«El crecimiento económico del empresario sólo pasa por la contratación indefinida»

«Siento un poco de vértigo», reconoce recién llegada al último piso. «Pero afronto este reto con muchísima ilusión», dice Ana Belén Álvarez, santanderina, senderista, soñadora y, en los próximos cuatro años, el faro de uno de los departamentos con más peso dentro de la Administración autonómica.

-Usted es licenciada en Filosofía y Letras, ¿verdad?

-En la rama de Historia Antigua.

-Porque quería ser arqueóloga.

-Esa era mi ilusión de juventud, sí.

-¿Qué le despertó de aquel sueño?

-La dureza de la década de los 80. Entonces todos teníamos que buscarnos la vida.

-Ya. Y usted se la buscó...

-Preparando, y aprobando, una oposición a técnico de gestión de empleo que me permitió abrirme camino en el antiguo INEM.

-También es técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales y, por otra parte, además, tiene un máster en Igualdad de Género y Políticas Sociales.

-Eso es, sí.

-¿Esto le preocupa?

-¿El qué?

-Tener un máster siendo política.

-¡Ah! ¡No! ¡En absoluto! Al contrario. Yo aquello lo recuerdo como una experiencia personal buenísima porque me decidí a hacerlo muchos años después de haber dejado la Universidad para dedicarme al trabajo y la familia y el regreso a ese ambiente universitario fue para mí muy enriquecedor. Lo recomiendo.

-Leo que es funcionaria de la Administración General del Estado, que pertenece al Cuerpo Técnico de Gestión de Empleo del Servicio Público de Empleo Estatal...

-Así es, sí.

-Que tiene experiencia como docente de formación para el empleo, que ha formado parte del Orecla como mediadora en relaciones laborales y que, antes de todo esto, fue responsable de Empleo de UGT.

-Y también he sido representante de los empleados públicos de la Administración General del Estado en Cantabria y presidenta de la Junta de Personal durante casi 20 años.

-¿Teme defraudar las altas expectativas que por su currículum se han generado en torno a su nombramiento?

-A ver. Es que a mí, eso de las expectativas... Son tan subjetivas, ¿no cree? Yo abordo este reto sin ningún temor. Con ilusión y compromiso.

-¿Quiere hablar de empleo?

-Vamos allá.

-¿A usted qué le preocupa más; la creación de empleo o su calidad?

-A mí ahora mismo me preocupa mucho más la calidad del empleo. Hay que crear empleo, sí, de acuerdo, pero tiene que ser de calidad. Y ese es el camino hacia el que tenemos que ir.

-Un economista, José Ignacio Conde Ruiz, dijo en una entrevista que España «crea contratos los lunes para destruirlos los viernes» y que ese comportamiento empresarial «condena a ciertos colectivos a permanecer indefinidamente en la rueda de la temporalidad».

-Aquí hay una realidad innegable, y es el auge de la contratación temporal motivado principalmente porque el empresario piensa que eso es lo más económico.

-¿Y no lo es?

-No, no lo es, y debemos concienciar de ello al mundo empresarial. Los contratos de cinco días no son más baratos por diversas razones. Las principales, económicas, porque cotizan más a la Seguridad Social y, en la gran mayoría de los casos, no están exentos de indemnización. Pero es que no son estas las únicas. Hay más.

-¿Por ejemplo?

-¿Usted sabe qué sentido de pertenencia a una empresa, con lo que ello implica a niveles productivos, puede llegar a tener un trabajador contratado por un plazo tan breve? Yo le diría que más bien ninguno. El índice de producción de los trabajadores es menor cuando la tasa de temporalidad es alta.

-Lo cual repercute negativamente en la empresa y, por supuesto, en el empresario.

-Sí. Muy negativamente, créame. Por eso, perdone que insista en esto, creo que es importante que consigamos concienciar al mundo empresarial de que su crecimiento económico pasa por canalizar la generación de empleo a través de la contratación indefinida.

-¿Ya sabe cómo va a darle la vuelta a esta situación?

-Creo que tanto el Gobierno regional como el empresariado y la representación de los trabajadores tenemos una responsabilidad compartida a la hora de crear empleo que sea de calidad, sostenible e inclusivo. Tenemos que saber hacia dónde ir, y ese camino debe marcarlo un nuevo Estatuto de los Trabajadores que recoja las nuevas realidades laborales que se viven en nuestro país. Hay que regular el mercado de trabajo porque su desregularización nos ha llevado a la cronificación de la precariedad.

-También se ha propuesto recuperar los derechos laborales perdidos.

-Sí, porque entiendo que el empleo es un bien social que debemos proteger jurídicamente pues es clave para el éxito de la cohesión social. Si no lo protegemos jurídicamente, entonces estaremos condenados a la desregularización del mercado y a la cronificación de la temporalidad de los puestos de trabajo de la que hemos hablado.

-Jóvenes, parados de larga duración y mujeres de más de 45 años son, ha dicho, las personas con mayores dificultades para acceder al mercado laboral.

-Sí. Son, sin duda, los tres colectivos a los que el mercado laboral da la espalda.

-¿Cómo piensa abrirles las puertas del empleo?

-Principalmente con incentivos a las pequeñas y medianas empresas. Incentivos de los que se beneficien a través de este tipo de contratación. Además, vamos a poner en marcha un nuevo modelo profesionalizado para que toda persona que sea demandante de empleo puede acceder a un itinerario personalizado y con un técnico que les asesore e informe adecuadamente.

-¿Cree que el monopolio turístico está cerrando a Cantabria otras fuentes surtidoras de empleo?

-No. Lo que creo es que ese monopolio turístico, como lo llama usted, no debe impedirnos dirigir los focos hacia otros segmentos laborales. El turismo es un surtidor importantísimo en Cantabria y en España, pero también debemos apostar por el crecimiento de la industria y de la innovación tecnológica.

-La Organización Internacional del Trabajo ha advertido de que la temporalidad laboral aumenta el riesgo de pobreza del trabajador, lo cual nos introduce en su otro campo de acción.

-¿Las políticas sociales?

-Las políticas sociales, sí.

-Adelante.

-¿Qué objetivos se ha marcado?

-Mantener totalmente imbricadas las políticas de empleo y las políticas sociales y avanzar en la universalización de los servicios sociales, un objetivo este último que depende de aquel primero.

-¿Y sus prioridades?

-Todas aquellas personas que vivan en una situación de vulnerabilidad. Le hablo de mayores, de menores, de víctimas de violencia de género, de dependientes... De todas aquellas personas que por alguna razón muestran síntomas de fragilidad. Personas a las que hay que dar respuestas y por las que tenemos que avanzar en la universalización de los servicios sociales.

-¿Qué funciona y dejará como está y qué falla y va a cambiar?

-Tenemos que analizar las políticas y valorar cuáles son sus resultados, pero yo soy de las que cree que todo es mejorable si quieres avanzar. Nuestro actual modelo de sociedad nos presenta cada día nuevas necesidades que tenemos que atender. Y soluciones que hoy pueden valer a lo mejor mañana ya no sirven. Por eso es bueno corregir el rumbo de aquello que por lo que sea falla pero también revisar y mejorar aquello que funciona.

-Entiendo.

-Y en esa capacidad para mejorar va a resultar fundamental la coordinación de las políticas de empleo con las políticas sociales.

-¿Cree que es necesaria una reforma de las normativas vigentes para adaptarlas a los problemas sociales actuales?

-¿Se refiere a materias de competencia autonómica?

-Sí, claro.

-Bueno, por lo que respecta a las políticas sociales, además de continuar avanzando en la reglamentación de la Renta Social Básica, creo que habría que sentarse a discutir fórmulas legislativas que nos permitan seguir mejorando la calidad en la prestación de los servicios.

-Tiene usted mucho trabajo por delante.

-Sí. Y un magnífico equipo de profesionales muy implicados con el objetivo de sacar adelante este desafío que se nos presenta y al que vamos a enfrentarnos con ilusión y, sobre todo, con sentido de la responsabilidad.

-¿No hubiera preferido ser arqueóloga, oiga?

-Aquel fue un sueño de juventud. Este es otro diferente que afronto con igual o con mayor entusiasmo. Si algo he aprendido es a ilusionarme con todo lo que hago.