La científica que condujo a la UC hasta el bosón de Higgs

«Teresa metió a nuestro grupo de investigación en el experimento CMS que al final llevó a cabo este descubrimiento», recordó ayer Francisco Matorras, investigador del IFCA y decano de la Facultad de Ciencias. Rodrigo, que había iniciado investigaciones en este sentido a mitad de la década de 1990, catalizó su aportación a un proyecto enorme. «Pudimos desarrollar nuestra pequeña contribución a este gran proyecto. Fue la pionera. Teresa fue el arranque», indicó Matorras.

La catedrática y referente internacional en física de partículas, que falleció el pasado martes, fue la primera española que trabajó en experimentos punteros en el campo de las partículas elementales y en el CERN. Desde 1994 era miembro del experimento CMS en el Gran Colisionador y lideró el grupo de más de 30 investigadores del IFCA y de la UC que participan en él. Su forma de trabajar, recordó Matorras, era meticulosa: «Cuando se empezaron a tener resultados indicativos sobre el bosón de Higgs, estos eran aún algo confusos. Desde un punto de vista personal, Teresa mostraba a la vez la ilusión porque los resultados realmente confirmaran este descubrimiento y la cautela de no realizar anuncios hasta ser convincentes. No dudaba en frenar su entusiasmo y el de sus colegas exigiendo sentido crítico».

En paralelo y en el CERN, Rodrigo también ejerció labores ejecutivas. Se empleó a fondo en dirigir políticas científicas como presidenta de su Consejo de Colaboración, un «cargo muy destacado», recordó ayer Alberto Ruiz, catedrático y vicerrector de la UC, quien compartió trayectoria con Rodrigo, y a la que animó a integrarse en la UC como profesora titular. Ruiz también evocó el papel que la científica jugó en el experimento CDF de Fermilab (Departamento de Energía de EE UU) «donde colaboró, entre otros, en el hallazgo del 'quark top', en 1995, el más pesado de los seis quark que hay en la Naturaleza, un descubrimiento muy importante».

En el contexto del CDF, Rodrigo también impulsó que el grupo de la UC, del IFCA, se postulase y entrase. «Indujo nuestra participación en el experimento, en el que tuvimos resultados importantes, y también la de otros grupos españoles», indicó Ruiz. Esa capacidad para abrir puertas se revela como algo constante en la trayectoria de Rodrigo. También, destacan quienes la conocieron, un talento innato para inspirar vocaciones, y ayudar a los más jóvenes. Su trabajo en pos de las científicas fue decidido: «Fue muy puntera en la defensa de la igualdad».

Su vocación científica era profunda. «Se implicaba muchísimo. Siempre destacó por su capacidad de trabajo», revela Ruiz. «Tenía una fuerza tremenda. Vivía la investigación al cien por cien y se lo transmitía a los demás», añade Matorras. Además, Rodrigo, que dirigió el IFCA desde 2016 hasta hace unos meses -asistiendo a la acreditación como centro de excelencia 'María de Maeztu'- fortaleció los vínculos entre sus investigadores. «Ella fue muy importante en que el grupo del IFCA fuera compacto», reveló ayer Ruiz.

Desde que se conociera su fallecimiento, las comunidades científica y académica, la sociedad en general, han celebrado las contribuciones de Rodrigo, su docencia, su cercanía y sensibilidad. El ministro Pedro Duque se despedía públicamente de un «referente mundial en física de partículas».