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El homenaje ha tenido lugar en el Paraninfo de La Magdalena, a donde los invitados han llegado de forma virtual Celedonio Martínez
Castells: «La forma de hacer política de Lluch es un ejemplo ahora que hay violencia verbal y enfrentamientos no democráticos»

Castells: «La forma de hacer política de Lluch es un ejemplo ahora que hay violencia verbal y enfrentamientos no democráticos»

El ministro de Universidades ensalza la figura del rector de la UIMP asesinado por ETA subrayando su caracter dialogante, en lo que han coincidido todos los participantes en el homenaje que le ha rendido la universidad en el 20 aniversario de su muerte

Violeta Santiago

Santander

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Viernes, 20 de noviembre 2020, 10:01

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«Hoy, que vivimos en un asalto a la razón, Ernest Lluch es ejemplar por su forma de hacer política: introducía racionalidad. Era un intelectual comprometido con las políticas de conciliación. Es un ejemplo muy actual. Ahora no sufrimos la violencia que él combatió (el terrorismo etarra) pero tenemos violencia verbal y enfrentamientos que no son democráticos». También es un modelo «como persona comprometida con la calidad democrática, lo que va más allá de su rol como académico o como ministro. No hacemos política en abstracto, para él la teoría económica tenía que servir para mejorar la vida de la gente».

Así ha glosado Manuel Castells, ministro de Universidades, lo que significa Ernest Lluch para él en el homenaje que la UIMP ha rendido a quien fuera su rector cuando se cumplen 20 años de su asesinato por ETA. Castells ha loado su figura como activista que supo «dar el paso a la política pública sin caer en el academicismo: esa tensión es dificil de mantener», ha opinado, porque «unos caen la ideología, otros se olvidan que en situaciones extremas es necesario el compromiso intelectual». El ahora ministro también ha ensalzado la labor del antaño ministro de Sanidad «por haber sentado las bases del sistema sanitario» español al tiempo que ha subrayado su caracter dialogante: ETA le asesinó «porque intentaba abrir vías de diálogo. Le mataron para matar la paz, pero no lo consiguieron porque ahora tenemos la paz».

Castells, que no se prodiga excesivamente en actos públicos, ha intervenido al principio del acto -que se realizado desde Santander- de manera virtual, al igual que la mayor parte de los invitados. Precisamente ese carácter dialogante, de «constructor de puentes», ha sido una de las ideas recurrentes en el coloquio en el que han participado María Luz Morán (rectora de la UIMP), Eulalia Lluch (hija del homenajeado), Antón Costa (catedrático de Economía y colaborador de Lluch), Josep Morell (periodista y uno de los autores del documental que se ha presentado en el acto 'Ernest Lluch, libre y atrevido'), Manuel Arrabal, representante del Departamento de Comunicación de la universidad, y que ha sido moderado por Andrés Hoyo, vicerrector de la institución.

Todos han recordado lo potente que fue figura como «gran intelectual», gestor y ser humano a través de anécdotas como aquella tan celebrada de cuando el rector de la UIMP se subía al tren turístico Magdaleno que recorre la península de La Magdalena y «hacía la visita para los turistas sin identificarse». La rectora actual de la UIMP María Luz Morán ha destacado que a Lluch hay que agradecerle que «fue el hacedor físico de los edificios: peleó por la reforma del Palacio porque hacían falta obras para mejorar la estancia de los estudiantes. Con él, la UIMP fue rigor académico, de formación profesional (con mayúsculas) a lo largo de la vida. Han pasado los años, el contexto ha cambiado, el verano también ha cambiado, pero se mantiene el formato que él implantó».

Costa ha indicado que, en la universidad de verano santanderina, él aportó «el esfuerzo por introducir rigor académico y científico e intelectual en las actividades sin dejar de atender otros rasgos de los cursos: los magistrales, las escuelas científicas, las medallas y doctorados honoris causa... todo esto nace con él y, todo, sin perder alegría», ha rememorado.

En el plano personal, su hija ha destacado lo feliz que le hacía su labor de rector en el Palacio de La Magdalena, donde «se colaba en las clases que le interesaban» para seguirlas desde las últimas filas, y lo que disfrutaba del contacto con estudiantes y docentes «porque era un profesor vocacional». Y, en la memoria de Manuel Arrabal, Lluch permanece como «un rector inagotable, que trabajó incansablemente y que, en ese sentido, dejó huella: por la mañana inauguraba un curso, por la tarde iba a una conferencia y por la noche le encontrabas de charla en los jardines. Hizo un trabajo de comunicación impresionante, porque fue capaz de tejer redes con periodistas de todo el país».

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