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Juan Carlos Zubieta es el responsable del Taller de Sociología de la Universidad de Cantabria. Alberto Aja
«El declive demográfico es preocupante y debe considerarse una prioridad política»

«El declive demográfico es preocupante y debe considerarse una prioridad política»

Juan Carlos Zubieta, sociólogo de la UC, cree que «la pérdida de población es un problema del conjunto de España, aunque se deben tomar medidas a nivel autonómico y local»

CONSUELO DE LA PEÑA

SANTANDER.

Domingo, 24 de junio 2018

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Juan Carlos Zubieta (Santander, 1959) evoca el cuento de los hermanos Grimm 'El flautista de Hamelín' para alertar sin tapujos sobre las graves consecuencias del 'invierno demográfico'. «La imagen de un pueblo donde desaparecen todos los niños es terrible. Pues bien, eso está ocurriendo en muchas localidades de nuestro país sin la intervención de un flautista resentido», sentencia el catedrático y sociólogo de la Universidad de Cantabria, que urge políticas nacionales y regionales para revertir la tendencia.

-Pónganos en situación. ¿Son tan terribles las cifras que arrojan las últimas estadísticas en materia de población?

-Hay que partir de las cifras. La diferencia entre nacimientos y defunciones es negativa. Eso sí, no todas las regiones pierden población. El saldo es positivo en regiones como Madrid y Andalucía, mientras que en Cantabria, Asturias, Galicia, Castilla y León, entre otras, es negativo. La Tasa Bruta de Natalidad (nacimientos por cada mil habitantes) ha sido la más baja desde 1975 (ahora es de 8,4, mientras que en 1975 era de 19 niños por mil habitantes). También evoluciona negativamente el número de hijos por mujer (1,31). La edad media a la que se tiene el primer hijo también se retrasa, por tanto, hay menos probabilidades de que nazca un segundo hijo. En 1975 el primer hijo se tenía con 25 años y ahora se tiene cuando las mujeres cumplen los 31. La consecuencia es que la población está cada año más envejecida y aumentan las defunciones.

-En Cantabria, la tendencia no es mucho mejor. ¿La cosa pinta muy mal, no?

-En Cantabria y en España estamos sufriendo un cambio demográfico importante en los últimos años. Estamos en un proceso de declive demográfico y la situación es muy preocupante. En consecuencia este problema debe considerarse una prioridad política.

-¿Cantabria está mejor que la media española?

-En Cantabria, todos los indicadores demográficos que proporciona Icane son negativos. La región continúa perdiendo población, una tendencia que se observa en los últimos seis años, y no podemos consolarnos sabiendo que esta pérdida se produce también en el conjunto de España. Desde 2009, en Cantabria están naciendo menos niños, y la tasa bruta de natalidad está por debajo de la media del conjunto de España. Los cántabros y las cántabras se casan cada vez más tarde. Se retrasa la edad media de la maternidad, y ese retraso es mayor que en el conjunto de España. También cada día es menor el número medio de hijos por mujer, y de nuevo las cifras son peores que en el conjunto de España: 1,14, frente a 1,33.

-¿Cuáles son las causas de la caída de la natalidad?

-Existen tres motivos fundamentales: factores económico-laborales negativos, ausencia de políticas sociales -de apoyo a la familia, permisos de maternidad-paternidad, guarderías, ayudas económicas, y también de vivienda-, y un cambio cultural. Los jóvenes del siglo XXI tienen unas prioridades vitales distintas a las de sus padres y abuelos.

-¿Qué papel jugó la crisis económica de 2008 en la evolución de la población?

-La crisis económica, 'la década perdida' y la todavía muy insuficiente recuperación económica, muestra sus efectos en la cifras demográficas. Cuando la economía va mal siempre disminuye la natalidad. Es lógico, si los jóvenes no tienen empleo, o tienen un trabajo muy inestable y con un sueldo muy bajo, tienen dificultades para emanciparse, les resulta muy difícil formar una familia y retrasan la decisión de casarse y de tener un hijo, y, cuando se deciden a tener descendencia, tienen menos hijos de los que les gustaría.

«En 1975 el primer hijo se tenía con 25 años y ahora se tiene cuando las mujeres cumplen 31» Pérdida de población

Hijos

«Una sociedad que pierde a los jóvenes es una comunidad en declive y con problemas»

-Eso si se quedan en la región, porque muchos se van fuera en busca de un futuro.

-Sí, el paro y los trabajos precarios, el 'empleo basura' que el actual mercado de trabajo proporciona a muchos jóvenes, les empujan a emigrar para buscar un empleo. Además, los bajos sueldos llevan a que otros muchos se vean obligados a buscar residencia en municipios donde el coste de la vivienda es inferior. Estos factores influyen de forma muy importante en la pérdida de población de una localidad, una región y un país.

-¿Cuáles son los aspectos más significativos de ese cambio cultural al que se refiere?

-Los jóvenes de entre 25 y 35 años sitúan en los primeros puestos de su proyecto vital progresar profesionalmente, lo que en ocasiones significa estar dispuestos a cambiar de población y país para aprovechar las mejores oportunidades profesionales. La idea de «realizarse» como madres y padres es mucho menos frecuente entre los jóvenes del siglo XXI, de sociedades postindustriales como la nuestra, que en generaciones anteriores.

-¿Influye también la inseguridad de las relaciones de pareja?

-Sí, ya pocos piensan en eso de «hasta que la muerte nos separe». Si se establecen uniones frágiles se pospone la decisión de tener un hijo.

-¿Qué consecuencias tendrá este declive demográfico?

-Cuando no nacen niños y cuando los jóvenes emigran es que algo va mal. La pérdida de población es una señal de alarma. Significa pérdida de capacidades, de energía, de dinamismo cultural y social, y también de 'capital humano', de fuerza productiva, lo que repercute en disminución de riqueza económica. Una sociedad que pierde a los jóvenes es una sociedad en declive, es una comunidad con problemas. Al mismo tiempo, una población envejecida tiene consecuencias en el ámbito económico y social.

-¿Pone en peligro el futuro de las pensiones?

-Obliga a hacer frente al pago de las pensiones con menos cotizantes. Además, el incremento de la población anciana tiene una repercusión en los gastos relacionados con el cuidado sanitario y con la mayor demanda de servicios sociales. Son los jóvenes, con su trabajo, con su aportación al desarrollo económico-cultural-social, los que en gran medida proporcionan los apoyos que necesitan los ancianos. En relación con esa solidaridad intergeneracional hay que subrayar que durante la crisis económica, cuyas consecuencias no han terminado, han sido las pensiones de los abuelos las que han sostenido la economía familiar de hijos y nietos.

«La crisis económica, y la insuficiente recuperación, muestra sus efectos en las cifras demográficas»

'Década perdida'

«Los jubilados cada vez tienen más poder. Se han convertido en actores políticos»

El 'poder gris'

-¿Cuáles son los retos de una sociedad envejecida?

-Las pensiones es el más citado, pero, además, hay que atender a nuevas demandas en el sistema de salud, en los servicios sociales y en el ocio, y en la planificación de los transportes. Otro factor que se empieza a observar con este cambio de la composición por edades de la población es el creciente poder de los mayores, 'el poder gris'. Los jubilados se convierten en actores políticos, se manifiestan, reivindican y se dan cuenta del poder de sus votos.

-¿Qué medidas hay que tomar para revertir la situación?

-Hay que establecer políticas. Se trata de un problema global que exige un acuerdo económico-social entre los distintos actores político-sindicales y sociales, y debe ser respondido con medidas diversas en diferentes ámbitos. Es necesaria la reactivación económica y luchar contra la precariedad laboral, pero también ayudas a la familia, y, por supuesto, hay que invertir en dotaciones sociales, empezando por guarderías. Los incentivos fiscales también son necesarios.

-¿Se puede hace algo a nivel autonómico?

- Claro que se pueden y se deben tomar medidas a nivel autonómico y local, pero el problema es del conjunto de España y, en consecuencia, las políticas deben ser nacionales

«Hay que tomar medidas urgentes para potenciar el medio rural»

-¿El principal problema de Cantabria es la despoblación en las zonas rurales?

-En las zonas rurales del interior, la pérdida de población y el envejecimiento son especialmente graves, por lo que hay que tomar medidas urgentes. Junto a las actuaciones económicas debe potenciarse la imagen positiva del medio rural, defender su identidad cultural y subrayar las aportaciones de sus habitantes. Hay que lograr que los jóvenes que han nacido en núcleos rurales lleguen a la conclusión de que permanecer en su medio es una decisión inteligente, ya que cuentan con oportunidades laborales y una buena calidad de vida. Por otra parte, atender al medio rural es, además, una cuestión de derechos; es decir, está relacionado con la igualdad de oportunidades.

-¿Cómo afecta la llegada de inmigrantes en la evolución demográfica?

-La llegada de inmigrantes a principios de los años 2000 supuso el crecimiento de la natalidad y el aumento de población joven. Pero la crisis económica llevó a que un sector importante de esos inmigrantes regresara a sus países. En los últimos tiempos la inmigración es mucho menor, porque la situación económica actual de España no atrae, la reactivación económica es todavía muy insuficiente. Pero la población inmigrante repercute positivamente en el incremento de la población y de la natalidad. También implica un incremento de la fuerza de trabajo y, además, puede hablarse de la riqueza de la diversidad cultural. Pero si no se realiza una buena integración social se pueden originar problemas de convivencia. Por eso es necesario hacer políticas de integración

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