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Cómo gestionar los excesos de estos días

SALUD Y NUTRICIÓN ·

La mejor solución es seguir los consejos del doctor japonés Yoshinori Ohsum y hacer 'ayuno intermitente', es decir beber sólo agua durante unas horas tras una comilona

Martes, 24 de diciembre 2019, 14:36

La Navidad es una buena ocasión para hablar de los excesos de comida y bebida. Ahora, a las cinco comidas y cenas tradicionales se suman otras con amigos, compañeros de trabajo, jugadores de pádel o alumnas del taller de pintura. Hay quien, frente al agobio que le ocasionan estos excesos decide eludirlos. Quien así procede no solo se priva de disfrutar de los placeres gastronómicos, sino también de gozar de la compañía y diversión que proporciona el contacto con familiares, amigos, colegas o compañeros de actividades lúdicas. Se priva de esa socialización tan necesaria en el mundo actual que nos avoca a la soledad. Otros deciden acudir al evento; hay que disfrutar de los amigos y familiares. Pero lo hacen con la decisión de espartana de pedir un plato de lechuga sin aliñar y consumir tan saludable manjar mientras todos a su alrededor se esfuerzan en dar buena cuenta de las delicias gastronómicas más delicadas.

Es evidente que ésta tampoco es una buena solución a no ser que uno goce de una personalidad masoquista a toda prueba. La mejor alternativa hoy, la que nos permite socializar y engullir sin cargos de conciencia ponderales, se la debemos a un japonés: el doctor Yoshinori Ohsum, que gano el premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus estudios sobre la autofagia.

Autofagia significa etimológicamente 'comerse a sí mismo'. Este científico demostró que nuestro organismo, a las pocas horas de que ya no le aportemos el combustible de los alimentos, tras la última comida, comienza a quemar los materiales que tenga más a mano. Pero lo que demostró ese japonés es que el organismo se comporta como lo haríamos nosotros en circunstancias extremas.

Si queremos calentar la casa y no tenemos combustible comenzaremos a quemar algún mueble defectuoso, la mesa que está coja o la silla que está en un rincón porque se le rompió una pata. A las pocas horas de ayuno, comienza a quemar las proteínas defectuosas, las células enfermas o viejas, esa célula que se ha vuelto rarita y que si no la eliminamos le puede dar por crecer y ocasionar un cáncer. Sí; a las dos o tres horas de una comida normal el organismo comienza a quemar los trastos que encuentra por cada rincón. Así que la mejor solución para controlar los excesos es seguir los consejos del doctor Ohsum que hoy se conoce con el nombre de 'ayuno intermitente'.

Usted disfrute de la cena o comida, goce, sin desmadrarse, de la comida, bebida y compañía. Y cuando llegue a casa se pone en modo ayuno de agua durante unas horas.

Si el exceso fue una comida, pues ya no vuelve a comer hasta el desayuno del día siguiente. Cuando se trata de una cena, ha de ayunar hasta la comida del día siguiente. Durante esas horas el organismo realiza una labor de limpieza quemando lo viejo o defectuoso y le hace un 'reseteo' que le deja el cuerpo a cero; preparado para el próximo evento. ¡Qué lo disfruten!

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