Las denuncias por violencia machista crecieron un 15% en Cantabria en el segundo trimestre
Cantabria ·
Dicen los expertos que se ha incrementado el número de delitos incluidos en esta tipología y que más mujeres se atreven a dar el pasoVisto así, el dato en frío, sin interpretar, puede resultar alarmante. Cantabria cuantificó en el segundo trimestre del año un total de 490 denuncias por ... violencia machista, un 15% más respecto al mismo periodo del año anterior. Una anomalía si se compara con la tónica general del resto del país, donde de media descendieron hasta un 3,7%. Pero dicen los expertos consultados por este periódico que estudiando al detalle la estadística se encuentran las razones para explicar por qué en realidad Cantabria no es una 'rara avis' dentro del conjunto de España. «No es exactamente que cada vez haya más violencia contra las mujeres en esta región, sino que concurren varias circunstancias que ayudan a que el dato se dispare. Una de las más importantes es que se ha incrementado el elenco de delitos que ahora se computan como violencia de género». Es uno de los argumentos de José Luis López del Moral, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC); pero hay más.
El estudio de la tipología delictiva arroja un resultado donde muchas de esas denuncias tienen que ver con los «quebrantamientos de condenas existentes», asegura López del Moral. Es decir, incumplimientos de órdenes de alejamiento, o de prohibiciones de comunicación, etc. Aunque si hay una idea común, que todo el mundo baraja, es que cada vez más víctimas se atreven a llamar a la policía o a plantarse en un juzgado para formalizar la acusación. «Las mujeres se sienten más amparadas, más protegidas. Todos los movimientos en las calles y la concienciación social las está empujando para dar ese paso que a veces les resulta muy difícil», celebra María Ángeles Ruiz, presidenta de la Asociación Consuelo Berges, que presta en Santander ayuda a mujeres separadas o divorciadas.
Sea como fuere todas estas tendencias son comunes también al resto de España. Por eso, aún con todo, el dato debería seguir siendo preocupante. «Es cierto que estas características son idénticas para el resto de comunidades y sin embargo la tendencia es bien diferente aquí, por eso pese a todo vamos a poner mucha atención en el dato», indica López del Moral. Lo primero será esperar, comprobar si este pico estadístico es circunstancial o tiene que ver más con una tendencia sostenida. De resultar esto último, el TSJC ya trabaja en «medidas complementarias» que servirían para atajar el problema que tiene que ver, sobre todo, con esas reincidencias que parecen disparar la cifra cántabra.
«Las mujeres se sienten más amparadas, más protegidas, y eso las empuja a denunciar»
María Ángeles Ruiz | Asociación Consuelo Berges
Mujeres que no declaran
Todos estos datos, que publicó este lunes el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género -una institución creada en el año 2002, cuya finalidad principal consiste en abordar el tratamiento de estos casos desde la Administración de Justicia-, se detiene también en otros números. Por ejemplo, los que se refieren al grupo de mujeres que declinaron declarar como testigos contra sus parejas. De esas 490, 19 decidieron no hacerlo.
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«Es uno de los grandes problemas que aún tenemos porque son víctimas que no se atreven a dar ese paso y lo que la sociedad interpreta es que son unas mentirosas que a la hora de la verdad se vuelvan para atrás. O incluso que no fue para tanto o alguna otra barbaridad, cuando en realidad lo que está pasando es que se encuentran desamparadas y temen las represalias que puedan sufrir», lamenta Ana Bolado, portavoz del Movimiento 8 de Marzo en Cantabria.
«Muchas de estas denuncias tienen que ver con quebrantamientos de condenas existentes»
José Luis López del Moral | Presidente del TSJC
Asegura que un simple cambio de la terminología utilizada en los procedimientos judiciales podría cambiar las cosas. «Si en lugar de pedir a una mujer que declare 'contra' su marido, se dijera de otro modo, podríamos dar pasos adelante con esto. Hay que tener en cuenta que muchas de ellas no quieren hacer mal al otro, tan sólo buscan que entre en razón para que no les haga más daño», razona.
Sucede también que es un mecanismo psicológico ya estudiado. «Primero llega la denuncia. Después pasa el tiempo y la situación se normaliza, la discusión queda atrás. Se vive lo que se ha clasificado como una segunda luna de miel, como un reencuentro, y llegado el momento la mujer tiene la esperanza de que todo vuelva a la normalidad y que nada de lo que sucedió en el pasado vuelva a ocurrir. Pero obviamente es un grave error», explica López del Moral.
«Hay que seguir dejándose ver en la calle porque se está demostrando que el mensaje está calando»
Ana Bolado | Portavoz Movimiento 8 de Marzo
Cualquier paso atrás de la víctima supone un grave perjuicio porque una de las pruebas fundamentales en estos casos es su declaración. «Las pruebas son claves a la hora de resolver estos casos». Y la duración de los procesos es directamente proporcional a la calidad de las mismas. «Si el juez tiene buen acopio de ellas desde el inicio hay muchas posibilidades de que todo se dirima por medio de la conformidad, en que el acusado asumirá su infracción y estará conforme con los hechos. Pero hay ocasiones en que todo se complica, ya digo, sobre todo cuando las pruebas no son claras», agrega López del Moral.
En su contexto
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490 denuncias por violencia machista se registraron en Cantabria en el segundo trimestre del año.
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Declinaron declarar. De ellas, un total de 19 víctimas decidieron no declarar en el juicio contra sus agresores.
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49 hombres fueron condenados en los juzgados de violencia sobre la mujer –por delitos leves o bien porque reconocieron los hechos en la comparecencia previa al juicio rápido–.
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Salvaguarda. Se solicitaron 71 medidas y órdenes de protección, de las que se acordaron 39 (un 55% de todas las medidas frente al 70% del conjunto de España). Se tradujeron en 151 medidas judiciales:104 de carácter penal y 47 de naturaleza civil. En cuanto a los denunciados que figuran en las órdenes de protección solicitadas, 59 eran españoles y 12 extranjeros.
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42 órdenes fueron de alejamiento, otras 38 prohibieron la comunicación con la víctima y 20 hicieron referencia a la suspensión y uso de armas.
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Estado civil. En el 50,7% de los casos existía una relación matrimonial entre el denunciante y el denunciado en el momento de producirse el delito.
Un maltratador no definido
No existe un perfil tipo de maltratador. «Lo que queda claro es que es una persona que siempre resuelve los conflictos por medio de la violencia», aclara el magistrado. Sucede lo mismo dentro del matrimonio que fuera del mismo; se da en todo el espectro social y la reincidencia es más que habitual. Suelen perpetrarse malos tratos sin causar lesiones o si se inflingen, son leves. En el caso de las víctimas, sí que es complicado encontrar puntos en común.
Uno de los grandes problemas es precisamente la ampliación del espectro de mujeres que sufren esta lacra. «Nos preocupa cada vez más el sufrimiento de adolescentes que además ni siquiera son conscientes de que están padeciendo este tipo de abusos», teme Ruiz Tagle. «Todo el control que ejercen sobre ellas, todo el machismo que ellas no ven, y que piensan que en el fondo es amor verdadero, está configurando unos roles de pareja que creíamos extintos en la gente joven y que no hacen otra cosa que repetirse y perpetuarse porque son cosas que se pasan de padres a hijos», censura.
Mujeres como ella, que lideran la lucha contra este problema social, continúan depositando sus esperanzas en el movimiento de la calle. «Es donde se palpa el cambio social, y el mensaje está calando; porque esto es algo que nos afecta a todos, a mujeres y hombres porque tiene que ser por la voluntad de todos», remarca Ana Bolado, que se apoya en la presidenta de la Asociación Consuelo Berges: «Si no logramos que el mensaje cale en la escala más joven de la sociedad no habremos alcanzado el objetivo, porque es ahí donde garantizaremos un futuro mejor de lo que muchas mujeres han tenido», añade Ruiz Tagle.
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