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El coco, un fantasma sabroso

El coco, un fantasma sabroso

Cultura gastronómica ·

Se introdujo en Europa en el siglo XVI y su nombre viene del parecido con el fantasma que asustaba a los niños en España y Portugal

Diego Ruiz

Santander

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Sábado, 10 de marzo 2018, 11:43

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En cualquier romería o verbena no falta el coco, tan indispensable en el prado en donde suena la música el día del patrón, junto a esas secas rosquillas de anís insertadas en una rama. Pero ¿qué sabemos de esta fruta tropical?

Se cree que el coco, fruto del cocotero, la palmera más cultivada en el mundo, procede de Asia del sur, en concreto del Delta del Ganjes, y es propio, eso sí, de las islas de climas tropical y subtropical. En el siglo XVI es introducido en Europa, parece que por los conquistadores portugueses desde América.

El nombre tiene su historia. Al tratarse de una fruta de piel oscura, dura y peluda, y con tres agujeros negros, recordaban entonces la cara del fantasma –el coco– con el que se asustaba a los niños en la Península Ibérica.

Características

Tres capas. Posee una forma redondeada, con una capa externa fibrosa, otra capa intermedia con tres orificios en uno de sus extremos, que por presión ceden y se puede beber su agua sin romper la cáscara. La pulpa contiene el agua de coco encerrada en su interior, conteniendo unos 300 ml por unidad. Su cáscara externa es amarillenta anaranjada y su pulpa comestible es blanca. Puede llegar a pesar unos 2,5 Kg.

Y es que el coco tiene tres capas. La exterior (exocarpio) es dura y rugosa, mientras que la interior (endocarpio) es fibrosa y de color marrón. La tercera (endospermo) es la pulpa, la parte comestible, blanca y aromática. En el interior se encuentra el agua o la leche de coco.

Existen tres variedades de coco. El gigante, de donde se extrae el aceite, el agua y la pulpa; el enano, utilizado generalmente para la producción de bebidas envasadas, y el híbrido, una mezcla de las dos primeras, de tamaño mediano.

La recolección del coco se efectúa entre febrero y agosto, y lo más frecuente es dejar que el coco caiga del árbol para poder recogerlo. En cuanto a países productores, el primero es Indonesia, seguido por Filipinas, India, Brasil, Sri Lanka y Vietnam.

Del coco se extraen la pulpa, para consumo, en fresco o rallada; el aceite de coco, y la leche.

Curiosidades

El antiguo presidente de Filipinas construyó un palacio casi enteramente de cocos y cocoteras. Esto lo hizo para impresionar al papa Juan Pablo II en su visita al país. Sin embargo, el papa lo encontró demasiado suntuoso y excesivo, más tomando en cuenta la pobreza en la que se encontraba el país. El costo fue de 37 millones de pesos, o alrededor de 10 millones de dólares, algo que al pontífice le pareció excesivo.

El coco rallado es lo más utilizado en cocina y lo que se encuentra con mayor facilidad en los mercados. Sirve sobre todo para su uso en repostería y de sobra son conocidos postres como el flan, el bizcocho, las galletas, la cuajada, las magdalenas, las cocadas... Estas últimas son unos pastelitos habituales en las pastelerías cántabras y en cuya composición se encuentran harina de trigo, claras de huevos, coco deshidratado y rallado, una yema de un huevo, azúcar blanquilla y un pellizco de sal. El coco fresco sirve también para preparar algún tipo de ensaladas como la que lleva zanahoria cruda, coco rallado y fresco, rallado, uvas pasas, ciruelas, jugo de naranjas y nueces picadas. Con lechuga y otras verduras habituales en la ensalada, lo ideal es utilizar el coco rallado.

En los países tropicales el coco se utiliza también para aderezar y acompañar platos de carne y pescado, así como en salsas. Una receta sencilla para realizar en casa en la de los camarones (o gambas pequeñas) con coco. Se necesita para cuatro personas: ½ kilo de camarones, lavados y pelados, el jugo de 4 limones, sal, pimienta, ¼ taza de harina, 1 huevo ligeramente revuelto, 1 taza de coco rallado y 1 taza de aceite vegetal. Sazona los camarones con jugo de limón, sal y pimienta. Tapa y marina dentro del refrigerador durante 15 minutos. Pasa los camarones por la harina, mójalos en el huevo y cúbrelos el coco rallado. Fríe los camarones un sartén con aceite caliente hasta que se hayan dorado, alrededor de 3 minutos. Se acompañan con una salsa de mango.

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