El día ideal para salir a protestar
Jornada de proclamas en Puente San Miguel: contra la guerra en Gaza, contra la planta de biogás prevista en Hazas de Cesto y a favor de unas pensiones dignas
Sabido es que el Día de las Instituciones de Cantabria ofrece un extra de visibilidad para cualquier protesta al concentrar en un mínimo espacio autoridades, ... público y prensa. Viene siendo habitual, en los últimos años, la presencia de los miembros de la Coordinadora Cántabra por Pensiones Públicas y Dignas, que este lunes volvieron a concentrarse junto al parque de La Robleda, en Puente San Miguel, para hacer oír sus reivindicaciones y mostrar sus pancartas. El contenido no ha variado en todo este tiempo: «Gobierne quien gobierne, las pensiones y los servicios públicos se defienden»; «Contra las rebajas de las pensiones, en defensa de lo público».
Es justo referirse a ellos en primer lugar como una forma de reconocer su veteranía y su tesón, aunque en esta ocasión la mejor puesta en escena correspondió a otros manifestantes: los que pedían el fin de la guerra en Gaza. Cruzar con el coche el puente para llegar a la Casa de Juntas suponía avanzar por un pasillo de banderas palestinas, a ambos lados de la calzada. «Dónde están, no se ven, las sanciones a Israel» y «No es una guerra, es un genocidio», fueron algunas de las consignas coreadas por quienes participaban en la protesta. Después, a punto de iniciarse el acto institucional, se trasladaron también al lado del parque, exhibiendo pancartas de «No a las guerras» junto a una especie de tanque de cartón.
También se dieron cita allí los afectados por el proyecto de construcción de la planta de biogás en Hazas de Cesto. «Stop macroplanta de Hazas de Cesto», se leía en las camisetas que vestían. También se concentraron allí, haciendo sonar cencerros y agitando las pancartas. «Stop macroplanta de purines y otros residuos».
Fue además una jornada ideal para protestar porque con el tiempo tan raro que hizo no era sencillo hacer cuajar otro plan. De hecho, la constante amenaza de lluvia –que finalmente no cayó– obligó a los organizadores del Día de las Instituciones a trasladar los actos. Fueron sólo unas decenas de metros, los que hay entre el parque, junto a la Casa de Juntas, hasta la carpa que se instaló en otro rinconcito, con mucho menor aforo pero, por si acaso, cubierto. Allí, bajo esa estructura levantada para dar cobijo a intervinientes y músicos –Sones de La Robleda, Grupo de Gaitas La Montaña y Coral de Puente San Miguel–, pudo apreciarse el fenómeno de que casi había más asientos para autoridades que para público, lo que podría interpretarse como un preocupante indicador del interés que despierta en cada colectivo esta jornada festiva.
Por lo demás, no faltaron los puestos de artesanos de albarcas, venta de palos y cachavas, tallas de madera, con estelas y lábaros –también con escudos del Real Madrid y el Barcelona–, cuernos de vaca para soplar y dar la lata en casa, empanadas, quesos y productos de la huerta. Como nota curiosa, el quiosco con muñequitos de Playmobil.
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