Cantabria, en la órbita lunar
Investigadores y empresas tecnológicas de la región tienen su papel en el 50º aniversario del Apolo 11
¿Neila? «Sí, eso es, como Neil, pero en femenino». Al otro lado del teléfono, la voz de Neila Campos dice que es «tocaya» del ... primer hombre que pisó la Luna, pero que su nombre no tiene «nada que ver» para presidir actualmente la Agrupación Astronómica Cántabra. Matemática de formación, la asociación tiene casi 150 miembros y lleva varias semanas haciendo actividades en torno al aniversario de la misión Apolo 11 para divulgar y compartir su afición por el conocimiento del espacio. ¿Qué tiene el cielo que nos obliga a doblar el cuello, a usar telescopios que venden en cualquier tienda para ver lo que Galileo intuyó con uno de escasa potencia?
Aquel 20 de julio de hace 50 años, los cuellos de todo el mundo se doblaron para creer lo que contaba la televisión: «Ese día la Humanidad se conmovió», dice Alberto Ruiz Jimeno, catedrático de Física Atómica y miembro fundador del Grupo de Altas Energías del Instituto de Física de Cantabria (IFCA). A él le cogió trabajando para una ONG en un pueblo al norte de Italia, donde ayudaba a construir una escuela justo antes de comenzar su carrera. «Hoy en día, hay actividades en el campo de la física de partículas y experimentos que están mucho más avanzados y que tienen más intereses desde el punto de vista del conocimiento humano, pero aquello fue un hito tecnológico», dice. De hecho, no muy lejos de la sede del IFCA en el campus universitario, ese desarrollo tecnológico ha puesto a Cantabria 'literalmente' en la Luna.
«Es impresionante ver lo que hicieron hace medio siglo con la tecnología de la que entonces disponían»
David Díez | Vpte. área Aeroespacial de Erzia
David Díaz (Santander, 1981) no había nacido cuando el hombre rompió los límites de su capacidad para llegar más allá de la ficción de Verne. Su padre le contó «lo impresionante que fue ver en directo por televisión la misión del Apolo 11». Ahora, David es vicepresidente del área Aeroespacial y Defensa de Erzia, la empresa que ha fabricado en el Pctcan los dispositivos electrónicos que usa el robot que actualmente recorre la Luna dentro de la misión espacial china. ¿Está más cerca Cantabria del espacio ahora que hace 50 años? Lo está el mundo entero, el desarrollo tecnológico y científico actual permite aventurar la curiosidad hacia hallazgos que llegan incluso hasta Marte, sin embargo, mucho proviene de lo que sucedió aquel 21 de julio de 1969 cuando, en plena Guerra Fría, la carrera espacial entre dos países puso a prueba la capacidad para imponer con la tecnología lo que la política era incapaz de dirimir sin bloqueos: quién era más poderoso. Y lo fue Estados Unidos.
«Fue un hito tecnológico más que científico que conmovió a la humanidad en plena Guerra Fría»
Alberto Ruiz Jimeno | Catedrático de Física (IFCA)
La mitología desde entonces, desde ese «gran salto para la humanidad», ha dejado leyendas, teorías conspiraoicas y, sobre todo, la puerta abierta para otras seis misiones tripuladas. Hoy en día no sólo dos banderas sino el mundo entero se acerca al espacio: lo hace la Agencia Espacial Europea o el Observatorio Europeo (ESO) -que dirige el investigador del IFCA, el profesor Xavier Barcons-; se acerca no sólo EE UU sino también China. Suyo es el robot 'Yutu 2', la sonda espacial encargada de interpretar la superficie lunar con dispositivos que soportan «altas y bajísimas temperaturas, radiación y la falta de atmósfera». ¿Cómo? Con mucha investigación en Erzia, la empresa cántabra fundada, entre otros, por jóvenes salidos de la escuela de 'Teleco' de la Universidad de Cantabria.
«Hemos participado hasta ahora en dos misiones; la primera fue en 2013 y en 2019 la 'Chang'e'», dice Díez. La de 2013 fue «especialmente emocionante porque no había vuelto a haber alunizaje controlado desde los años 70 y había una brecha de casi 40 años que no había vuelto a posarse nada controlado». Y añade: «He estado en Cabo Cañaveral y he visto el centro de lanzamiento y es realmente impresionante ver cómo lo hicieron con la tecnología de aquella época», cuenta en alusión a la capacidad de los ordenadores que usaron («menos que la cualquiera de nuestros teléfonos», apunta Ruiz Jimeno). «Vemos lo difícil que es llegar al espacio con la tecnología actual, y ellos lograron no sólo ponerlo en la luna sino encima con una nave tripulada, con personas: lograron llegar, caminar y volver», dice David Díez, y eso, pase el tiempo que pase, «es lo que provoca admiración».
«Se puede salir a hacer observación sin tener formación científica, la tecnología nos lo permite»
Neila Campos | Presidenta AstroCantabria
¿Qué camino marcó para los actuales investigadores que desde el campus de la UC miran al espacio? «Generó mucha expectación para la gente que hacía carreras tecnológicas, pero este episodio influyó en toda la gente de nuestra época para que tuviese más en cuenta la capacidad del ser humano para hacer realidad cosas que parecían prácticamente imposible», dice. «Tecnológicamente estamos más cerca, y desde punto de vista de lanzamientos espaciales estamos muy capacitados. El asunto es: ¿interesa llevar personas a la luna?», se pregunta el catedrático de Física.
«Ahora los temas científicos son de otro nivel. Los experimentos espaciales están orientados a la composición de los planetas como Marte, no es necesario mandar personas». Entre tanto, los de aquí abajo, seguiremos mirando hacia a ella, más cerca de su órbita aunque tengamos la tecnología en la palma de la mano.
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