Borrar

A mí que me lo expliquen

las instalaciones y la inversión en tecnología están muy bien, pero más nos importa, como ciudadanos y como enfermos, la inversión en recursos humanos, y ahí estamos padeciendo recortes (por la puerta de atrás) que son muy alarmantes

Sábado, 27 de enero 2018, 18:54

Se nos llena la boca hablando de la excelencia de nuestro Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, sin duda porque es cierto; pero también es cierto que ocurren cosas muy preocupantes que van a afectar (de hecho, ya lo están haciendo) a nuestra calidad asistencial. 

Sin duda las instalaciones y la inversión en tecnología están muy bien, pero más nos importa, como ciudadanos y como enfermos, la inversión en recursos humanos, y ahí estamos padeciendo recortes (por la puerta de atrás) que son muy alarmantes. 

Si algo ha mantenido el prestigio del Hospital ha sido la profesionalidad del personal sanitario y el nivel de cualificación de éste, con la lógica especial relevancia del estamento médico, pero hay decisiones políticas con trascendencia, por su impacto negativo, en la calidad de nuestro sistema sanitario. 

No sé si simplemente por ahorro, o por una absoluta ausencia de planificación, lo cierto es que la Consejería de Sanidad está denegando, prácticamente de oficio, la totalidad de las solicitudes de aplazamiento de la jubilación a aquellos médicos (algunos de ellos los mejores, los que tienen más experiencia, los que han alcanzado la verdadera excelencia profesional) que cumplen 65 años.

Y me gustaría que alguien me explicase cómo es que se está continuamente lanzando el mensaje de la necesidad de retrasar la edad de jubilación al conjunto de los trabajadores de este país, con el argumento de que dado el envejecimiento de la población y el indiscutible incremento de la calidad y esperanza de vida, el sistema de pensiones se puede hacer difícilmente sostenible... y, sin embargo, la propia administración, deniega la posibilidad de continuar en activo a los mejores especialistas, en plenas facultades y con un bagaje profesional incuestionable, que quieren seguir prestando sus servicios profesionales a nuestro sistema público, posponiendo su jubilación. 

Es aún más incomprensible cuando sabemos que, en muchos casos, no se produce ni su sustitución ni su relevo, por la simple razón de que no existen profesionales en estas especialidades que puedan ser incorporados. 

También incomprensible es que, además, ese relevo generacional no se produzca precisamente contando con la tutela de esos profesionales –insisto, muchos de ellos los mejores– para apoyar la formación de los médicos jóvenes que se vayan incorporando a los diferentes servicios. 

No hace falta ser muy listo para saber que detrás de esa decisión, que no contempla la propia necesidad del servicio, dado que no se exceptúa, lo que hay es un recorte puro y duro, y, además, el peor recorte posible, que es aquel que afecta a quienes de verdad aportan valor a nuestro sistema público de salud, que son los profesionales. 

Tanto si no se produce el relevo, como si se produce por profesionales en las etapas iniciales de su formación real en la práctica de la medicina hospitalaria, detrás de esa negativa general, lo que hay es una voluntad de ahorro que perjudica gravemente a los pacientes, satura los servicios y los descapitaliza de su mayor potencial, que es el conocimiento profesional y la experiencia.

Me consta que no es el único caso, pero en breves fechas y si nadie con dos dedos de frente lo remedia, el actual Jefe del Servicio de Neumología del Hospital Valdecilla se jubilará, a pesar de que ha solicitado la prórroga del servicio activo. Me refiero al doctor Ramón Agüero, y que me perdone que le cite. 

Cualquier paciente que haya pasado por ese servicio sabe de la calidad humana y profesional del Dr. Agüero y de su dedicación exclusiva y ejemplar a la sanidad pública. Yo personalmente ‘sólo’ le debo estar hoy escribiendo con amargura estas páginas, en vez de reposando tranquilamente en Ciriego; pero lo importante es que mi caso ni siquiera es excepcional, sé que muchos enfermos suscribirán lo que estoy diciendo. 

E insisto que si esto es grave, aún lo es más el saber que ni siquiera su caso es una excepción, y que la Consejería de Sanidad con estas decisiones de ‘café para todos’, denegando sistemáticamente dichas prórrogas sin valorar su impacto en la calidad de cada servicio, va a deteriorar de forma muy grave la calidad asistencial de nuestro principal hospital

Mi pregunta es: ¿son conscientes de que adoptando estas decisiones comprometen la calidad de nuestro principal servicio público? ¿Son conscientes de que ese mezquino ahorro en el fondo se traduce en una dilapidación de dinero público? Porque eso es lo que ocurre: no sólo se nos priva de excelentes especialistas, es que además, al impedirles dicha prórroga, estando en plenitud de facultades para el desarrollo profesional y posiblemente en el momento de mayor excelencia de sus carreras, se les convierte en pensionistas, es decir, dejan de ser ‘trabajadores en activo y, por tanto, cotizantes’, y se convierten en ‘pensionistas’.

Perjuicio, en definitiva, para los enfermos, que pierden a sus mejores especialistas y perjuicio para las arcas públicas, desde las que continuamente se nos lanzan mensajes de que hay que alargar la vida laboral, si queremos que el sistema de pensiones sea sostenible. Eso sí, si tu trabajo es subir a un andamio, te vas a subir hasta los 67. 

Tristemente asistimos a la contradicción que supone el retrasar la edad de jubilación a personas cuya actividad laboral es difícilmente reconciliable con el paso y el peso de los años, mientras se jubila a otras en plenitud de facultades, desperdiciando su conocimiento y su experiencia, incluso aunque éstos deseen y estén objetivamente más que capacitados para prestar sus servicios durante un tiempo añadido. ¿No les parece una absoluta locura? 

Si esta es la política para proteger los servicios públicos, que venga el Sr. Revilla y lo vea (que por cierto, él bien que se considera a sí mismo perfectamente capacitado para presidir una Comunidad Autónoma pasados largamente los setenta cumpleaños). Que nos explique por qué su consejera de Sanidad deniega, sin excepción ni valoración, la prórroga profesional a cualificados facultativos, bastante más jóvenes que él, y sin duda bastante más necesarios y difíciles de encontrar relevo. 

Alguien debería dar explicaciones sobre estas decisiones, yo, al menos, las pienso pedir.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes A mí que me lo expliquen