Arranca el llamamiento masivo para vacunar en Cantabria a los chicos de 17 y 18 años del Virus de Papiloma

Sanidad arranca así la primera parte de la campaña anunciada en febrero para 'repescar' a los adolescentes cántabros que carecen de este escudo protector. Entre ellos, únicamente están vacunados los que en su día accedieron a la dosis por la vía privada, es decir, cuyas familias sufragaron de su bolsillo la vacuna adquirida en farmacia.

Aunque en esta fase inicial el llamamiento se centra en los chicos de 17 y 18 años, al entender que son los más susceptibles (por edad) a un contagio que va ligado a las relaciones sexuales –se produce por contacto de piel y mucosas–, la idea es facilitar la administración gratuita de la vacuna también a los menores de 14, 15 y 16 años, en un intento por evitar la propagación silenciosa de este virus que suele ser totalmente asintomático. De hecho, es esa ausencia de señales de alarma lo que favorece su gran transmisión.

Pero la prioridad de Salud Pública ahora es el grupo de los adolescentes mayores, a los que se les pedirá con sus mensajes al móvil que acudan a sus respectivos centros de salud. Para desarrollar esta campaña masiva, está prevista la distribución de una cantidad extra de vacunas en la red de Atención Primaria. A los menores de edades inferiores no se les convocará de forma generalizada, sino que se les ofertará la vacuna a medida que vayan pasando por las consultas de sus pediatras por otros motivos.

Sobre el VPH cabe recordar que el 80% de las personas que tienen una vida sexual activa ha estado en contacto en alguna ocasión con este virus, aunque la gran mayoría ni siquiera lo sabe, porque su propio sistema inmunitario se encarga de eliminarlo. Sin embargo, en un 10% de los casos el virus se mantiene latente, y en un 1% acabará penetrando en los tejidos, aumentado así las posibilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino y anogenital.

Aunque las campañas de prevención siempre se habían centrado en la población femenina, tanto con la vacunación como con los cribados –Cantabria lo puso en marcha en junio de 2024–, la recomendación de ampliar a los varones se consideró oportuna no solo por su papel de transmisores, sino también porque este virus es el responsable de la totalidad de las verrugas anogenitales y de otros tipos de cáncer, como pene, ano o garganta, diagnosticados en ambos sexos.