Fernando Ruiz encara su primer mandato completo en el Colegio de Veterinarios
La abolición o reforma de la nueva normativa sobre antibióticos, entre los desafíos inmediatos para los profesionales del sector
Con el objetivo de detectar las necesidades que tiene el colectivo de veterinarios en la región e impulsar soluciones ante estos retos encara Fernando ... Ruiz los próximos cuatro años, su primer mandato al completo, después de que sucediera en el cargo a Juan José Sánchez Asensio -tras 21 años al frente- a mitad de la pasada legislatura. La nueva Junta de Gobierno fue proclamada sin necesidad de celebrar un acto de votación, ya que solamente concurrió una única candidatura conjunta en el plazo establecido. En la renovada directiva, Pedro Martínez ostenta el puesto de vicepresidente, la secretaría está a cargo de Yolanda Quintana y el vicesecretario es Manuel Sáinz de Aja. «Disponemos de representantes de cada una de las áreas que comprenden la actividad veterinaria en general, que es muy diversa, y necesitamos gente que esté en cada uno de los ámbitos de la profesión», afirma Ruiz.
Uno de los desafíos en los que está inmerso el Colegio Oficial Veterinario de Cantabria -y en los que no descartan movilizaciones próximamente- es la abolición o la reforma del Real Decreto 666/2023, que obliga al registro oficial de antibióticos y con la que los profesionales no están de acuerdo por el aumento de la burocracia, las limitaciones en sus funciones veterinarias y la repercusión en la salud animal. «A corto plazo, estamos preocupados porque nos condiciona de manera importante el desarrollo de la clínica de cualquier veterinario», remarca el presidente. «Una de las principales cuestiones es qué es lo que podemos recetar y en qué condiciones lo podemos hacer, y cuáles son las restricciones que nos encontramos a la hora de establecer los tratamientos para cada uno de nuestros pacientes. Nosotros tenemos la obligación por ley de recetar salvo situaciones muy puntuales que justifican que nosotros aportemos el medicamento. Cada animal tiene necesidades muy distintas en cuanto a la dosificación. Esto se arreglaría si nosotros pudiéramos aportar el tratamiento individualizado a cada uno de los pacientes que tenemos en la consulta. Además de esto, se suma la dificultad para poder encontrar ese medicamento».
Desde el organismo veterinario señalan que han mantenido contactos con diputados y parlamentarios en busca de soluciones y, por supuesto, las reuniones que mantiene el Consejo General de Colegios Veterinarios. Ruiz remarca que existen «puntos flexibles» a la hora de establecer negociaciones. «Lo que sí tenemos es un planteamiento general en el que necesitamos tener cierta comprensión por parte de los legisladores y es el hecho de que no podemos restringir la actividad del clínico en base a un Real Decreto como este, encorsetando su actividad y dificultándole lo que son las prescripciones hasta el punto de que las ponemos en tela de juicio», argumenta.
Ruiz destaca que el decreto lleva a utilizar la figura de las prescripciones excepcionales «con una frecuencia más alta de la que debiéramos» y eso conlleva que se ponga de alguna manera en tela de juicio la opinión clínica y se dificulte el servicio demandado por el cliente general. «En algunos puntos podemos ser un poco más flexibles, pero en una negociación todos tenemos que ceder, pero ese argumento general necesitamos que sea compartido para llegar a un acuerdo».
En otro orden, y sobre otro asunto de actualidad, el del lobo, el presidente cree que es indudable que la actividad ganadera, fundamentalmente de extensivo en esta comunidad y en las vecinas, está determinada por la presencia de este nivel de densidad de la especie. «No son pocos los ganaderos que ven peligrar la diversidad de sus explotaciones porque están perdiendo un número de efectivos muy importante, lo cual hace peligrar el ejercicio económico de la granja. Y los ganaderos están en el campo para ganarse la vida», advierte.
Ruiz remarca que no se debe olvidar que buena parte del medio rural «al que estamos acostumbrados y que tanto abogamos porque se mantenga», está modelado por la mano del hombre. «Entendemos que la exclusión del lobo del Lespre -y las extracciones que se están llevando a cabo en la actualidad- son una de las medidas que caben esperar que sucedan para que tengan un poquito más de viabilidad estas granjas, sobre todo en extensivo y de media y alta montaña».
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