Caviedes admite la complicada situación desatada con el plan de Atención Primaria
El Colegio de Enfermería exige a Sanidad que «no se realice ningún cambio con improvisación y sin contar con todos los colectivos sanitarios», y el Sindicato Médico defiende que «es el mejor acuerdo posible»
La Consejería de Sanidad parece que ha atizado el fuego para tener un fin de legislatura caliente. La mecha, preparada desde que SCS firmó un p ... rincipio de acuerdo con el Sindicato Médico para reorganizar la Atención Primaria, prendió el martes al chocar de lleno con la oposición unánime de los sindicatos de la mesa sectorial (CC OO, UGT, CSIF, Satse y ATI). Un rechazo que, previamente, ya habían expresado los trabajadores del Servicio de Urgencias (SUAP), que anunciaron una huelga para Semana Santa si la Administración no reconsidera los términos del modelo de la reorganización en ciernes, que interpretan que empeora sus condiciones laborales. El gerente del SCS, Benigno Caviedes, reconoce que se enfrenta «una situación complicada», aunque «estamos trabajando intensamente para que se revierta, intentando conseguir un acuerdo de consenso con todos». No dice más. Cualquier pregunta sobre el futuro de la propuesta –si se sacará adelante sin el apoyo sindical o si aún cabe la posibilidad de reajustarla– obtiene la misma respuesta. No quiere añadir más leña, consciente del problema que tiene entre manos, cuando queda menos de un mes para implantar la jornada laboral de 36 horas.
La consejera de Sanidad, por su parte, sigue con su agenda y elude hacer valoraciones pese el descontento generado. Mientras el personal del SUAP se concentraba a la puerta de la sede de Federico Vial y el gerente se enfrentaba al aluvión de críticas sindicales, María Luisa Real se informaba del conflicto que se prepara durante una visita al centro de salud de Ramales, donde se reunía con alcaldes de la comarca del Asón. Ayer tampoco quiso entrar en la polémica.
La batalla sindical no se libra sólo frente a la Administración, por una reforma que juzgan «improvisada», porque presenta «múltiples lagunas», y «discriminatoria», porque se refiere a los médicos de los equipos de Atención Primaria, «pero se olvida del resto de categorías», incluido el personal del SUAP, que es uno de los que afrontará el principal cambio –el del horario–. También ha resucitado las tensiones entre los sindicatos de la mesa sectorial y el Sindicato Médico, al que el martes le llovieron las críticas «por negociar por detrás» y sacar adelante un acuerdo «parcial», que «no beneficia al conjunto de los trabajadores».
Precisamente con este mismo argumento, el Colegio de Enfermería de Cantabria también censuró ayer «la imposición de un modelo sólo consensuado con el Sindicato Médico» y exigió a la consejera que «cuente con las enfermeras en la toma de decisiones». No en vano, recuerda que «estas modificaciones contemplan cambios organizativos y económicos que afectan a todos los profesionales y pacientes, como el aumento del horario de consultas hasta las 17.00 horas o la gestión compartida de la demanda urgente, que afectarán en gran medida al trabajo de los enfermeros». Asimismo, el Colegio exige que «no se realice ningún cambio con improvisación, sin haber contado con todos los colectivos sanitarios, con el único propósito de agradar a algunos profesionales y de hacerlos efectivos antes de las elecciones, cuando la Consejería ha tenido cuatro años para consensuarlos». Es más, recuerda que el máximo órgano que regula la profesión enfermera le trasladó sus propias propuestas «con el objetivo de 'sumar' de cara una remodelación de Atención Primaria», pero cayeron en saco roto.
Por alusiones, el Sindicato Médico salió al paso para defender que «el acuerdo alcanzado mejora sustancialmente la asistencia y accesibilidad de los ciudadanos» y es «el mejor que existe a fecha de hoy en el país». Un acuerdo –añade– que «nace para dar solución a la falta de médicos y a la sobrecarga de trabajo que conlleva, situación que no se da en el resto de categorías profesionales». Y por ello juzga «bochornoso que los sindicatos de mesa se nieguen a refrendar, con una total ausencia de argumentos o alternativas, un acuerdo que es bueno para los pacientes, para los médicos y para el resto de categorías». Además, niega que el modelo de atención planteado en los centros de salud «lleve aparejado una menor accesibilidad de los pacientes a su médico, como denuncian los dirigentes de la asociación aSUAP», a quienes acusa de «mentir descaradamente en su intento de mantener una serie de privilegios anacrónicos que solo existen en Cantabria». En este sentido, la formación apunta que «el peso de la actividad asistencial en Atención Primaria recae en los más de 400 médicos de equipo (médicos de familia y pediatras) que a pesar de trabajar en un horario más reducido atienden diez veces más pacientes que los aproximadamente 120 médicos de Urgencias».
El personal del SUAP teme que la limitación de las consultas a 28 pacientes en horario de mañana, que es uno de los cambios recogidos en la propuesta del SCS, acabe repercutiendo en la afluencia de las urgencias, «ya de por sí saturadas, con pocos recursos y afectadas por un uso indebido». Eso sin contar que se les va a «imponer» una modificación del horario a partir del 1 de mayo –ahí Caviedes es rotundo: «Es inamovible»– que rechazan de plano.
Pero no sólo los médicos del SUAP están en desacuerdo con la reorganización prevista por Sanidad. Hay facultativos de equipo de Atención Primaria que no ocultan su indignación e interpretan que «es una tomadura de pelo». No se sienten repaldados por los sindicatos, a los que acusan de haber brindado un «silencio cómplice» a la Consejería de Sanidad durante toda la legislatura «sin denunciar el progresivo deterioro de las condiciones laborales».
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