La receta del día: olla ferroviaria
Una elaboración muy popular que da lugar a un guiso de mucho sabor y también a concursos en las fiestas de los pueblos
Un guiso como el que se prepara en la 'olla ferroviaria' es mucho más que un plato, es un incentivo para atraer a público en muchas fiestas populares que organizan animados concursos en torno a este manjar, competiciones muy disputadas y que originan una alta afluencia de espectadores. Estos, en la mayoría de los casos, reciben como premio a su seguimiento, una ración de degustación. La olla ferroviaria llega a 'La receta del día', para aquel que se anime a participar en alguna de las muchas pruebas que, seguro, se llevarán a cabo este verano en los pueblos y ciudades de Cantabria.
Ingredientes
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1 kilo y 250 gr. de carne de aguja o zancarrón.
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2 kilos de patatas.
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1 cebolla roja.
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3 dientes de ajo.
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2 zanahorias.
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2 pimientos verdes.
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1 tomate.
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1 copa de vino blanco de solera.
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1 hoja de laurel.
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Aceite de oliva.
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Sal.
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Pimentón y pimienta molida.
Elaboración
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1
En un puchero grande y alto con aceite, echamos los ajos y la cebolla picados en trozos muy finos y, cuando se empiecen a dorar, incorporamos la carne cortada en trozos medianos y sazonamos con sal.
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2
Dejamos que se rehogue y cuando la carne empiece a estar dorada y haya soltado su jugo, incorporamos las zanahorias raspadas y cortadas en rodajas, así como el tomate (sin piel). Los pimientos los cortamos en tiras. Seguidamente, incorporamos la hoja de laurel y añadimos a todo ello la copa de vino blanco de solera.
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3
Esperamos que se reduzca un poco e, inmediatamente, se añaden las patatas en trozos y se añade el agua suficiente para cubrirlas ligeramente.
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4
Dejamos que se hagan a fuego lento y sazonamos con sal y pimienta molida. Cuando estén cocidas en su punto, se retiran y se deja reposar. Se sirve bien caliente.
Pistas y trucos
Podemos añadir también un pimiento choricero, un poco de pimentón y otro poco de perejil picado. Tenemos que estar atentos a las patatas para evitar que se peguen y también para que no se queden sin agua. Debemos vigilar el carbón del brasero, éste debe ser de origen vegetal y no se nos puede apagar. Este guiso de auténticas raíces cántabras se solía preparar antiguamente en un recipiente especial con forma de olla y se cocía con fuego de leña al aire libre, de ahí su nombre, del recipiente donde se elabora. Era el plato favorito de los trabajadores del campo y del ferrocarril, que lo comían durante el viaje.
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