Cantabria pierde más de mil autónomos en una década pese a decenas de millones en ayudas
El Gobierno regional ha dedicado 80 millones en los últimos dos años para fomentar el autoempleo, pero los emprendedores caen en un centenar esta legislatura
«Emprender en Cantabria es más duro que hacerlo en el resto de España», reconoció el año pasado la presidenta, María José Sáenz de Buruaga, ... cuando presentó un Plan de Autónomos de 37 millones de euros y 50 medidas para «dar un espaldarazo sin igual» a este colectivo. Pero la realidad es que el empleo autónomo lleva una década desangrándose en Cantabria y lo ha seguido haciendo también esta legislatura pese al chorro de decenas de millones en ayudas públicas que llega del Gobierno. En los últimos diez años, la comunidad ha perdido 1.082 afiliados, según el Icane. Y en el último año la caída asciende a 110 trabajadores, dejando sin efecto los 80 millones de euros que el Ejecutivo del PP ha puesto sobre la mesa entre 2024 y 2025. Estos datos contrastan con la buena evolución del empleo autónomo en el resto del país, donde no ha dejado de crecer en la última década hasta llegar al pasado mes de junio, cuando se alcanzó la cifra récord histórica de afiliados: 3,42 millones.
El consejero de Industria, Eduardo Arasti, tiene claras las dos razones por las que el emprendimiento ha descendido estos dos últimos años. La primera es la regularización de los empleados de Glovo. Los tribunales obligaron a esta empresa a reconocer como trabajadores propios a los repartidores que, hasta entonces, actuaban como falsos autónomos. En Cantabria, Glovo cuenta con cerca de un centenar de empleados.
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Eduardo Arasti | Consejero de Empleo «La regularización de los trabajadores de Glovo y los buenos datos de la tasa de paro explican ese descenso de autónomos en Cantabria esta legislatura»
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Álvaro Gómez | Portavoz de Uatae «El modelo de autoempleo está marcado por la precariedad, el envejecimiento y la debilidad institucional del sistema de protección»
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Ana Cabrera | Presidenta de ATA «A pesar de la ligera pérdida del último año, el descenso es menos pronunciado que en otras regiones como Asturias, Aragón o País Vasco»
Y en segundo lugar, el consejero considera que la situación de los trabajadores por cuenta propia «no puede desligarse» del contexto del empleo por cuenta ajena. «Cuando las expectativas de empleo aumentan, el empleo autónomo suele disminuir», señaló. En la actualidad, Cantabria tiene la tasa de paro más baja de España (7,1%), en menores de 25 años los datos son los mejores de este siglo, entre las mujeres los registros no eran tan buenos desde 2008 y en mayores de 45 años no había cifras de empleo tan altas desde 2011. En los dos últimos años el paro registrado ha disminuido en 2.814 personas y el número de afiliados ha aumentado en 8.072. Por tanto, y según el consejero, a mayor contratación de las empresas, menor creación de empleo autónomo. En España, sin embargo, no se cumple esta máxima, ya que la histórica bajada de paro ha ido acompañada de una importante subida del emprendimiento.
«En las dos anteriores legislaturas se perdían 100 autónomos de media al año y ahora podemos decir que esa tendencia constante a la baja ha sido frenada», aseguró Arasti.
En cualquier caso, la radiografía del autoempleo deja ver problemas estructurales que no se han corregido en los últimos años. El envejecimiento de la población autónoma, la dificultad del relevo generacional, la escasa consolidación de nuevos proyectos y la persistente precariedad en los ingresos son algunos de ellos.
El 46% de los autónomos de Cantabria tiene más de 50 años, lo que sitúa a la comunidad como una de las más envejecidas del Estado. La edad media del colectivo alcanza los 49 años, con unas tasas muy reducidas de emprendimiento juvenil (solo el 2% del total tiene menos de 25 años).
La región también presenta una de las tasas más altas de participación femenina en el trabajo autónomo, con un 38% del total, superando la media estatal. Sin embargo, este dato convive con una alta precariedad de ingresos y fuertes desigualdades evidentes: el sueldo medio de la mujer autónoma es 300 euros menor que el del hombre.
La estructura económica del autoempleo cántabro sigue anclada en sectores tradicionales, con el 70% del colectivo en el sector servicios, seguido por la construcción (14%) y la agricultura (9%). «Todos ellos muestran señales de estancamiento o retroceso, especialmente en comercio y hostelería, actividades muy afectadas por la falta de relevo y la debilidad de la demanda», señala Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae) en un informe elaborado en 2024.
En este contexto, el autoempleo con capacidad de generar trabajo también disminuye: el 85% del colectivo no cuenta con asalariados. Además, uno de los indicadores más preocupantes es la alta proporción de autónomos con ingresos netos inferiores al salario mínimo en doce pagas, que afecta a cuatro de cada diez en Cantabria.
«En conjunto, el modelo del autoempleo en Cantabria se encuentra marcado por la precariedad, el envejecimiento, la falta de consolidación y la debilidad institucional del sistema de protección», señaló el portavoz de Uatae, Álvaro Gómez, quien considera que el Gobierno regional debería explicar mejor dónde acaba el dinero destinado a las ayudas para autónomos, ya que, en su opinión, «una cosa es lo que se anuncia y otra lo que se acaba utilizando».
Desde la asociación ATA son menos críticos con la situación en Cantabria. « A pesar de la ligera pérdida de autónomos en el último año, la cifra es menos pronunciada que en otras regiones como Asturias, Aragón, País Vasco o Navarra, que han registrado mayores descensos», destacó la presidenta de ATA, Ana Cabrera.
Entre las 77 medidas incluidas en el Plan de Autónomos del Gobierno para este año se incluyen, entre otras, la 'Cuota Cero' que bonifica el 100% de los pagos a la Seguridad Social durante los primeros 12 meses, con posibilidad de extenderse hasta 24 meses; subvenciones de hasta 10.000 euros para desempleados que se den de alta, y un incremento del 20% en las ayudas si el autónomo realiza su actividad en un municipio en riesgo de despoblamiento.
Para Cabrera, este plan es «fundamental». «Ha sido un punto de partida que incluye medidas que desde ATA hemos demandado. Entendemos que este documento está vivo y debe ser revisado para optimizar su implementación y garantizar que las ayudas y beneficios lleguen de manera más eficaz a todos los emprendedores cántabros», indicó.
Según su análisis, el tejido empresarial de Cantabria se caracteriza por la importancia del sector servicios que, aunque fundamental, «tiene un elevado grado de estacionalidad». Por otro lado, el sector primario ha sido «un motor clave», pero se enfrenta a un desafío generacional. Por eso, «valoramos muy positivamente el emprendimiento femenino que está mostrando muy buenas cifras en la región y que debemos seguir impulsando», destacó Cabrera.
Además, es «crucial» abordar la economía sumergida que afecta al sector, apostar por la internacionalización de las empresas y facilitar la transición al mundo digital para que los autónomos puedan «competir en un entorno cambiante».
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