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La pequeña Manuela en brazos de su madre, Marta, y junto a su padre, Borja, quien ayudó a traerla al mundo en su propia casa. Antonio 'Sane'

«Estaba en el baño, rompí aguas y en cinco minutos ya había nacido Manuela»

Cantabria ·

Marta y Borja son los padres del segundo bebé que nace fuera de un centro médico en 24 horas | Él asistió a su mujer mientras llegaba la ambulancia a Cortiguera

Daniel Martínez

Santander

Martes, 5 de junio 2018, 19:26

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La escena es tan bonita como surrealista. A eso de las 04.30 horas de la madrugada del lunes, Borja Pérez se encontraba en el baño de su casa con una mano secuestrada por su hija de tres años y ayudando con la otra a dar a luz a su mujer, Marta Alegría. La joven, de 28 años, empezó a notar que las contracciones cada vez eran más fuertes, se sentó en la baza y en cinco minutos tuvo tiempo suficiente para romper aguas y tener a Manuela, el segundo bebé que llega al mundo de forma sorpresiva y lejos de un hospital en Cantabria con menos de un día de diferencia. El domingo fue una mujer de nacionalidad rumana que se puso de parto en un autobús que tuvo que parar a la altura de Los Corrales de Buelna y veinte horas después ocurrió en Cortiguera (Suances).

«Es que llamé a la ambulancia y a los tres minutos ya se veía la cabeza de la peque. Ya me di cuenta que no daba tiempo y de que me iba a tocar a mí. Al segundo viaje ya estaba fuera. Tuve que cogerla porque si no se cae... No sé ni cómo lo he hecho», explica Borja, ya desde una habitación de Valdecilla, donde no quita ojo a su mujer y su hija, que están perfectamente a pesar de las dificultades. Le tocó hacer de médico y de enfermero, pero también de psicólogo para tranquilizar a Martina, la hija mayor, que estaba «asustadísima» de ver a su madre llorar de dolor. En el momento más crítico, se sentó a un lado e incluso echó una mano, así que después presumía de ello. «He ayudado a papi a traer a Manuela al mundo, y sin ir al hospital», repetía.

El primer parto de Marta hace tres años fue de esos largos y complicados, así que no se podía creer lo que le había pasado. Una hora antes las contracciones le habían levantado de la cama, algo que en los últimos días se había convertido en una costumbre. Por eso no le extrañó. Se dio una ducha para relajarse, pero en vez de eso todo se precipitó. Las contracciones cada vez eran más fuertes. «Borja me dijo que me subía al coche, pero entonces ya no podía moverme. Imposible», recuerda.

«El padre ha estado tranquilo y ha sido muy valiente. En las clases no te preparan para esto...» Se trasladó el mismo equipo del 061 que asistió a la mujer que el domingo dio a luz en un autobús en Los Corrales

Marta Alegría | Madre de Manuela

Ahora, reconoce que lo que más le sorprendió, más incluso que las circunstancias del parto, fue la audaz respuesta de su marido. «Claro, en las clases de preparación no te forman para esto. Él es bastante nervioso, pero en ese momento de tensión estaba muy tranquilo», subraya. Ni siquiera el hecho de que el bebé tuviera el cordón umbilical enrollado al cuello le alteró. Se las apañó para solucionarlo y ya sí, cuando todo había acabado, comenzó a ser consciente de la situación. Calor, sudores y mucha alegría.

Todo un experto

Borja está convencido de que no habría sido lo mismo sin la experiencia de haber estado presente -y atento- cuando su mujer dio a luz por primera vez. Recordaba que cuando nació Martina los médicos la pusieron boca abajo para quitarle las flemas. Y ayer repitió la jugada. «Es algo muy bonito, pero porque todo ha salido bien. Si llega a pasar algo...», apunta Marta. Su marido, que tiene ganado caprino, insiste en esa idea: «Es verdad que yo habré visto nacer a unos 200 cabritos o más. Pero no tiene nada que ver. Si estás ahí y se muere un animal no pasa nada. No quiero ni imaginarme que llega a salir algo mal hoy (por ayer)».

«Tengo ganado y he visto nacer a 200 cabritos, pero asistir en un parto, al de tu hija... Nada que ver»

Borja Pérez | Padre de Manuela

Cuando llegaron los profesionales sanitarios de la ambulancia dotada con Servicio Vital Avanzado (SVA) de Torrelavega y del SUAP de Suances -los padres aseguran que fueron muy rápidos, pero Manuela tenía más prisa que ellos- apenas tuvieron que cortar el cordón umbilical y hacer unas curas a la madre. Eso, y compartir con los felices Borja y Marta una insólita casualidad. El equipo del 061 que se había desplazado hasta Cortiguera era el mismo que había asistido durante la guardia a la parturienta de Los Corrales de Buelna.

Se trasladó el mismo equipo del 061 que asistió a la mujer que el domingo dio a luz en un autobús en Los Corrales

«Es muy raro atender un parto de este tipo, imagina dos en el mismo turno. Cuando me avisaron del segundo pensé que la médico estaba bromeando. No me lo podía creer», cuenta Miriam García, una de las enfermeras. No es que este tipo de episodios se den todos los días, pero tampoco es excesivamente raro que los niños nazcan de camino al hospital en un coche o en el transporte sanitario. O incluso en casa, como Manuela. «Me habrán tocado cuatro o cinco. Recuerdo uno que fuimos a Castro y el niño nació en la ambulancia a la altura del Ikea de Bilbao, mientras les llevábamos a Cruces», comenta.

«Es muy raro atender un parto de este tipo. Cuando me avisaron del segundo pensé que era broma»

Miriam García | Enfermera del 06

Por las ganas de salir al exterior de su niña, Marta se ha ahorrado la epidural. «Ha nacido como se nacía antes. Todo natural. Ya me han dicho que la recuperación será mucho más rápida», apunta ella, con más cara de no haber dormido que de acabar de traer al mundo a una criatura. Además, reconoce que el orgullo es mayor, por el hecho de que ha ocurrido en la casa familiar, donde también nacieron sus abuelos. «Esto es para recordar toda la vida».

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