Roberto del Campo: «Lusía Origen es el alma de nuestros viñedos más antiguos»
En la mesa con... ·
Es responsable en Bodega Cayo, que recientemente ha recogido el premio Optimum 2024 al mejor tinto de CantabriaDesde Potes, en pleno corazón de Liébana, Bodega Cayo ha conseguido situar sus vinos en lo más alto del panorama cántabro. El pasado año, su ... Lusía Origen fue galardonado con el premio Optimum 2024, de la Asociación de Sumilleres de Cantabria, al mejor tinto de Cantabria, reconocimiento que otorgan los sumilleres de la región. Su responsable, Roberto del Campo, ha recibido este premio como un espaldarazo a un proyecto que combina tradición, viticultura heroica y una clara vocación familiar. Esta semana es el protagonista de las entrevistas de Cantabria en la Mesa con productores agroalimentarios.
Nacido en Santander y mecánico naval de formación, Roberto llegó al mundo del vino por una mezcla de amor y oportunidad. «Casé en Liébana y decidimos apostar por el negocio familiar», explica. Lo que comenzó como un reto se ha convertido en una pasión. «No me arrepiento. Es un orgullo que reconozcan el trabajo de todos los que formamos parte de la bodega».
Cepas centenarias
Bodega Cayo cuenta con algo más de tres hectáreas en propiedad y varias más arrendadas, todas trabajadas directamente por ellos. No compran uva a terceros: «Lo que entra en la bodega lo hemos cultivado nosotros», subraya. Entre sus tesoros, viñas de más de 100 años plantadas por los bisabuelos, que aportan carácter y singularidad a sus vinos.
La variedad tinta más presente es la mencía, acompañada de tempranillo y tinta del país. En blancos, el tradicional palomino convive con nuevas plantaciones de godello y albariño, variedades por las que apuestan de cara al futuro.
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El buque insignia de la bodega es Lusía, bautizado en honor a un paraje lebaniego donde se cosechó la primera uva con la que se elaboró. De él producen unas 14.000 botellas anuales. Pero la joya de la corona es Lusía Origen, elaborado solo en las mejores añadas con uva procedente de viñedos centenarios y una crianza de dos años en barricas pequeñas, seguida de tres años en botella. «La elaboración es similar a Lusía, pero la uva y la crianza marcan la diferencia», señala Roberto.
Enza y otros vinos
En blancos, destaca Enza, elaborado con uva palomino macerada con hollejos de mencía, lo que le aporta un tono y unos aromas singulares, además de una crianza en botas de oloroso jerezanas. También producen vinos dulces como el tostadillo, siguiendo métodos tradicionales con criaderas y soleras, y un vermú a partir de ese mismo vino dulce.
Aunque el orujo no es su foco principal, la bodega prepara pequeñas producciones para consumo propio y clientes cercanos, y no descarta ampliarlo en el futuro.
Mirando al futuro
Uno de los grandes proyectos en el horizonte de Bodega Cayo es el enoturismo. Roberto imagina la bodega como un espacio que combine alojamiento, catas, eventos y actividades en torno al vino. «Aún hay mucho por explotar en Liébana, y queremos formar parte de ese desarrollo», afirma.
La expansión ha llevado a la bodega más allá de Cantabria. Hace unos años adquirieron viñedos en El Bierzo, donde elaboran un godello y dos tintos bajo la marca Alegría de Enza. Esta doble ubicación les permite diversificar, atender mejor a la hostelería y equilibrar los costes más altos que implica la viticultura en Liébana.
El vino cántabro, en alza
Sobre el panorama regional, Roberto es optimista: «Se están haciendo vinos de mucha calidad. Cantabria debe ser un referente en el norte». Considera que el cambio climático, aunque incierto, podría abrir nuevas oportunidades para el cultivo.
Mientras tanto, el equipo de Bodega Cayo seguirá trabajando entre viñas de montaña, barricas de roble y proyectos en ciernes. Y si todo va como esperan, pronto se descorchará un Lusía blanco, sumando un nuevo capítulo a esta historia de vino, familia y territorio.
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