Cocina tradicional, con encanto y buen producto en The Hunter's Tavern

Este establecimiento, con una trayectoria que suma ya trece años, ofrece múltiples atractivos para disfrutar de una cocina generosa, tradicional, con encanto y mucha personalidad, y con la seguridad que ofrece, además, estar atendido por un equipo sólido y con experiencia, dirigido por las hermanas Ana y Rosa Ortiz, en la cocina y en la sala.

Abierto todos los días excepto los martes, esta taberna es parada obligada a la hora del aperitivo con una interesante oferta en picoteo, vermuts preparados -más de treinta referencias-, cervezas regionales, nacionales y de importación, y una amplia y cómoda terraza donde además se sirven cafés, copas, helados...

Gran protagonismo tiene el producto local y de temporada, con sugerencias diarias en función de lo que les ofrece el mercado. En estos días los chipirones encebollados, lubina, rodaballo y un guiso de callos, morros y manitas, eran algunas de las recomendaciones fuera carta, y el cochinillo, por encargo.

En el comedor, el comensal es recibido siempre con un aperitivo de bienvenida. La carta propone un picoteo apetecible con rabas, mejillones, croquetas -melosas, muy sabrosas-, alcachofas confitadas con virutas de foie y jamón crujiente, espárragos de Navarra, paleta ibérica con pan tumaca, cecina y lascas de parmesano con emulsión de aceite de flor en rama, anchoas Catalina premiadas con tres estrellas Great Taste y queso de oveja de 15 meses de curación -«posiblemente el mejor de su género», aclaran en la carta.

El pastel templado de queso y puerros o la terrina de foie de oca son interesantes opciones para compartir. Del mar, zamburiñas, langostinos al ajillo, pulpo a la plancha o los callos de bacalao -receta de Juan Mari Arzak-; y de la tierra, manitas de cerdo deshuesadas a la vizcaína, costilla de cerdo asada a baja temperatura o chuletón troceado y acompañado de patatas y pimientos. Los postres y helados, un buen broche, siempre de elaboración casera.