecido el canino, créame. Y como están las cosas, mejor dar un concierto para perros que no darlo para nadie.