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Alberto Aja
La cultura del fuego, el eterno debate

La cultura del fuego, el eterno debate

Ganaderos y ecologistas coinciden en la necesidad de un diálogo entre el medio rural y el Gobierno regional respecto a las quemas controladas

Ángela Casado

Santander

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Martes, 19 de febrero 2019, 17:02

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Quema de rastrojos para regenerar el pasto. Ganaderos y ecologistas coinciden en que es una de las principales causas que han desencadenado los numerosos incendios que han asolado la región durante los últimos días. También están de acuerdo en que la falta de diálogo y entendimiento con las administraciones públicas han convertido este escenario en algo cíclico que se repite cada invierno cuando sopla el viento sur. «Para el ojo que no esté habituado, las llamas pueden sorprenderle. Pero la mayoría son quemas en zonas de pasto que se van a recuperar», asegura el presidente de la Unión de Ganaderos y Agricultores Montañeses (UGAM), Gaspar Anabitarte. «Aunque no digo que sea inocuo o que no haya una mejor manera de actuar».

Anabitarte afirma que en Cantabria no hay ningún problema medioambiental y que las quemas que se han desencadenado estos días «son características de esta zona y han ocurrido desde siempre». «Un verdadero incendio es lo que pasó en California el pasado verano, con llamas imparables de más de 50 metros de altura, destrozos, casas quemadas y miles de hectáreas arrasadas», sentencia. Felipe González, presidente de SEO/Birdlife en Cantabria, tiene una visión muy diferente. «No se puede tolerar que vaya tanta gente al monte al mismo tiempo a prender fuego, ponen en riesgo a las personas». Defiende la existencia de la Mesa del Fuego, «un plan de lucha contra los incendios con un montón de medidas».

González considera que las disposiciones que recoge este Plan Estratégico de Prevención y Lucha contra los incendios forestales (Peplif) están encaminadas a atacar también las causas «culturales». «Hay una parte de la población del mundo rural que considera que debe quemar el monte porque está sucio». Afirma que las zonas matorralizadas «se prenden tradicionalmente» sin dar opción a poner en marcha otro tipo de tratamientos desarrollados por la administración, como el desbroce. «El fuego hay que integrarlo en la gestión de los montes de una manera inteligente y planificada», defiende. Poco tiene que ver con la visión de Anabitarte. «El fondo de todo esto es un desencuentro entre el medio urbano y el medio rural que no nos está trayendo nada bueno, sobre todo a los rurales». La Consejería de Medio Rural, asegura, no está sabiendo afrontarlo. «En su momento, practicaron el autoritarismo. Ignoraron la voz de la gente de los pueblos». Cuenta que ha visto el fuego desde que era niño. «Vivía en Santander y siempre veía el humo. Y no pasaba nada, era una cosa natural y habitual del invierno. ¿Qué pasa ahora?».

Aseguran que en Cantabria no hay ningún problema medioambiental y que las quemas «son habituales»

Las zonas de matorral «se queman desde siempre» sin probar otro tipo de tratamiento

Los propios ganaderos eran quienes, hace muchos años, controlaban las llamas. «Sin que la Consejería se pusiera en contra». Ahora, «en cuanto se intenta quemar, se detiene. La administración trata de apagarlo cuanto antes». Esto provoca, explica Anabitarte, que algunas personas quemen ilegalmente «de la manera que estimen que no van a poder apagárselo». Afirma que una solución sería conceder más permisos y sabe que el Gobierno plantea «otras maneras de afrontar esto, pero a largo plazo». Mientras tanto, «hay que actuar de alguna manera». La temporada de quema «es esta, con viento sur», porque es la época en la que el fuego «puede trabajar». «La tierra está humeda, no corre peligro, en verano sí porque esta seca. Si se hace ahora, solo destruye la capa de encima, la hierba seca».

González coincide en que hay que fortalecer la cooperación entre los ganaderos y los gestores del monte «con medidas justas». «Hay un abismo en su relación y debe solventarse con diálogo. Las dos partes deben alcanzar un acuerdo porque no es cuestión de que no se queme, sino que esta práctica se integre en la planificación». También defiende que se aplique la ley. «Si no hay castigo, se alimentan los incendios».

Desde la Consejería

El director general de Medio Natural del Gobierno, Antonio Lucio, está de acuerdo en que la quema de matorral para la regeneración de pastos es una de las causas principales de los incendios que han asediado la región durante los últimos días. «Pero hay que empezar a pensar que hay otros factores. Habrá que analizar y valorar los indicios que está recogiendo la Guardia Civil sobre los autores», apunta.

Centra el trabajo de la Consejería en la prevención y la sensibilización. «En el siglo XXI no se pueden gestionar los montes como en el siglo XVIII. Para regenerar un pasto se puede trabajar de muchas maneras que no supongan prender un fuego a las ocho de la tarde con viento sur». Asume que este asunto «es una carrera de largo recorrido y que lo que ha acontecido estos días volverá a ocurrir». Cuenta que se dan «muchísimas autorizaciones para prender fuego», pero que no se pueden dar «cuando hay viento sur y arde media Cantabria». Las quemas están prohibidas desde el miércoles pasado y continuarán durante las próximas jornadas, «pero la gente sigue pidiendo permisos».

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