Currantes bajo el sol
Las temperaturas comienzan a descender hoy y el miércoles llegarán las precipitaciones y las tormentas
Hace años las olas de calor eran anecdóticas. Llegaba una en julio o agosto y se enfrentaba como quien batalla contra un acontecimiento extremo. Ahora ... estos episodios de bochorno se han convertido en algo rutinario y cada vez son más frecuentes. Hasta el punto de que estas anomalías climáticas se han ido sucediendo este mes de junio para situarlo entre los tres más calurosos de la historia –desde que hay registros (1961)– a falta de que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) termine de recabar todos los datos. Los que más lo sufren son los trabajadores que lidian con estas temperaturas cada día al aire libre, en plena calle. También los deportistas, como el senderista de 62 años que fue rescatado ayer por el equipo del helicóptero del Gobierno tras sufrir un golpe de calor en Picos de Europa. Según informó el Servicio de Emergencias, se sintió indispuesto cuando descendía los Tornos de Liordes, acompañado de otra persona.
Juanjo Caviedes Camarero del Café Suizo
«Desde hace 41 años he tenido que trabajar días así»

Juanjo Caviedes tiene 41 años de profesión a las espaldas. «He trabajado días con lluvia, con granizo y con este calor», confiesa. «Desde el inicio recuerdo días en Suances con estos sofocos, pero es cierto que el tiempo ha cambiado y que ahora hay muchos más así». Sirve la terraza del Café Suizo, en el Paseo de Pereda de Santander, y camina de un lado a otro. Ahora cobra, ahora limpia una mesa, como coge una comanda o sirve las bebidas. «No paramos y la clave es no ponerse nervioso. Ir sin prisa pero sin parar, sobre todo en los momentos clave en que hay más gente». Por suerte, dice, no es en las horas centrales del día, «cuando hay más calor pero también menos gente. Aunque ahora, en julio y agosto, con el turismo hay cada vez más gente y al final se nota mucho». Los árboles del paseo le dan sombra y ayuda a pasar el día. «Ahora también se trabajan menos horas, unas seis o siete, y las condiciones son mucho mejores de lo que eran cuando empecé en esto. Tenemos todo lo que podemos necesitar en el interior del establecimiento y si estamos mal, pues descansamos y listo».
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Leticia Gutiérrez Controladora de la OLA
«Trabajar en los días de calor es horroroso»
Leticia pasó ayer la mañana caminando por el Paseo de Pereda. Este lunes le tocó aquella zona para inspeccionar si todos los vehículos aparcados en la zona de la OLA habían abonado el ticket. «Esto es horrible, lo llevo fatal porque personalmente no aguanto nada bien estos sofocos. Trabajar estos días de calor es horroroso», cuenta Leticia Gutiérrez, controladora de la OLA. «Intento estar a la sombra todo lo que puedo. Por lo menos en esta zona hay mucho árbol y eso ayuda con la sombra», cuenta esta empleada de la empresa Dornier que trabaja de diez de la mañana a dos de la tarde. La empresa los obliga a tomar precauciones. «Tenemos indumentaria especial, con pantalones cortos, agua de sobra, gorra, etc. La verdad es que son bastante insistentes con todo lo que tiene que ver con prevención de riesgos y con hacer las cosas bien para no sufrir accidentes», acredita la trabajadora. Si nota algún síntoma relacionado con la alta temperatura como puede ser desvanecimiento o sudor excesivo, están obligados a parar para recuperarse. «Esperemos que esta ola de calor pase ya».

José Manuel Parás Empleado de obra
«Tenemos fuentes que refrigeran el agua»
El esqueleto del futuro Museo de Prehistoria de Cantabria (Mupac) crece cada día gracias al trabajo de unos cuantos empleados como José Manuel Parás. «Estos días es cuando es más difícil trabajar porque el calor aprieta y te afecta quieras, o no», confiesa cuando arroja a un contenedor unos restos de madera que han servido para hacer un encofrado. En la obra tienen todo tipo de medidas para combatir estas temperaturas:«En la zona de las casetas tenemos unas fuentes de agua de las que están enchufadas a la corriente y están refrigeradas y ahora, que tenemos la suerte de que ya hemos avanzado mucho con la estructura, podemos buscar la sombra en los pisos intermedios cuando estamos en el peor momento del día», confiesa. Explica que en esta obra están bien, que ha vivido otras en las que era difícil escapar del sol y que «dentro de lo que cabe, no podemos quejarnos de nada». «He tenido trabajos en que estábamos en plena calle. Imagínate hacer un paseo o algo donde no tienes donde resguardarte. Y Cantabria tampoco es para morirse. El sur sí».

Bocanada de aire africano
38º
registraron los termómetros en Tama (Cillorigo de Liébana)
El fin de semana llegó la última bocanada de aire africano que trae el viento sur. Ayer, los termómetros siguieron desbordados en el interior. Marcaron 38 grados en Tama;36,1 en Ramales de la Victoria y 35,2 en Polientes. El alivio llegó en la costa, donde la brisa trajo el aire templado del mar y bajó los termómetros hasta los 24,9 registrados en la delegación de Aemet en la capital, junto a Cabo Mayor. Fue un descenso de temperaturas que continuará hoy de forma más generalizada, pues se espera que el mercurio caiga hasta los 26 grados en Cabezón de la Sal o Castro Urdiales, que serán máximas de la región. En Santander se esperan 24 grados.
«El calor resistirá todavía en zonas elevadas de Liébana, la zona de Campoo y en Valderredible, donde aún podrían superarse los 34 grados», advierte Sergio Fernández, responsable de Aemet en Cantabria. «Será el miércoles cuando llegue el descenso más acusado de las temperaturas. Tenemos la suerte de estar al otro lado de la cordillera Cantábrica porque en el centro y sur peninsular el panorama es peor», avanza Fernández.
Nieblas en la costa
Las lenguas de niebla densa han sido también un fenómeno que ha aparecido estos días en el litoral como consecuencia de las elevadas temperaturas. «Se llaman nieblas de advección y coinciden con estos episodios de calor porque existe un contraste muy fuerte entre el aire cálido más elevado de superficie con el que viene más bajo procedente del mar, mucho más fresco. A unos 500 metros de altura se juntan y se forma este fenómeno que es tan habitual al final de la primavera y principio del verano». Un fenómeno que se va a volver a ver a lo largo de esta semana.
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