Cantabria tiene 64 áreas inundables en las que residen 45.000 habitantes
Quince de los 87 tramos de ríos que hay en la región no cumplen las exigencias europeas de calidad
La red fluvial de Cantabria tiene 64 áreas de riesgo potencial significativo de inundación que abarcan una extensión de 320 kilómetros y afectan, en ... mayor o en menor medida, a un total de 45.189 habitantes. Ello, de acuerdo con los datos que maneja la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), que, de otra parte, advierte de que quince de las 87 masas de agua que bañan la región no superarían a día de hoy los estándares de calidad impuestos por la normativa europea.
Un día después de hacerlo en el vecino Principado de Asturias, la CHC organizó en Santander un encuentro con la prensa local para abordar en profundidad el estado de los ríos regionales, la calidad de las aguas que traen y la defensa frente a las inundaciones, es decir, para ahondar en algunos de los ejes principales del 'Plan Hidrológico 2022/2027', que se encuentra en proceso de participación pública hasta finales de año.
Por representación no quedó. Con el propósito de cerrar cualquier interrogante que pudiera estar colgado del ámbito hídrico, la Confederación envió a ese encuentro a Tomás Durán, jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica; Gonzalo Gutiérrez, comisario de Aguas; Jorge Antonio Rodríguez, comisario de Aguas adjunto; Lucía Claros Suárez, responsable de la Unidad de Apoyo; y Antonio Roldán; miembro de la Dirección Técnica en Cantabria, la comunidad sobre la que tocaba meterse en harina.
Luego de repasar la estructura de la Confederación, que tiene competencias en seis comunidades autónomas del país y un presupuesto de casi 25 millones, los cinco asistentes a la reunión pusieron encima de la mesa el estado de los ríos de Cantabria. 'Masas de agua', que dicen ellos, «porque además de los ríos se incluyen los embalses, los estuarios y los tramos de aguas costeras», matizaron.
De acuerdo con los datos que ellos manejan, en Cantabria existen un total de 87.
El estado actual de 72 de ellas es 'bueno' o 'mejor'. En cambio, el del resto, las otras quince, es 'peor que bueno', lo que representa un serio problema porque eso quiere decir que, hoy por hoy, ninguna de esas masas de agua supera los niveles de calidad que la Unión Europea exigirá en los ríos en 2027.
Según explicaron los expertos, que confían en que para ese año se hayan corregido sus estándares, esas quince masas de agua están identificadas principalmente en el oriente de Cantabria, «donde mayor es la población, mayor es la actividad industrial y mayor es, en consecuencia, el impacto generado por los vertidos a los ríos».
«Se trata de un problema de distribución poblacional», dicen. Un problema, por otra parte, que «no es exclusivo de Cantabria sino de toda la Cuenca Norte», afirman los representantes de la Confederación Hidrográfica, convencidos de que los ríos regionales, todos sin excepción, estarán lo suficientemente saneados para cuando la Unión Europea inicie una ofensiva sancionadora allá por 2027.
Para alcanzar ese objetivo, el Plan Hidrológico contempla una batería de actuaciones de saneamiento, depuración y limpieza que el Estado abordará con 105,8 millones de euros y el Gobierno regional con otros 16,7, medidas para controlar los vertidos y estudios para mejorar el conocimiento del estado de las masas y presiones.
Áreas inundables
El Plan Hidrológico en ciernes incluye, a su vez, un plan de gestión del riesgo de inundaciones, capítulo, este, al que la Confederación aporta documentos de un enorme valor.
Entre ellos, mapas de peligrosidad por inundación, «una herramienta eficaz de información y una base adecuada para el establecimiento de prioridades y la toma de decisiones adicionales de índole técnica, económica y política relativas a la gestión del riesgo de inundación».
De acuerdo con los datos aportados por la CHC, en Cantabria existen 64 áreas de riesgo potencial significativo de inundación que se extienden a lo largo de una extensión de 320 kilómetros y que afectan a 45.180 habitantes. Claro que a unos más que a otros. 5.598 viven en zonas declaradas de alto riesgo; 11.322 en áreas calificadas de medio riesgo; y 28.269 en núcleos catalogados como riesgo bajo.
«Que un río se desborde es un fenómeno natural contra el que cabe la aplicación de medidas para prevenir y disminuir los efectos de las inundaciones», explican los representantes de la CHC, que tienen localizadas las áreas de mayor riesgo en los ejes del Pas y el Saja, ríos cuyas crecidas han generado a lo largo de los últimos años graves daños en Cabezón de la Sal, Mazcuerras, Unquera o Molleda, por poner cuatro ejemplos.
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