«Ver a chicos gitanos con carrera me enorgullece»
Lleva más de 20 años educando a niños y adultos de raza gitana y cree que la clave de la integración está en las buenas políticas
Carlos Rodríguez Pacheco (Santander, 1954) es una de las personas claves en la integración de la comunidad gitana en Santander y uno de los colaboradores ... activos en la desaparición de La Cavaduca, el poblado de La Albericia. En 1997, siendo profesor en el colegio María Sanz de Sautuola, creó, junto a un grupo de colegas y padres de alumnos de raza gitana, la asociación Bastis Solidarias (manos solidarias). «Había que hacer algo si queríamos su integración. Todos los días, una hora antes de que empezara el colegio, íbamos a buscar a los niños, les duchábamos, se cambiaban de ropa, venía una enfermera que les hacía una revisión y les dábamos de desayunar antes de entrar en el colegio». Esta intervención, junto a la desaparición de La Cavaduca, «fue lo que provocó el cambio». Hace tres años que se jubiló y se unió como voluntario a la Fundación Secretariado Gitano.
-¿Por qué eligió esta organización para colaborar?
-Trabajé durante treinta años como profesor en los colegios de La Albericia, en las Aulas Puente y en el María Sanz de Sautuola. Esta es la zona de Santander donde hay mayor población gitana. En el María Sanz de Sautuola teníamos el porcentaje más alto de alumnado de esta etnia. Tras desaparecer La Cavaduca, en 2008 deshicimos nuestra asociación, porque ya no tenía sentido. Pero cuando me jubilé decidí ponerme al servicio de la Fundación para lo que fuese. Me propusieron trabajar con adultos que querían retomar los estudios. En eso llevo metido desde hace tres años y con gran satisfacción.
-¿Cuáles son los objetivos de la Fundación?
-El objetivo principal es la promoción integral de la población gitana, con especial atención a la diversidad cultural. Para conseguirlo trabajamos con los programas de empleo 'Acceder', que persigue conseguir la incorporación efectiva de la población gitana al empleo; el de educación, 'Promociona', para que los jóvenes gitanos finalicen los estudios obligatorios y continúen estudiando; y el de igualdad, 'Calí', que busca la igualdad de oportunidades e integración socio-laboral de las mujeres gitanas, y la atención a la múltiple discriminación.
-¿En qué consiste, en concreto, su colaboración?
-Soy docente en un programa de educación de adultos que se realiza a través de una plataforma a distancia. Son alumnos de entre veinte y treinta años que necesitan la ESO para poder trabajar. Les preparamos por cuatrimestres y, al final de cada uno, se examinan de los conocimientos requeridos. Otro voluntario y yo les ayudamos con las tareas que les mandan antes de los exámenes. Cinco personas ya han obtenido el graduado de la ESO. Algunos están trabajando en la Fundación. También hay otra persona que ya es abogada. Me produce un profundo orgullo.
«Los casos exitosos de profesionales de raza gitana me hacen ser optimista»
-La comunidad gitana representa la minoría étnica más importante de Europa. Sin embargo, es la más marginada. ¿Estamos evolucionando la sociedad para facilitar su integración?
-La sociedad va evolucionando despacio. Depende de los gobiernos cambiar la mentalidad. Hay que hacer políticas integradoras, políticas de ayudas en estudios universitarios para los más necesitados y potenciar las diferentes culturas. Todavía hay que eliminar de algunos sectores de la sociedad las actitudes discriminatorias contra la comunidad gitana y otras culturas. Todos tenemos que concienciarnos de la pluralidad cultural que tenemos en nuestro país.
-Además de tareas de concienciación en la sociedad, imagino que también habrá que trabajar con las familias. ¿La educación es el principal escollo?
-Creo que la educación es el resultado de los esfuerzos conjuntos de las familias del alumnado y de la institución escolar. Las familias que participan activamente en el proceso educativo, tanto en la escuela como en el hogar, proporcionan el apoyo esencial, la ayuda, los valores y las expectativas que son cruciales para que los chicos perciban la importancia de la educación. Desde mi punto de vista, y por lo que he vivido en mis años en el Colegio María Sanz de Sautuola, ha mejorado la integración de la comunidad gitana en la educación. Ya no está sola. Han llegado culturas de otros países de Europa, América y África, principalmente.Ello ha supuesto crear diferentes actividades culturales para poder acercarlas a las realidades de los centros escolares.
-Por mucho título que obtengan, si en las empresas no hay concienciación, el avance es muy lento. ¿Cómo está la situación en Cantabria?
-Ha ido mejorando gracias a la ayuda de las organizaciones gitanas, como la Fundación. Muchas empresas comienzan a dar trabajo a la comunidad gitana. Tenemos bastantes personas con módulos de grado medio, de grado superior y otras con diferentes carreras. Por supuesto que aún falta camino por recorrer, pero los casos que salen adelante me hacen ser más optimista que años atrás.
-¿Quién muestra más interés por formarse e integrarse en el mercado laboral, los hombres o las mujeres? ¿Cuál es la razón?
-El primer paso lo ha dado la mujer gitana, al igual que ha ocurrido con la mujer en el resto de la sociedad. Pero en estos momentos también los hombres están formándose para poder integrarse en el mundo laboral.
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