Fontibre, un nacedero con mucha afluencia
Escenas de estío ·
Turistas y visitantes se acercan a diario hasta la surgencia del río Ebro para conocer los primeros metros del río más largo de EspañaSAMIRA HIDALGO Y ALEXANDER AGUILERA
Jueves, 24 de agosto 2017, 07:27
Cuando llegas a Fontibre, los carteles que llevan al nacimiento del Ebro están presentes a lo largo de la carretera. Los turistas bajan de ... sus coches para dirigirse, a través de las plataformas, al lugar donde nace el río más targo de España (el Tajo lo es de la península ibérica). Entre unas rocas se cuela el agua que más tarde se juntará con distintos afluentes, dando lugar a un caudal imposible de adivinar en esta pequeña localidad fontibresa.
Desde Burgos, una de las provincias por las que discurre el Ebro, viene José Hernando. Está pasando unos días en Cantabria con su pareja y aunque hoy su destino era Potes, no han podido evitar realizar una parada en Fontibre. El burgalés equipara este rincón con el de una parte del río Arlanza: «El nacimiento de este río en Burgos es muy similar al del Ebro aquí. También tiene zonas muy verdes y unos sitios muy chulos para pasear». Antes de seguir con su ruta asegura que repetirá porque «esto hay que verlo en directo».
Una parada en el camino es lo que ha decidido hacer la asturiana Virginia Barbón que, junto con un grupo de amigas, se dirige hacia Alicante. Hace ya medio siglo de su última visita al nacimiento del río Ebro y quería ver cómo había cambiado. «Conozco este sitio desde pequeñita, cuando yo venía aquí siendo una niña únicamente había un charquito», recuerda la asturiana. Tras cincuenta años, las cosas ya no son como antes: los accesos son completamente distintos, hay mucha más cantidad de agua y los árboles que hoy dan sombra a todo el lugar no estaban, algo que echa de menos Virginia: «Antes no había turistas y todo era mucho más natural. Estábamos solos y esa tranquilidad es algo que se agradecía», explica mientras se acerca a la sombra de uno de los árboles con el perro que hoy los acompaña. En cuanto a su próxima visita desea no tener que esperar años para recordar viejos tiempos. A su vera se halla José Luis Amorena, un amigo encantado de poder visitar un lugar como este y deseoso de llegar a algún restaurante donde poder reponer fuerzas: «Daremos un paseo por aquí y subiremos a comer, que ya es hora y el hambre empieza a aparecer».
Los visitantes miran a derecha e izquierda intentando encontrar esas cascadas que se habían imaginado al escuchar 'nacimiento del río Ebro'. Sin embargo, el paisaje es algo que no deja indiferente a nadie, como les ha ocurrido a Vicente Aracil y su mujer. Estos alicantinos han venido hasta Cantabria para celebrar su «segundo noviazgo». Alojados en la localidad de Las Fraguas querían conocer distintos rincones de la comunidad por lo que, portátil en mano, buscaron «cosas que ver en Cantabria» y el nacimiento del Ebro era una de ellas.
«Hemos hecho una lista con distintos sitios para visitar y de aquí nos iremos a Bárcena Mayor, comeremos allí y después a descansar para seguir conociendo más», explica. Al igual que otras personas, Vicente destaca el paraje del entorno, le parece increíble que un río como el Ebro nazca de un lugar así, porque normalmente «cuando a alguien le mencionas el nacimiento de un río, puede pensar en grandes cascadas y no es así. Es un sitio muy acogedor». Una de las características de este lugar son los distintos caminos en los que poder disfrutar de un relajado paseo. En uno de ellos, mochila a la espalda, se encuentran los barceloneses David Rodríguez y su pareja Jessica Martínez, que están realizando una ruta por Cantabria, la cual los ha llevado hasta Fontibre: «Hemos visitado ya un par de sitios y hoy, gracias a que nos ha aparecido en el GPS, hemos llegado hasta , un lugar que me parece precioso, algo muy diferente a lo que podemos ver en Barcelona. De hecho, ya se lo he recomendado a unos amigos».
Sin ninguna cascada
Sin ninguna cascada que observar, Jessica muestra su asombro tras ver que un río tan importante como el Ebro, tenga un nacimiento tan pequeño. «Al llegar, lo primero que he hecho ha sido mirar hacia arriba para encontrar grandes chorros de agua, pero ya he visto que no hay ninguno», bromea Martínez.
Algunos de los visitantes han aprovechado el día de calor para volver a este lugar y comer en alguna de las mesas distribuidas a lo largo del paseo. Este es el caso de la valenciana Carolina y su familia, que están pasando unos días en Herrera de Pisuerga, Palencia. Aunque no es la primera vez que están en Fontibre, han decidido volver al nacimiento del Ebro porque les encanta el lugar. «Para venir con los críos está muy bien, puedes comer en los merenderos y pasar el día, si puedo repetiré el año que viene así que lo recomiendo a todo el mundo», asegura Carolina.
Entre paseo y paseo, los distintos visitantes sacan sus cámaras para inmortalizarse con las dos figuras de la Virgen del Pilar presentes en el lugar. Este es el caso de Daniel, de 6 años, hijo de los navarros Román Abadía y Ana Sabalza, que, tras pasar por las rocas que llevan hasta el monolito, ha conseguido sacarse una foto: «Me ha costado llegar hasta la Virgen, pero al final lo he conseguido y lo que más me ha gustado han sido los patos y una rana que hemos visto». La familia está pasando unos días en el valle del Pas, y Ana ha aprovechado para enseñar a su marido el lugar que ya había visitado ella hace más de 17 años. «Cuando yo estuve aquí por última vez, también en verano, esto estaba seco. Tengo fotos de aquel día y no había nada de agua, por lo que me ha sorprendido ver como está ahora», explica Sabalza.
Muchos, como la cántabra Mari Carmen Pardal, repiten la visita a Fontibre. Sin embargo, a esta residente en Navarra le ha tocado hacer de guía de su pareja José Joaquín Albero. «He quedado sorprendido, esperaba algo mucho más pequeño, una fuente o algo así», declara Albero, que volverá con sus hijas la semana que viene. Además, a lo largo de los últimos años, se ha invertido dinero para hacerlo más accesible a los turistas, algo que agradece Mari Carmen.
La curiosidad por saber cómo es el nacimiento de un río, una parada en el camino o una visita para pasar el día. Éstas son algunas de las razones que atraen a los turistas hasta Fontibre. Sin embargo, al terminar la visita, todos destacan la belleza del lugar que alberga el comienzo de este gran río, el Ebro.
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