«Al estar vacunada me impactó el positivo porque no tenía síntomas; lo pasé sin notar nada»
Sabela de la Llama, vecina de Santander, se contagió de covid dos meses después de haberse vacunado: «Es la mejor defensa para que la infección no vaya a más»
Marta San Miguel
Santander
Domingo, 15 de agosto 2021, 07:56
Sabela de la Llama recibió la primera dosis de Pfizer en mayo. Dos meses después, se contagió de covid. Lo supo por una PCR ... rutinaria, y si no hubiera sido por esa prueba, Sabela no se habría enterado de que formaba parte de ese porcentaje de inmunizados que contrae el virus a pesar de la vacuna. ¿Se asustó? «Me impactó porque no tenía síntomas», confiesa. Además no sentía nada, ni malestar, ni perdió el olfato ni el gusto: «Nada».
'Nada' es la palabra que la ha acompañado en todo el proceso de vacunación desde que en mayo recibió el primer pinchazo de Pfizer en su centro de salud de El Sardinero, en Santander. «Habían llamado a todas mis amigas, y cuando empezaron a llamar a gente de mi entorno más joven, me puse en contacto con el ambulatorio para comprobar si tenían los teléfonos correctos; sobre la marcha me citaron». Y a los quince días, completó la pauta. «Ninguna dosis me sentó mal, es más, la primera ni siquiera me dolió el brazo; si tocaba, notaba dónde había sido el pinchazo, pero no tuve ningún efecto secundario, ni cansancio ni nada». Su marido sí tuvo fiebre con la segunda de Moderna, y ella esperó en casa una reacción similar, pero «por suerte», no le pasó nada. «Creo que estamos tan exageradamente observándonos que ante cualquier síntoma de cansancio pensamos que tiene algo que ver con la vacuna, y no siempre es así. Y los que han tenido reacción ha sido algo de fiebre un día. En realidad, cualquier vacuna provoca cierta reacción, hasta con una inyección de ciática te duele el costado unos días».
«Mi hija y sus amigas estaban vacunadas cuando se contagiaron; ella lo único que notó fue pérdida de gusto y por eso se hizo PCR, no tuvo fiebre»
Sabela de la Llama
Santander, 55 años
Con la pauta terminada, comenzaba el verano con el regreso de su hija de 20 años a casa desde Estados Unidos, donde estudia. «Junto con cuatro amigas que también estudian allí, empezaron la vacaciones con un viaje a Cataluña, todas vacunadas en la universidad en marzo y con la pauta completa de Pfizer», dice Sabela. «Un día se levantaron con algo de catarro, y pensaron que se habían quedado frías tras bañarse por la noche en la playa. Vacunadas y grupo burbuja, nunca pensaron que pudiera ser covid». De regreso a Santander, alojadas en un piso de la familia, en un momento dado, su hija le confesó que no le sabían las comidas. «Eso ya no era un catarro, así que las llevé a hacerse la prueba y dieron positivo». Su proceso, dice, «fue muy 'light', y si no llega a ser porque perdió el gusto, mi hija no se habría enterado. De hecho, no tuvieron fiebre ninguna, ni siquiera décimas. Nada». Sabela, por si acaso, se hizo por su cuenta una PCR y dio negativo, pero al haber sido contacto estrecho con ellas, al cabo de unos días también le hicieron la prueba PCR por protocolo, y esa vez el positivo dio la cara.
Defensa
«No notaba nada, no tenía síntoma alguno, y en ningún momento noté que se me fuera el gusto, ni el olfato ni nada, solo una noche tuve los ojos llorosos, como una alergia que me ha pasado siempre, también antes de vacunarme». ¿Cómo fue recibir ese positivo? «Te impacta el positivo porque estaba vacunada y no sentía nada. Creo que tener mucha información es bueno, pero tener tanta, nos está produciendo un poco de ansiedad. Yo me decía, ya puedo rezar para no ser de esos positivos que luego acaban ingresados, a pesar de estar vacunados, pero no sucedió nada», dice.
«Sé que hay gente que tiene miedo a vacunarse o que le siente mal, pero es la mejor defensa para evitar una complicación si llega un contagio»
Antes de vacunarse hizo «vida normal» con todas las precauciones posibles: «En mi entorno, hay quien ha tenido consecuencias largas durante un año, pero si estás vacunado, la mayor parte tiene un buen proceso. De la gente que conozco, nadie que se haya vacunado ha estado grave, ni siquiera de tener fiebre o tener que ir al hospital», argumenta. «Se qué hay quien no se quiere vacunar porque una vacuna normal de la gripe le ha sentado mal, y teme que esta al ser más potente, le siente peor», pero después de vivir el contagio, tanto el suyo como el de su hija, ve en la vacuna «la mejor de las defensas» para evitar una complicación si llega el contagio.
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