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La vigilancia aduanera por mar está interrumpida en el norte de España por la presencia de amianto en las patrulleras. Según informa el sindicato CSIF, ... el problema comenzó a aflorar en 2022. Tres años después, aseguran que hay afectados cinco barcos en los puertos de Santander, Bilbao, Gijón y Ribadeo. Es decir, la paralización afecta a País Vasco, Cantabria, Asturias y la Mariña Lucense. «Si hubieran actuado hace tres años no habrían dejado ahora sin operatividad a todo el Cantábrico» apunta Fran García, responsable nacional de Vigilancia Aduanera de CSIF. Y es que, esta coyuntura deja desprotegida la zona norte frente a la introducción de contrabando. «En el momento en el que los narcos tienen conocimiento de la situación comienzan a desviar operaciones a la zona», explica García, que apunta además que «el mero hecho de tener una embarcación patrullando ya sirve como disuasión».
Al problema que esto puede suponer en la seguridad, se une el riesgo para los trabajadores. Diez personas operan habitualmente en la patrullera de Santander, empleados del Servicio de Aduanas, dependiente de la Agencia Tributaria (AEAT). Desde CSIF han solicitado «una investigación interna para que se depuren las correspondientes responsabilidades y conocer qué responsabilidades se derivan de exponer a los funcionarios a altos niveles de agentes que están declarados por normativa legal como altamente cancerígenos».
La búsqueda de la solución
Desde la Agencia Tributaria, explican que el amianto se ha encontrado en una sola nave por el momento, la de Santander, y localizado en la parte más profunda del techo, con otra superficie por debajo, «con lo que el riesgo de inhalación se considera bajo pero cautelarmente se ha tomado esta decisión». Recuerdan en la Agencia Tributaria que son embarcaciones de una época en la que este material no estaba prohibido -estas patrulleras tienen ya 40 años- pero cautelarmente, «preventivamente, se ha detenido la operativa con esas embarcaciones para analizar los posibles riesgos y buscar soluciones».
Informan además que está previsto reemplazar algunos de estos patrulleros, entre ellos el de Santander, por otros procedentes de otras zonas de España. Se trata de una renovación que ya estaba programada por antigüedad de las embarcaciones antes de aparecer el amianto.
Pero ¿cuánto tiempo puede mantenerse el norte de España sin vigilancia aduanera por mar? De momento es una incógnita. En la patrullera de Santander el amianto se ha localizado en los forros de los techos de todo el barco. La sustitución de todos los paneles «supondría una obra importante», dice Fran García. Otra alternativa sería la adquisicón de nuevas embarcaciones, poco probable porque ya hay información de que la sustitución será en cualquier caso por naves desechadas de otros puertos.
Desde la Agencia Tributaria informan de que «ya ha ido un técnico especialista a hacer el análisis a las distintas bases, incluida Santander, y estamos a la espera de su informe técnico para próximas fechas».
Otras críticas
Por su parte, UGT denuncia «la gestión temeraria, negligente y opaca de la Agencia Tributaria y de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) por »poner en jaque la operatividad de la flota marítima del Servicio de Vigilancia Aduanera y ocultar riesgos gravísimos para la salud de los trabajadores de manera sistemática«. »Durante años, la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera ha ocultado la existencia de materiales con amianto en las embarcaciones de su flota, hasta que la evidencia ha sido tan contundente que ya no se ha podido barrer bajo la alfombra«, argumenta UGT.
La organización sindical ha pedido una investigación urgente sobre las actuaciones de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera en materia de protección de riesgos laborales y gestión operativa; la paralización total del acceso a las embarcaciones sospechosas de contener amianto hasta que se disponga de informes firmados por técnicos competentes que garanticen la seguridad y salud del personal de la AEAT y la activación de protocolos específicos de vigilancia de la salud para todo el personal potencialmente expuesto al amianto, ya sea propio o externo.
Para UGT, la situación «roza lo grotesco pues además de la paralización de cinco embarcaciones en el norte por riesgo de amianto, los trabajadores se encuentran con una flota desguazada por las averías, sin mantenimiento efectivo y con ejemplos de despilfarro e incompetencia que ofenden a cualquier servidor público».
El Puerto de Santander estrena estos días sus nuevas instalaciones de control aduanero. La actuación, con una inversión de unos 490.000 euros, ha consistido en la ampliación de la superficie de inspección aduanera y de una edificación de planta baja de servicios y oficinas. En concreto, se ha instalado un módulo prefabricado de una planta con estructura metálica que alberga tres despachos, una sala de arcones de frío y almacenamiento de productos decomisados, una sala de mascotas y un recibidor, así como aseos para personal y pasajeros, siendo la superficie útil total de 102 metros cuadrados.
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