Los feriantes reclaman a los municipios que les dejen trabajar o irán «a la ruina»

Después de que esta misma semana los ayuntamientos de Santoña, Noja y Argoños comunicaran la cancelación de sus fiestas, los feriantes de la región se enfrentan a un futuro «muy preocupante», dicen, porque «si las cosas no cambian podemos dar por perdida la temporada». Diego Nieto, que con sus atracciones recorre las fiestas más singulares del calendario regional, incluidas las de Santiago, en Santander y La Patrona, en Torrelavega, asegura que «la suspensión de las fiestas puede suponer el cierre de muchos de estos negocios y empresas que viven de la temporada de verano».

A la falta de ingresos esta temporada, muchos de estos empresarios deben sumar el pago de préstamos que habían solicitado para costear el mantenimiento de su maquinaria y pagar algunos de los seguros y certificados técnicos necesarios, por lo que insisten: «Si no nos dejan trabajar iremos a la ruina». En nombre del colectivo, Nieto recalca que «aunque los ayuntamientos no quieran celebrar las fiestas, ni hacer verbenas, que por lo menos nos den la oportunidad de trabajar y nos dejen instalar nuestras atracciones los mismos días que veníamos instalando otros años. Eso es lo más primordial para evitar que muchas familias que viven de las fiestas continúen en una situación insostenible porque desde marzo que tuvimos que levantar las instalaciones de las fiestas de San José, en El Astillero, estamos sin trabajar y sin un solo ingreso».

Además, ponen como ejemplo otras comunidades autónomas, como en Galicia, donde se permitirá la celebración de fiestas y verbenas, incluida la instalación de atracciones aunque con medidas para garantizar la distancia social, evitar aglomeraciones, en recintos vallados para controlar el aforo y desinfectando cada uno de los espectáculos.

El Gobierno de Cantabria, a través de una guía informativa distribuida entre los ayuntamientos, recoge que las atracciones de feria deberán utilizarse de forma individual, garantizando las debidas medidas de higiene y desinfección en cada «viaje» que se realice, evitando la utilización de aquellas de uso simultáneo con interacción entre usuarios (como hinchables y atracciones de recorridos peatonales con obstáculos).

El colectivo de feriantes y aquellas personas que viven de las fiestas y las ferias se ha visto privado de su actividad profesional justo cuando comenzaba su temporada alta, o para algunos, su única temporada de trabajo. Este colectivo denuncia la situación en la que han quedado y lamentan que los ayuntamientos no se hayan puesto en contacto con ellos, «cuando llevamos tantos años trabajando en todas las fiestas de la región», dice Enrique Díaz.